La ‘epidemia’ de la desigualdad se expande por México y América Latina
Los ‘más pobres’ entre los ricos ganan diez veces más que los pobres que tienen mayores ingresos. La pandemia amenaza con hacer más grande esta brecha.
Latinoamérica no enfrenta solamente la pandemia sanitaria del Covid-19 junto con el resto del mundo. En realidad, la región padece una gran epidemia desde hace por lo menos 60 años y no la ha podido controlar, muchos menos acabar con ella, la pandemia de la desigualdad.
En su estudio titulado: Salir del túnel pandémico con crecimiento y equidad, una estrategia para un nuevo compacto social en América Latina y el Caribe, el Banco interamericano de Desarrollo (BID) llega a una conclusión que deja al desnudo el drama de la desigualdad que viven la mayoría de los países en esta parte del mundo.
De acuerdo con el BID, hoy día, después de tantos años de esfuerzos para abatir la desigualdad en Latinoamérica y el Caribe, la realidad es que las brechas entre ricos y pobres son cada vez más amplias.
Para el BID, actualmente el segmento más ‘pobre’ entre los ricos de la región (aquellos que están en el decil 9), ganan 10 veces más que ‘los más ricos entre los pobres’ (aquellos que se ubican en el decil 2), y este es el punto de partida para una profunda desigualdad que mantiene asolada a la zona.
Es decir, los ricos que tienen menos recursos económicos, aquellos que apenas “arañan” esa posición socioeconómica ya que no llegan a ser ultramillonarios ni nada por el estilo, tienen ingresos que superan en 10 veces a los que reciben los pobres con más recursos, aquellos que pueden considerarse afortunados por no morirse de hambre, aunque como se dice coloquialmente no dejan de vivir “al día”.
La desigualdad es tan contundente en la zona, que quienes tienen menos recursos entre los más ricos, tienen cantidades extraordinarias de ingresos si se les compara con los que detentan los pobres que cuentan con más posibilidades económicas. Comparar a los ultramillonarios con los más pobres es una tarea no sólo ociosa, sino incluso que puede caer en la discriminación por el nivel tan profundo de desigualdad que existe.
Luego de 60 años, cuando iniciaron esfuerzos en muchas de las naciones de Latinoamérica y el Caribe para abatir la desigualdad que por entonces ya daba muestras del grave problema en el que se convertiría, esta gran pandemia del Covid-19 pone de manifiesto que los niveles de pobreza y de vulnerabilidad a la pobreza siguen siendo muy elevados en la región.
Para el BID, el drama es de tal magnitud que actualmente sólo cuatro de cada diez latinoamericanos se encuentran suficientemente lejos de la línea de pobreza como para tener un cierto amortiguador que, en caso de una recesión profunda, les impida caer en ella. Dicho de otra manera. 6 de cada 10 latinoamericanos tienen una gran posibilidad de caer en pobreza, lo que explica de hecho las estimaciones que otros organismos han realizado en las últimas semanas sobre el aumento en el número de pobres que dejará la pandemia en esta parte del planeta.
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Latinoamérica, sólo arriba de África subsahariana en desigualdad y pobreza
En el estudio realizado por el organismo, se reconoce con cifras y gráficos los avances que ha registrado Latinoamérica y el Caribe en el abatimiento de la desigualdad. Como señalamos, los esfuerzos llevados a cabo desde hace por lo menos seis décadas han permitido que se cierre la brecha de desigualdad con respecto a las economías avanzadas. pero la mala noticia es que estas economías, las industrializadas, también han hecho esfuerzos para disminuir la desigualdad y han logrado mejores resultados.
De esta manera, la brecha de desigualdad entre las economías de nuestra región y las naciones más desarrolladas es casi tan grande como la que se registra en la África Subsahariana y duplica a la brecha de desigualdad que existe entre los países de Asia emergente y las naciones más desarrolladas del planeta.
Lo mismo sucede con el PIB per cápita, en las gráficas que aporta el BID dentro de su estudio la desigualdad es elocuente, las economías avanzadas y Asia emergente está muy por arriba de Latinoamérica y el Caribe, que a su vez sólo supera a la zona más paupérrima del planeta, África Subsahariana.
Sobra decir que las naciones menos desiguales, aquellas que tienen lo que llama el BID las “redes de protección” social más sólidas, entre ellas menos desigualdad entre su población, son las que saldrán más y mejor de la gran pandemia del Covid-19 y sus efectos. Lo anterior también explica en parte la razón de porqué Latinoamérica y el Caribe está considerada como una de las regiones que más efectos negativos resentirá, y varios de sus países tendrán las mayores caídas del PIB en el mundo al final de este 2020 (entre ellos lamentablemente México).
Oportunidad para renovar el contrato social
Con todos los problemas que enfrentará la región y la marcada desigualdad que la caracteriza, Latinoamérica y el Caribe tiene hoy una gran oportunidad para dar pasos hacia la dirección correcta, lo que no ha podido hacer en décadas.
“La concientización de la dimensión de esta crisis puede aumentar la percepción sobre la necesidad de cambios importantes, como efectivamente sucedió durante y después de la Gran Depresión de los años veinte y treinta del siglo pasado. En este sentido, una crisis bien administrada presenta una gran oportunidad para los países de renovar el contrato social con el fin de lograr un mayor crecimiento inclusivo y con más oportunidades económicas que se extiendan a todos”, concluye el organismo.
Sin embargo, la tarea no será fácil, hacerlo representará esfuerzos de todo tipo para todas las naciones de la zona pero, sobre todo, la obligación de ponerse de acuerdo internamente para seguir una misma dirección, y eso es otra historia.
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