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Economía

El mundo ya alcanzó su pico de demanda de petróleo, y es culpa de COVID-19

14-05-2020, 7:45:11 AM Por:
© Reuters

El fenómeno se esperaba para mediados de la década siguiente, pero la pandemia lo habría precipitado, lo que es una mala noticias para los países productores, entre ellos México.

A principios de la semana la correduría Goldman Sachs, por medio de su jefe de investigación de materias primas, lanzó una advertencia: La demanda de combustibles para aviones podría no recuperarse nunca, después de la pandemia.

De concretarse, se trata de una advertencia muy seria y también sería una de las grandes consecuencias del mundo post-pandemia. El analista de Goldman Sachs aseguró en su reporte que al final de la pandemia, los viajes de negocio tardarían en recuperarse al ritmo previo, o quizás nunca debido a que el coronavirus demostró con toda contundencia que los adelantos tecnológicos (teleconferencias, etc), bien podrían sustituir con creces el desplazamiento físico de miles o millones de ejecutivos alrededor del mundo.

A partir de estas palabras, algunos otros análisis han profundizado más en el tema hasta llegar a asegurar que, sin notarlo, el mundo habría llegado a un fenómeno previsto décadas atrás pero que no estaba programado para estas fechas; dicho fenómeno se conoce como Peak oil demand, o el pico de la demanda de petróleo. Las implicaciones son muy profundas para el planeta entero, pero de manera especial para las naciones productoras de petróleo, mismas que inevitablemente deberán buscar fuentes alternas de ingresos para sustituir los que dejarán de obtener por este fenómeno, en caso de que sea una realidad.

El Peak oil demand se esperaba, pero no ahora

De acuerdo con las proyecciones más optimistas elaboradas hace 5 años, el pico de la demanda de petróleo se esperaba que llegara a mediados de la década siguiente, y debido a otros factores, el escenario de una pandemia no estaba considerado.

En las proyecciones de entonces, se hablaba de que los adelantos tecnológicos en la industria impulsarían tanto la producción y elevarían la oferta a tal magnitud que esta superaría cuando menos el doble a la demanda; la revolución causada por el fracking era, según los analistas, solamente el primer aviso de lo que se esperaba. A la larga también se registraría un fenómeno conocido como peak oil, o pico de la producción de petróleo, pero este sería posterior y para entonces habría novedosas formas de generar energías, de modo que el declive del petróleo podría ser más ordenado y menos traumático para las economías productoras.

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Pero la pandemia del coronavirus lo cambió todo. De acuerdo con Goldman Sachs, el mundo podría recortar tan pronto como en los próximos meses un tercio de su demanda de petróleo actual, que se ubica en 100 millones de barriles diarios. El confinamiento entre los meses de febrero y mayo de aproximadamente 3 mil millones de personas en el mundo dejó de manifiesto no solamente el exceso de oferta que existe en el mercado, sino la posibilidad de que el planeta funcione sin problema en un futuro inmediato sin tanto petróleo; las estimaciones de Goldman Sachs señalan que la industria aérea dejará de utilizar de inmediato de 2 a 3 millones de barriles diarios de combustible tan pronto reanude sus operaciones globales.

El Peak oil demand habría llegado cuando menos una década y media antes de lo previsto, según algunos de los expertos en el tema, y esta sería una noticia pésima para las naciones productoras. Esto explicaría el recorte adicional de 1 millón de barriles anunciado antier por Arabia Saudita, el mayor productor de petróleo del mundo, también explicaría los esfuerzos de este país para modificar con el paso de los años sus fuentes de ingresos, hoy altamente dependientes de los ingresos petroleros.

Pésima noticia para México

Como señalamos, el peak oil demand es un fenómeno que de confirmarse los próximos meses pondría en serios predicamentos las finanzas de muchos países productores de petróleo, entre ellos México. De acuerdo con las cifras más recientes, los ingresos de nuestro país tienen un componente de 18 por ciento del sector petrolero. Si el dato es correcto, no deja de ser un monto respetable el que está en riesgo para los años siguientes y solamente hay dos formas de sustituirlos: con un mayor y sostenido crecimiento económico que incremente la captación del gobierno, o con nuevos impuestos. Lamentablemente el talón de Aquiles de la economía mexicana desde hace muchos años es precisamente el crecimiento económico.

De cualquier manera, en el supuesto de que los análisis y analistas se hayan equivocado, hay dos proyecciones que son abrumadoras en este momento, las cuáles México y su gobierno debería considerar:

1) La recuperación de los precios del petróleo no es un escenario que se vea como una realidad en el corto plazo; al hablar de “recuperación” los analistas siempre señalan precios mínimos de 80 dólares y más, por cada barril de petróleo.

2) El peak oil demand será inevitable; las proyecciones más optimistas lo ubicaban para mediados de la década siguiente, en realidad 15 años es tiempo apenas justo para que un país como el nuestro empiece a modificar y sobre todo a diversificar sus fuentes de ingresos, antes de que sea demasiado tarde.

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