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Economía

Los bancos están sentados en una montaña de dinero, pero dan menos crédito

10-02-2021, 6:10:00 AM Por:
© Depositphotos

La captación bancaria se disparó el año pasado, mientras que el crédito al sector privado cayó prácticamente 1 por ciento; la prudencia crediticia podría continuar este año.

Si consideramos que el negocio de los bancos es captar dinero y prestarlo para generar ingresos, en 2021 las instituciones que operan en el país lo han iniciado mal.

De hecho, el escenario actual puede ser peor que el de otras recesiones, ya que en esos momentos los bancos simplemente no prestaban recursos o reducían su ritmo de préstamos mientras se mejoraba la situación y se estabilizaban factores como las tasas de interés.

Hoy, los bancos corren el riesgo de estar sentados en una montaña de liquidez, con estabilidad en tasas de interés, pero sin clientes o con muy pocos a quiénes prestarle.

Según el todavía presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Luis Niño de Rivera, el año pasado la captación bancaria creció en un monto de 647 mil millones de pesos, lo que significa un incremento de 10.8 por ciento respecto al año previo, para un gran total de 6.6 billones de pesos en captación en el sistema bancario de nuestro país.

Asimismo, y con datos de la misma fuente aportados en diversas entrevistas radiofónicas, al cierre del año pasado el crédito bancario en el país totalizó un monto de 5.4 billones de pesos, lo que arroja una liquidez total de 1.2 billones lista para prestar a los clientes de la banca mexicana, lo que significa la mayor cantidad de recursos disponibles en la historia.

No todo lo que brilla es oro

A pesar de las cifras anteriores, muy relevantes en cuanto a captación y liquidez disponible en el sistema bancario mexicano, hay otros datos que no son tan positivos. Por ejemplo, el notable incremento en la captación por parte de los bancos contrasta con la caída del crédito al sector privado reportada el año pasado.

De acuerdo con la ABM, al cierre de noviembre del año pasado este indicador, el crédito al sector privado reportó una caída de prácticamente 1 por ciento. El dato pareciera moderado, pero no lo es, considerando que la economía mexicana requiere tasas anuales de crecimiento crediticio de al menos 5 por ciento anual para impulsar el desarrollo. Evidentemente los bancos prestaron mucho menos el año pasado por los efectos de la pandemia, se quedaron con exceso de liquidez.

La liquidez bancaria en México, teóricamente disponible para prestarse, es en verdad muy alta. De acuerdo con Niño de Rivera, este indicador es 225 por ciento arriba del 100 por ciento que exige la regulación bancaria. Es decir, los bancos tienen 2.5 veces más liquidez adicional a la que deben tener para cumplir las reglas de operación a la que están sujetos.

¿Hasta cuándo prestarán los bancos?

Los bancos no regresarán a los niveles de préstamo previos a la pandemia hasta que no haya condiciones económicas para reactivar el consumo, que representó el 62 por ciento del PIB del país en 2019. Solamente así se generará el inicio del círculo virtuoso del que siempre participa, y es indispensable, el crédito bancario.

Mientras esto no pase, algo para lo que es necesario que los riesgos de contagio se reduzcan, los bancos tendrán muchos obstáculos para prestar y, en consecuencia, la reactivación del crédito no será una realidad y las instituciones crediticias seguirán en el peor de los mundos para ellas: con exceso de liquidez y las manos amarradas para prestar esos recursos.

Estrategia anticrisis exitosa

En un escenario de exceso de liquidez, lo más fácil para el sistema bancario sería prestar, sobre todo si las expectativas indican que las tasas de interés en el país bajarán. Sin embargo, los bancos actuaron con cautela, el dirigente del gremio asegura que si bien el negocio de la banca es prestar, también parte de ese negocio es cuidar lo que se presta.

De este modo, la estrategia de la banca al parecer dio resultado, la intención de evitar una crisis sistémica que produjera más problemas económicos de largo plazo se consolidó.

De acuerdo a la ABM, al cierre de enero pasado el 78 por ciento de los clientes que participaron el en diferimiento de pagos de créditos el año anterior se encuentran al corriente, un 15 por ciento más está en reestructura y apenas un 7 por ciento cayó en mora.

La tasa de mora es muy manejable con las reservas adicionales que se crearon el año pasado en el sistema bancario para prevenir choques crediticios de gran magnitud, hoy esas reservas adicionales son 19 por ciento de las reservas totales cuando, a inicios de 2020 eran de 5 por ciento.

Las reestructuras crediticias también fueron un logro. En total se reestructuraron 334 mil millones de pesos, casi la mitad perteneciente a quienes se acogieron a los diferimientos y otra mitad a quienes se acercaron a sus bancos después.

Pero, el costo del éxito ha sido la contracción del crédito. Antes de la pandemia, el crédito al sector privado crecía al doble del PIB, en 2020 fue inevitable la caída.

Por fortuna, la pandemia agarró al sistema bancario mexicano con índices de capitalización jamás vistos. La única quiebra registrada durante la crisis, la de banco Famsa, no obedeció al golpe de la pandemia, sino a una mala administración de riesgos previos. Aun así, no se ha podido evitar el impacto en empleo y cierre de sucursales, pero los bancos tienen liquidez inusual, jamás vista. Será el tiempo el que dirá cuánto y cuándo se liberará esa montaña de dinero sobre la cual están sentadas las instituciones.

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