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Economía

México fue de los que menos gasto ejerció para paliar la crisis; ahora padece las consecuencias

18-01-2022, 6:15:00 AM Por:
© Especial

Fue una de las naciones que menos gasto destinó para mitigar los efectos económicos de la pandemia, por lo tanto, se erosionó la base para un rápido repunte económico.

El Bank of America estimó la semana pasada que el crecimiento del PIB de México sería de tan solo 1.5 por ciento en este 2022; un poco después Credit Suisse hizo también un ajuste a la baja en la expectativa de crecimiento del país al colocarla en 1.7 por ciento para este año.

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) colocó en 2.9 por ciento el PIB para el año en curso, por debajo de la expectativa inicial de 3.2 por ciento.

Para México, todos los pronósticos empiezan a alejarse de la expectativa oficial, que se mantiene en 4.1 por ciento. En este inicio de año, alguna de las dos partes están mal: O existe demasiado optimismo, o hay un exceso de pesimismo; no hay puntos medios, como no los hay en las expectativas o proyecciones para el PIB en este 2022.

Las cifras de la CEPAL lo dicen todo; de acuerdo con sus proyecciones en 2021, el país habría crecido hasta 5.8 por ciento, mientras que la desaceleración esperada en este año colocaría el PIB de México en el ya mencionado 2.9 por ciento, apenas la mitad del crecimiento que tuvo el año pasado. De hecho, México estaría en la parte baja del crecimiento latinoamericano en este año, junto a naciones como Ecuador, Argentina, Chile, Surinam, Haití e incluso Brasil.

Acotado espacio fiscal y monetario

Por si fuera poco, los países de América Latina y el Caribe están enfrentando un menor espacio fiscal y un aumento de la deuda soberana. En este contexto, la dinámica inflacionaria y la deuda pública condicionarán las políticas macroeconómicas de los países en los próximos años. Será necesario mantener políticas fiscales y monetarias pro-crecimiento.

Por lo anterior, el espacio monetario y fiscal con que los países cuentan para apuntalar la reactivación de la actividad económica se vio sensiblemente reducido, incluso desde el año anterior. La inflación ha sido más alta y menos transitoria de lo que se esperaba algunos meses atrás y esto ha hecho que los bancos centrales de varios países de la región ya hayan comenzado a implementar una política de alza de tasas de interés para anclar las expectativas inflacionarias cerca de sus objetivos.

De hecho, los espacios fiscales y monetarios estaban restringidos desde el año antepasado, la región nunca se ha caracterizado por una marcada holgura en estos aspectos y hoy no es la excepción.

En 2020 los países de América Latina, como los de casi todo el mundo, emplearon el gasto público como el principal instrumento de política pública para responder a las necesidades de la crisis provocada por la pandemia. Sin embargo, no todos los países emplearon la misma magnitud de gasto respecto a su PIB. Esto tiene beneficios y perjuicios.

Consecuencias de un menor gasto público contracíclico

México estuvo entre los países de la región que menos recursos fiscales destinaron al apoyo de la economía en la parte más álgida de la crisis generada por la pandemia. Situación que no se ha modificado sustancialmente el año pasado.

Las cifras de la CEPAL señalan que México registró una de las variaciones más bajas del gasto primario del gobierno central; para el año 2020 dicha variación fue de -3%, mientras que para 2021 tuvo una tasa positiva de 6 por ciento.

Para darnos una idea de lo que esto significó, podemos señalar que en 2020 países como El Salvador dispararon su gasto primario a tasas estratosféricas de 45 por ciento, justo el año en el que más apoyo se requirió en la economía mundial; de los 14 países analizados en la región, 9 de ellos impulsaron su gasto primario en 2020 y siete lo hicieron en 2021, México fue uno de ellos en este rubro pero no el que más lo impulsó, Chile tuvo un crecimiento de 32 por ciento en este indicador y de 13 por ciento en 2020.

Por lo tanto, México sufre ahora las consecuencias de una baja base de expansión fiscal; es decir, ante el hecho de no haber inyectado el dinero suficiente en el momento requerido, se erosionaron en parte las bases para un mayor crecimiento futuro, y este tardará más en llegar. Inyectar dinero primario en momentos de colapso económico como los que se vivieron en 2020, fue clave para prácticamente todas las economías desarrolladas, lo que sirvió de base para su espectacular recuperación en 2020 y para que muchas de ellas, entre las que destacan las grandes potencias como Estados Unidos, China, Canadá, Alemania y Japón, recuperaran sus niveles previos a la pandemia.

México no recuperará los niveles prepandemia en este año

Otra de las proyecciones que hace la CEPAL, y que también es consecuencia directa de la lenta recuperación que tendrá nuestro país como consecuencia de haber adoptado un esquema de bajos estímulos monetarios y fiscales, consiste en el hecho de que tardará más en llegar al punto de partida previo a la pandemia.

Así, en 2021 la CEPAL estima que 11 países lograrán recuperar esos niveles, mientras que en este año 2022 se agregarían otras 3 naciones, con lo que se alcanzaría un total de 14 países de los 33 que conforman la región. Lo anterior significa que, hacia fines de 2022, casi tres años después de comenzada la pandemia, más de la mitad de los países de la región no habrán logrado recuperar los niveles de PIB de 2019, entre ellos México.

En este sentido, la pandemia ha provocado un daño duradero al crecimiento de las economías de gran parte de América Latina y el Caribe. La gran consecuencia radica en que se agravarán los problemas estructurales que ya caracterizaban a la región antes de la crisis, y que si algo distinguirá a la zona es el lastre de un bajo crecimiento, eso incluye desde luego a México.

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