¿Nos equivocamos todos? La recesión global no llegó (ni vendrá en 2024)
Desde 2020, analistas y mercados anticipaban que una recesión estaba por venir, lo que hasta ahora no se ha cumplido.
En la etapa más complicada de la crisis del Covid-19 en 2020, los analistas y expertos señalaban que la siguiente etapa para la economía global sería una recesión ante los efectos generados por los confinamientos. En teoría, el consumo en general y la demanda de muchos productos se desplomaría, llevando con ello a un periodo recesivo. Pero no sucedió.
En 2021, cuando iniciaron las primeras aperturas, un escenario recesivo era el más esperado por los analistas, considerando que la gran mayoría de las economías estarían débiles, y que la pandemia no había terminado del todo. Pero la recesión tampoco llegó.
La “curva invertida” era el anticipo inequívoco de una recesión
En el año 2022 sucedió un fenómeno financiero que, históricamente, anticipaba una recesión. No había ningún antecedente en el que se registrara dicho fenómeno y que no se hubiera ocurrido en los meses posteriores una recesión económica.
La “inversión de la curva” en las tasas de interés de Estados Unidos significa que la deuda estadounidense a corto plazo se volvió más rentable que la deuda de largo plazo. Es decir, las tasas de corto plazo eran más altas que las de largo plazo. La teoría económica dice que en una situación “normal”, prestar a largo plazo debería ser más rentable que prestar a corto plazo. Cuanto más largo es el horizonte temporal, hay mayor incertidumbre de qué puede pasar.
Así, cuando la curva de rendimientos se invierte; es decir, las tasas de corto plazo son más altas que las de largo plazo, hasta ese momento era inevitable una recesión en los meses siguientes porque era la prueba irrefutable de que los inversionistas habían perdido la confianza en la economía, el periodo recesivo era lo que seguía.
Pero no fue así, la inversión de la curva incluso se mantuvo hasta no hace mucho, ya avanzado el año pasado. Se trata de la primera vez en la historia del mundo en la que, con la presencia de dicho fenómeno, no se registra una recesión posterior.
En 2023, la percepción de una recesión se mantenía en los primeros meses, pero dicha sensación se fue diluyendo. Para el tercer trimestre del año ya era evidente que la recesión era cada vez más lejana. Una encuesta elaborada por la agencia Bloomberg, señalaba que solamente uno de cada tres economistas en el mundo todavía esperaba una recesión en los meses siguientes.
Hoy, en los primeros meses de 2024, la recesión no solamente es descartada por casi todos los economistas del mundo, además organismos globales ya lo confirman, no habrá recesión en los meses siguientes, cuando menos en este año.
Se trata de la primera ocasión en la historia en la que después de que se anticipa una recesión esta no se presenta en un horizonte máximo de 24 meses, eso ya no sucedió, no sabemos si será la excepción a la regla, pero sin duda es un acontecimiento histórico: nos equivocamos todos, no hubo recesión.
FMI descarta recesión para 2024
Están próximas las tradicionales reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI), un evento en el que el organismo financiero multilateral proporciona, entre otras cosas, un panorama sobre la situación de la economía global, además de algunas perspectivas.
Lo relevante en esta ocasión es que Kristalina Georgieva, Directora Gerente del FMI, ha señalado que se descarta un periodo recesivo en el mundo para este año.
El organismo señaló que el crecimiento mundial es marginalmente más fuerte gracias a la pujante actividad en Estados Unidos y muchas economías de mercados emergentes. Asimismo, la solidez del consumo de los hogares y la inversión empresarial y la disipación de los problemas en las cadenas de suministro han ayudado. Además, la inflación está disminuyendo.
Esta resiliencia de la economía global está respaldada por mercados laborales vigorosos y por una fuerza de trabajo en expansión. La fortaleza de la mano de obra obedece, en parte, a la inmigración, que ayudó sobre todo a los países cuyas poblaciones están envejeciendo.
En general, el FMI señaló que los datos nos invitan a respirar con alivio, el mundo ha evitado una recesión y un período de estanflación, que fue anticipado por mucho tiempo pero que no se concretó y que no se concretará por fortuna lo que resta de este año.
No obstante, el FMI advierte que la coyuntura política mundial se ha tornado más complicada y las tensiones geopolíticas incrementan los riesgos de fragmentación de la economía mundial. El organismo dice que hoy vivimos en un mundo en el que se puede esperar cualquier cosa.
Desde una perspectiva histórica, la actividad mundial es débil y las perspectivas para el crecimiento han venido desacelerándose desde la crisis financiera mundial, la inflación no ha sido doblegada por completo, las reservas fiscales están agotadas y la deuda ha aumentado, creando un enorme problema para las finanzas públicas en muchos países.
También el FMI dice que las secuelas de la pandemia aún están con nosotros. La pérdida del producto mundial desde 2020 ronda los 3.3 billones de dólares, y los costos recaen de forma desproporcionada sobre los países más vulnerables.
Sin embargo, es un hecho que la situación actual de la economía global no es la que se anticipaba, especialmente en lo relacionado con la recesión, que no se cumplió por primera ocasión en la historia.
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