Buscador
Ver revista digital
Economía

Mercados energéticos provocan ola expansiva de inflación en México

09-04-2021, 12:26:49 PM Por:
© Reuters

En marzo de 2020 los precios subieron 3.20%, el mismo mes de este año lo hicieron en 4.67%; es claro que algo pasa.

En marzo de 2020 la tasa de inflación fue de 3.20 por ciento; para el mismo mes de este 2021, es decir, 12 meses después este indicador se colocó en 4.67 por ciento, lo que representó su mayor nivel en 27 meses. Es claro que algo pasa con la tendencia de la inflación en México.

Si existen dudas de las presiones inflacionarias de los meses recientes, tomemos el dato de diciembre del año pasado, tradicionalmente el último mes del año es de elevado consumo y gasto.  Pues bien, la tasa de inflación para ese mes fue de apenas 3.15 por ciento.

Por otra parte, usualmente los primeros meses del año, especialmente el primer trimestre del año, el consumo se retrae, lo que compensa en cierta manera para efectos de inflación el aumento de precios que también se registra cada inicio de año.

Si en los primeros meses del año se mantuvo la costumbre de una contracción en el consumo, entonces eso quiere decir que el repunte de la inflación obedece a incrementos en los precios de bienes y servicios.

El golpe externo

México está expuesto a las variaciones de los precios internacionales, a la inflación importada. No es ninguna novedad y hoy como nunca se hace patente. Existen dos factores ligados al contexto internacional que impactan en la inflación, si estos se alteran o incrementan su volatilidad: Uno es el tipo de cambio; y el otro el desempeño de los mercados energéticos, especialmente la cotización del barril de petróleo.

A principios de enero, las cosas empezaron a modificarse en los mercados energéticos cuando se incrementó la demanda ante la expectativa de recuperación económica en el mundo, los países importadores de productos refinados deberían ser los primeros en resentirlo, y así fue. La inflación en México inició su escalada.

El impacto de los energéticos es determinante para la trayectoria de la inflación en nuestro país. El gobierno hace su parte e incrementa los subsidios para la gasolina; de no hacerlo, las presiones inflacionarias en México serían mayúsculas. Pero no puede subsidiar todo, sería también un suicidio porque no existen los recursos para ello.

Si bien la gasolina es un producto vital para el desarrollo de las actividades económicas, el gas no lo es mucho menos, también juega un papel preponderante.

En un periodo de volatilidad en el mercado energético global las variaciones en precios generan incertidumbre y, de manera indirecta, alzas en los precios finales de los bienes derivados que se comercializan, básicamente: gasolina, gas y electricidad.

Mercados energéticos volátiles

Los mercados energéticos del mundo se han comportado con altos estándares de volatilidad porque están sujetos a presiones que, si bien no son equiparables a las de otras épocas en su causal, igualmente son factor de inestabilidad en el mercado.

Primero, una gran tormenta invernal en Texas, el mayor productor de gas no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero. Luego, la inestabilidad en los precios porque no se sabe bien a bien el rumbo de la economía global. Por un lado, hay optimismo en torno a la recuperación de las dos grandes potencias: Estados Unidos y China. Pero esta recuperación es asincrónica, muchas naciones no crecerán igual.

En el tema de las vacunas hay incertidumbre adicional, los grandes economistas de los sectores público y privado han coincidido en que “nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo”, refiriéndose a que no habrá salvación mientras el grueso de la población mundial no se haya vacunado. Pero el objetivo todavía está muy lejos, sobre todo el de las naciones emergentes y en una parte importante de Europa, por no mencionar África.

Con todo y la incertidumbre, los precios del petróleo se han elevado, tanto que en México la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) modificó en su reciente revisión de Precriterios Generales de Política Económica para este año el precio objetivo de la mezcla de petróleo mexicano al pasarlo de 42.10 a 55 dólares por barril.

Los precios de los energéticos en los mercados globales, están volátiles, y están al alza. Mala noticia para economías como la de México.

Energéticos, encabezan alzas en la inflación

Si revisamos los productos que, en los meses recientes, el primer trimestre del año, han ejercido presiones en los precios generales del país, es decir en la inflación, invariablemente destacará al menos uno que está ligado al mercado energético. O bien, en su conjunto los precios de los energéticos son los que tienen los mayores incrementos.

Revisemos enero de 2021. En ese mes la gasolina de bajo y alto octanaje tuvo un incremento de anual de 6.06 y 5.35 por ciento, respectivamente. Esto es letal para la economía mexicana y especialmente para la inflación, genera una onda expansiva inflacionaria en la economía en general. La tasa de crecimiento de los precios en el rubro energético (índice de precios no subyacentes) durante enero de este año fue de 3.81 por ciento a tasa anual, superior a la lectura general de la inflación, ubicada en 3.54 por ciento, eso nos dice el tamaño de las presiones que ejercen los energéticos en los precios generales del país. 

Vayamos ahora a febrero de 2021. En ese mes, las presiones se redujeron un poco, pero no desaparecieron del todo. Fue como si hubieran reportado una pausa después de que al inicio de ese mes se vivieron los peores días de la tormenta que azotó Texas.

Pero hay un dato que nos demuestra los efectos que tienen las variaciones de un mes a otro en los precios internacionales de los energéticos en nuestro país.

De acuerdo con el INEGI, en febrero los precios al productor, incluyendo el petróleo, tuvieron una variación anual de 6.75 por ciento. Esta es la onda expansiva de la volatilidad global en los mercados energéticos a la que nos referíamos anteriormente. Con esta cifra, estaban dadas las condiciones para un repunte importante de la tasa de inflación, tan pronto como el mes siguiente, es decir en marzo. Así sucedió.

Como lo informamos en Alto Nivel, la tasa anual de inflación para marzo fue de 4.67 por ciento, la mayor desde diciembre de 2018. Y sí, adivinó amable lector, otra vez los energéticos destacaron entre los que más presiones ejercieron sobre los precios generales, tan sólo el gas doméstico subió 5.21 por ciento a tasa anual y en el índice no subyacente (productos que presentan una alta volatilidad en sus precios), los combustibles tuvieron un incremento anual de 6.31 por ciento.

México no vive otras épocas de hiperinflación ni cosa que se le parezca, es un hecho. Pero el país enfrenta un rebrote inflacionario que se presenta justo en los momentos menos indicados, cuando el panorama es adverso como no lo ha sido en décadas. Venimos de un desplome de 8.5% en el PIB, el proceso de vacunación es lento, la economía no regresará al nivel previo a la pandemia antes de 2022, el desempleo se disparó por la pandemia, la gran parte de las empresas enfrentan un escenario adverso en sus mercados. El consumo del país se desplomó, la inversión de capital tampoco pasa sus mejores momentos. Además, en el sector energético mexicano se registra un proceso de cambio que limita el desarrollo del sector, más un largo etcétera.

Justo en estos momentos llega el rebrote inflacionario. Vaya reto.

Comentarios