Emisión de criptomonedas digitales por bancos centrales no será fácil: FMI
La mayoría de las instituciones monetarias centrales, como el Banco de México, tienen limitaciones que deberán aclarar o modificar previamente antes de entrar al mercado de criptomonedas.
Si la creación de monedas digitales o criptomonedas por parte de los bancos centrales va a ser el próximo “hito en la evolución del dinero”, estas divisas necesitarán bases legales sólidas que garanticen una integración igualmente sólida en el sistema financiero, así como credibilidad y una amplia aceptación por parte de los ciudadanos y agentes económicos de los países.
La transición de hecho, aunque posible y necesaria, no será fácil porque es tanto como modificar un esquema que ha funcionado por siglos, es decir, la emisión de billetes y monedas.
Así lo asegura el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su más reciente análisis elaborado por Catalina Margulis, asesora consultora en la Unidad de Derecho Fiscal y Financiero del Departamento Legal del FMI adscrita al banco central de Chile; así como Arthur Rossi, oficial de investigación adscrito a la misma unidad.
El análisis se denomina: Hablando legalmente, ¿es el dinero digital realmente dinero?
Según los expertos, la creación de monedas digitales por parte de los bancos centrales significará al mismo tiempo diversos problemas legales en distintas áreas, que tendrán que resolverse previamente.
Problemas que van desde impuestos y sus leyes, propiedad, contratos e insolvencia, desde luego sistemas de pagos, privacidad, blanqueo de capitales o financiamiento al terrorismo, por señalar algunos.
Pocos bancos pueden emitir monedas digitales
Por todo lo anterior y un sinnúmero de factores adicionales, el análisis elaborado por el FMI asegura que con las condiciones actuales el 80 por ciento de los bancos centrales del mundo analizados (la muestra fue de 174 instituciones), no podrían emitir monedas digitales ya que no se trata solamente de un tecnicismo legal porque toda emisión de dinero es deuda para los bancos centrales y deben existir bases sólidas para evitar riesgos financieros, legales y reputacionales para las instituciones.
Está innovación, significativa y potencialmente polémica debe estar en consonancia con el mandato de un banco central.
Generalmente, el estatus de moneda de curso legal solo se otorga a los medios de pago que pueden ser fácilmente recibidos y utilizados por la mayoría de la población.
Por esta causa los billetes y monedas son la forma más común de pago.
Para la utilización de monedas digitales la infraestructura digital deberá estar primero en orden y en su lugar, pero los gobiernos no podrán obligar a los ciudadanos a que tengan medios de pago digitales (computadoras, teléfonos inteligentes, etc.), eso significa el primer gran reto.
Aguas inexploradas
Para los autores del análisis, la diferencia radica entre tradiciones centenarias y lo que llaman ” aguas inexploradas”.
El primer modelo es igual de antiguo que la banca central ya que data de principios del siglo XVII y tiene la particularidad de que su condición legal bajo el derecho público y privado en la mayoría de los países está bien desarrollado y comprendido.
Por el contrario, los tokens digitales tienen una historia muy corta y un estado legal poco claro.
De acuerdo con la muestra analizada, algunos bancos centrales pueden emitir cualquier tipo de moneda (incluyendo digital), pero la mayoría sólo se limita legalmente a la emisión de billetes y monedas.
Otro “cambio tectónico” en la forma en la que están organizados los bancos centrales y sus regulaciones, tendría que ver con la determinación de que la moneda digital sea utilizada solamente por mayoristas o también a nivel de menudeo, es decir, por el público en general.
En conclusión, el FMI señala que todavía hay mucho por escribir en este asunto de las monedas digitales emitidas por los bancos centrales ya que las implicaciones son múltiples.
