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Economía

Este es el oscuro panorama del empleo en Latinoamérica para 2020

17-12-2019, 6:10:21 AM Por:
© Notimex

Seguirían prevaleciendo tendencias de deterioro de la composición del empleo en términos de categorías de ocupación, subempleo e informalidad, alerta la Cepal en un informe.

En 2020 las proyecciones del crecimiento económico no dan motivo para esperar que repunte la generación de empleo de calidad en América Latina. Con heterogeneidad de un país a otro, seguirían prevaleciendo tendencias de deterioro de la composición del empleo en términos de categorías de ocupación, subempleo e informalidad. Entretanto, en los países que tienen una inflación baja y estable, los salarios reales del empleo registrado se mantendrían sin grandes cambios.

Así lo advirtió la Comisión Económica para América Latina (Cepal), en su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2019, liberado a finales de la semana pasada; el organismo hace un extenso análisis sobre la situación del empleo en la región, aborda algunos tópicos relevantes que explican ciertos fenómenos que se observan en este rubro y hace algunas reflexiones que le llevan a la conclusión final: lamentablemente en un contexto de bajo crecimiento para la región, las expectativas en materia de empleo no son las más favorables. Sin embargo, es evidente que existen diferencias entre los países debido al tamaño y coyuntura de sus economías.

Aumenta la ocupación, pero desocupación no baja

La Cepal explica un fenómeno que llama la atención desde hace algunos años en la región: el aumento de la tasa de ocupación, pero sin que baje la lectura que mide la desocupación, La lógica indicaría que, si la ocupación se incrementa, la desocupación, que es el fenómeno inverso, debería mostrar un descenso. Pero no es así, la ocupación se ha incrementado y la desocupación no disminuye.

El organismo explica que el aumento de la ocupación en términos generales en América Latina no se debe a una dinamización de la demanda laboral, es decir, no es que se hayan creado muchos trabajos formales, sino que más bien se explica por la necesidad de las personas de obtener ingresos laborales, aunque ello signifique ocuparse en empleos o actividades laborales de mala calidad y, de hecho, totalmente informales.

Como prueba, la Cepal señala que el leve incremento de la tasa de empleo no se reflejó en un descenso de la tasa de desocupación como debió ser el caso, sino que esta tuvo un aumento moderado, al pasar de 8.0 en 2018 a 8.2 en este año que está por finalizar.

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Empleo por cuenta propia sigue en aumento

Otro indicador que la Cepal utiliza para confirmar lo que señala en torno a las condiciones de empleo que prevalecen en la región, es el desempeño del empleo por cuenta propia. De acuerdo con el organismo, en este 2019 el trabajo por cuenta propia que, en su mayoría, refleja las necesidades de obtención de ingresos laborales de parte de hogares de menores ingresos, se expandió más que el empleo asalariado.

En el promedio ponderado de los países con información disponible, entre los primeros tres trimestres de 2018 y el mismo período de 2019, el empleo asalariado aumentó en un 1.5 por ciento, mientras que el trabajo por cuenta propia creció en un 3.0 por ciento. De esta manera, entre 2012 y 2019, el empleo asalariado habría aumentado en solo 5.6 por ciento, mientras que el trabajo por cuenta propia lo hizo en 18.4 por ciento. En vista de que el trabajo asalariado suele ser, en promedio, de mejor calidad que el trabajo por cuenta propia, esto implica un deterioro serio de la calidad media del empleo de la región. De acuerdo con los señalamientos de Cepal.

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Otra categoría de ocupación que registró un aumento en la mayoría de los países fue el servicio doméstico: en el promedio ponderado de los países con información disponible, se expandió 1.7 por ciento. Dado que la gran mayoría de las personas que se desempeñan en este tipo de trabajo son mujeres, se puede deducir que una parte de la expansión de la tasa de ocupación femenina se debe a un aumento del empleo en esta categoría. Por último, en la mayoría de los países el trabajo familiar no remunerado se contrajo. Esto se relacionaría con una contracción del empleo en el sector agropecuario.

Los paíse  sobre los que se dispone de información son: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana.

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Otros indicadores también se deterioran

El aumento del subempleo horario, que representa la proporción de los ocupados que trabajan menos de un mínimo de horas establecido a nivel nacional, desean trabajar más y están en condiciones de hacerlo, es otro indicador del deterioro de las condiciones de trabajo en el transcurso de 2019. En 8 de 11 países con información disponible el subempleo horario aumentó; por el contrario, se mantuvo estable en dos países aunque muy modestamente y bajó, también modestamente solo en uno.

También se observa una leve desaceleración en las tasas de crecimiento del empleo registrado en 2019, respecto al año pasado. Una tasa media de un poco más del 1 por ciento refleja que se han estancado los avances en la mejora de la calidad de empleo que se habían logrado entre mediados de las décadas de 2000 y de 2010, como resultado de la generación de nuevos empleos registrados y la formalización de empleos informales preexistentes.

Así, se observa una desaceleración en el crecimiento del empleo registrado en Argentina, Chile, Costa Rica, México, Nicaragua y Perú. No obstante, en Chile, México y Perú, con tasas por encima del 2 por ciento, la expansión todavía está por encima de la media regional. En contraste, se registra una leve aceleración del crecimiento de este tipo de empleo en Brasil, El Salvador y Uruguay, si bien con tasas modestas.

Si se compara el crecimiento del empleo asalariado registrado con la tasa de expansión del empleo asalariado, se encuentran dos situaciones: En Chile, México y Perú, el empleo registrado aumenta más que el asalariado total, lo que indica que en estos países las políticas de formalización siguen teniendo cierto éxito. Por otro lado, en Argentina y Costa Rica el empleo asalariado registrado crece menos que el empleo asalariado en su conjunto (y en Brasil crece con la misma tasa), lo que indica que muchos de los nuevos empleos asalariados son informales.

Oscuro panorama

La Cepal no oculta las condiciones de fragilidad laboral que existen en la región, su panorama hacia 2020 es pesimista, pero refleja solamente lo que observa en cada una de las naciones; de hecho, señala que el año siguiente es muy probable que en muchos países de la región también aumente la tasa de desocupación. Estima que la tasa de desocupación para América Latina podría subir levemente respecto al nivel de 2019, con lo que alcanzaría una lectura aproximada de 8.4 por ciento.

Si bien no lo dice la Cepal de esa manera, es muy claro que las condiciones laborales en la región están totalmente ligadas a la falta de crecimiento económico; es ahí donde una vez más se demuestra la importancia del crecimiento del PIB, indicador que en algunas naciones se ha querido relegar, sobre todo por su bajo crecimiento de este año, sin darse cuenta que es el principio de todo en la economía. Si el PIB no crece o crece muy poco, simplemente no hay empleos. 

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