Estas son las dos buenas noticias que salieron del sector informal
No es nada para echar las campanas al vuelo, pero en una economía estancada sí llama la atención que baje el trabajo informal.
La informalidad nos reporta dos buenas noticias, aunque modestas, positivas al fin, de acuerdo al tamaño del reto que tenemos enfrente. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para el tercer trimestre del año, publicada el pasado jueves jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la informalidad cedió ligeramente en algunas ciudades relevantes y mostró un modesto descenso en el promedio general de las 36 ciudades que son evaluadas a partir de este trimestre. Es un hecho que el camino por andar es muy largo, pero siempre que se registra un movimiento positivo, por muy modesto que sea, en rubros tan importantes para una economía como lo es la informalidad, vale la pena destacarlo.
Primera noticia positiva
La primera noticia positiva relacionada con el sector informal es lo que el INEGI denomina tasa de informalidad laboral, y que define como el porcentaje de la población ocupada que es laboralmente vulnerable por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan y/o cuyo vínculo o dependencia laboral no le da acceso a la seguridad social, o no es reconocido por su fuente de trabajo.
Esta tasa se ubica en 45 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), todavía muy alta sin duda alguna. Sin embargo, se trata de la lectura trimestral más baja desde el segundo periodo de 2017, cuando se colocó en 44.8 por ciento; de hecho alcanzó una lectura de 46.2 por ciento hace un año, en el tercer trimestre de 2018.
Incluso, si no fuera por la tasa más baja reportada en el segundo trimestre de 2017, estaríamos hablando de la menor lectura registrada al menos desde el año 2005, que es la serie histórica que el INEGI reporta por el momento en este indicador. Insistimos, es todavía una tasa demasiado elevada, pero dentro de todo ha marcado una modesta tendencia decreciente en los meses recientes, y eso es algo favorable en un contexto de bajo crecimiento económico como el que observa la economía nacional para este año.
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Segunda noticia positiva
La tasa de ocupación en el sector informal también reporta un modesto retroceso, nada para echar las campanas al vuelo pero en una economía que este año tendrá un PIB cercano al 0 por ciento, es un dato para destacar, a reserva de lo que se reporte en el cuarto trimestre del año pero que se conocerá hasta febrero de 2020.
En el tercer periodo trimestral del año, la tasa de ocupación en la informalidad bajó en sitios como la Ciudad de México al pasar de 33.5 a 32.9; en Puebla pasó de 30 a 28.3%, mientras que en Veracruz bajó a 27.4 desde 29.4 por ciento. No obstante algunas otras ciudades importantes por su tamaño y densidad poblacional tuvieron moderados incrementos como Guadalajara, que subió a 22 desde 21.8; y Monterrey, que pasó de 20.8 a 21.1 por ciento.
La tasa promedio de ocupación en el sector informal bajó a 23.15 desde un nivel de 23.21 por ciento. De acuerdo con la ENOE, todavía no se puede señalar alguna región que muestre avances importantes en el abatimiento de la informalidad, pero sí hay visos de que al menos, en los años recientes, el fenómeno se ha estabilizado con tasas que registran variaciones moderadas hacia abajo o hacia arriba, a diferencia de las dos décadas finales del siglo pasado.
