El mal hábito que la economía mexicana no logra sacudirse en 30 años
Durante los últimos 30 años los presidentes que inician sus gobiernos, tienen dificultades para impulsar a la economía mexicana
Las expectativas de expertos independientes y casas de análisis señalan que en 2019 la economía de México crecerá menos que este año.
De acuerdo con la expectativa más reciente publicada por el Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas (IMEF), México crecerá el próximo año a razón de 1.8%, tasa que resultará inferior a la expectativa de 2018, que apunta a un aumento aproximado de 2.3 por ciento.
Lo anterior no tendría nada de relevante considerando los altibajos económicos que son constantes en México, este país suele crecer por un momento y luego vuelve a desacelerarse, o bien crece un año sí y otro no. Lo anterior por no hablar del desarrollo mediocre que caracteriza a la economía nacional.
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Pero el 2019 no es cualquier año, como sabemos, se renueva el poder Ejecutivo, es decir, llega un nuevo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Además, será un gobierno que aparentemente hará cosas diferentes, no sabemos si buenas o malas, pero distintas.
notimex El primer año de gobierno de los presidente mexicanos se enfrentan a un inicio complicado para el crecimiento económico del país.
Mientras eso ocurre, los mercados, que se mueven con base en expectativas, castigan con una tasa de crecimiento inferior a la que tendremos en este año.
Lo malo es que no será la primera vez que suceda. Este 2018 se cumplirán 30 años y cinco presidentes, contando al que todavía no entra en funciones, que durante el primer año de gobierno, inmediato a la toma de posesión, la economía baja, se desacelera, o de plano se colapsa; tal como sucedió en el primer año del entonces presidente Ernesto Zedillo.
Este es el recuento de lo que ya se convirtió en una “tradición económica”, más adelante compartimos algunas explicaciones del por qué ha ocurrido esto.
Todo empezó con Salinas
El más reciente periodo en el que se registró un primer año positivo de gobierno sexenal fue con el presidente Carlos Salinas de Gortari, quien recibió el país con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 1.28%, en 1988; un año después entregó una tasa de crecimiento de 4.11 por ciento.
Sin embargo, este presidente también tuvo que ver con el que es hasta ahora el mayor colapso económico de la historia reciente de México.
Notimex Al finalizar el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), parecía que el país había superado muchos de sus problemas, pero justo en ese último año todo empezó a deteriorarse.
El presidente Ernesto Zedillo recibió de Carlos Salinas un crecimiento del PIB de 4.94% en 1994, y en 1995 la tasa fue de menos 6.29%, a partir de entonces la economía mexicana no puede crecer cuando menos al mismo ritmo del año previo, es decir, del último año del gobierno saliente.
En la administración del presidente Vicente Fox la tasa de crecimiento durante su primer año de mandato fue de menos 0.40 %, que no se compara positivamente con el nivel de 4.94% registrado en el último año del presidente Zedillo.
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El presidente Felipe Calderón tuvo una tasa del PIB de 2.29% en su primer año, que resulta inferior al 4.50% del año previo; por su parte Enrique Peña Nieto inició su primer año completo con un PIB de 1.35%, por debajo del 3.64% con el que cerró Calderón.
Si no sucede otra cosa, este será un periodo de transición más en el que México registrará un PIB inferior en el primer año completo del mandato de un presidente, desde 1988. Al menos los análisis así lo señalan, y pocas veces suelen equivocarse, sobre todo cuando todos coinciden con lo mismo.
Sí, hay cambios bruscos que la economía resiente
Podemos consignar varias explicaciones para ilustrar lo que sucede y el hecho de que la economía mexicana pierda velocidad o se colapse ante los cambios de gobierno.
Pero lo que es un hecho, es que existe por lo menos un factor que provoca este tipo de desempeño en el desarrollo económico de México.
Este elemento se llama incertidumbre, incluso cuando el nuevo gobernante sea emanado del mismo partido del que presidente que deja su cargo.
En este contexto, es hasta cierto punto lógica la volatilidad e incertidumbre que ya se siente en torno a la economía mexicana, ante un cambio que traerá a un presidente totalmente diferente, de un partido que nunca ha gobernado. Para los mercados y la economía es el inicio de un camino completamente desconocido.
