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Economía

Esto debería hacer México con ingresos petroleros en vez de subsidiar gasolinas

31-03-2022, 8:32:15 AM Por:
© Especial

Mientras el gobierno evita los gasolinazos a toda costa, hay otro factor que plantea mayores riesgos de descontento social en el largo plazo.

El gobierno de México tendría un mayor reto social y fiscal que los incrementos en los combustibles, de acuerdo con un análisis elaborado por UBS titulado “¿Puede México asumir el costo fiscal de subsidiar los precios de la gasolina?”

Históricamente, los subsidios aplicados para el precio de las gasolinas en México le han salido muy costosos al país, entre 1.4 y hasta 1.8 por ciento del PIB según las experiencias más recientes que datan de los años 2008 y 2012.

El tamaño de los subsidios aumenta a grandes niveles a medida que sube el precio del petróleo. Por ejemplo, el análisis de UBS plantea varios escenarios y en uno de ellos si los precios del petróleo llegaran a los $120 dólares por barril durante un largo periodo, sin que se permitiera un aumento en las gasolinas, el costo fiscal sería de 2.1 por ciento del PIB.

Sin embargo; el impacto neto entre aplicar subsidios y el incremento de los ingresos públicos por los mayores precios del petróleo, es positivo, y se vuelve más significativo mientras más aumentan los precios.

UBS estima que, por cada dólar que aumenta el precio del petróleo, se generan unos 13 mil 600 millones de pesos en ingresos públicos adicionales, de modo que en esta carrera de precios e ingresos, el saldo neto para las finanzas públicas del país siempre será positivo.

Es decir, el país recibiría mayores ingresos petroleros por el aumento de los precios internacionales, que lo que gastaría en aplicar subsidios para que no suban los precios de las gasolinas.

UBS concluye que México puede mantener finanzas sanas ante un escenario de aumentos en los precios del crudo y continuar los subsidios de las gasolinas, a pesar de que las cifras se mantendrán sujetas en un alto grado de incertidumbre.

La verdadera pregunta

Por todo lo anterior, UBS señala que la verdadera pregunta debería ser: ¿subsidiar la gasolina es el mejor uso para los recursos extraordinarios del gobierno?

El banco suizo reconoce que, si bien los “gasolinazos” siempre han estado asociados con el malestar social, en México los subsidios a las gasolinas son intrínsecamente regresivos y benefician a la población con mayores ingresos.

Los niveles de ingresos medios y bajos en realidad destinan gran porcentaje de sus recursos en otros satisfactores, como por ejemplo el de los alimentos.

En este sentido, UBS cree que el contexto de alzas en los precios globales de los granos puede suponer un mayor reto social y fiscal para el gobierno que los incrementos en combustibles, dado que el consumo de alimentos está fuertemente sesgado hacia los hogares más pobres porque son estos los que deben destinar la mayor parte de sus ingresos a la compra de estos bienes.

Al observar el desempeño de los precios internacionales de algunos commodities agrícolas se observa que, en efecto, los alimentos tienen una marcada inflación, lo que afecta de manera más uniforme al grueso de la población respecto a los combustibles, que tiene un impacto más específico.

Por ejemplo, el precio del maíz registra al día de ayer un aumento de 34 por ciento anual en la medida internacional en la que se cotiza en los mercados, que es el bushel, un bushel equivale aproximadamente a 14.5 kilogramos. Este producto ha llegado a registrar alzas acumuladas de casi 60 por ciento.

El trigo es otro commodity agropecuario o agrícola fuertemente afectado. En su caso, el avance anual que registra es de 57.91 por ciento el bushel; la soya sube 20 por ciento ahora, pero en diciembre estaba 42 por ciento arriba.

El impacto en este sector, el de los alimentos, es mayor, más evidente y mucho más general que el de los energéticos. El kilo de limón ya está en 90 pesos nuevamente, mientras que el aguacate rebasa los 100 pesos y en algunas ciudades del país el precio de la tortilla, esencial para la dieta de al menos el 80 por ciento de los mexicanos, reporta incrementos.

Por todo esto y más, UBS se pregunta si es mejor destinar estos ingresos petroleros extraordinarios a subsidios para que no suba el precio de la gasolina.

La medida está ligada al temor de que el gobierno actual pierda popularidad por permitir que aumenten las gasolinas, es decir, impide a toda costa los llamados “gasolinazos”, pero descuida con ello otros rubros que también podrían generar descontento social, ya que afectan a muchos más bolsillos.

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