Desconfianza, el gran problema económico de México y Latinoamérica
Hay evidencias de que la falta de confianza en las personas y en el gobierno incide en el desempeño del PIB y en variables como el empleo manufacturero.
Latinoamérica en general tiene un gran problema que, si lo resuelve, haría que su economía repuntara como nunca en la historia. La confianza entre las personas, las empresas y los gobiernos, tienen un impacto importante en el desarrollo económico, señala el Banco Interamericano de Desarrollo en su estudio denominado “La inclusión en tiempos de Covid-19“.
En la región, el problema de la confianza entre todos los actores económicos es determinante en el atraso y la desigualdad que registra esta parte del mundo.
“Desafortunadamente, la confianza ha ido disminuyendo en el mundo y en la región, y ha aumentado los costos operativos, impidiendo que los recursos sean canalizados hacia el uso más eficiente posible, reduciendo así la actividad económica. Debido a la falta de confianza entre las personas, las empresas y los gobiernos, ninguna de las partes está dispuesta a confiar en las promesas de las demás“, dice el BID.
La desconfianza en cifras
La falta de confianza o la desconfianza en la economía ha sido estudiada por décadas, el BID hace un breve ejercicio en el que deja al descubierto cómo funciona el fenómeno de modo tal que afecta el desempeño económico de toda una región.
A lo largo de las últimas tres décadas, los niveles de confianza interpersonal a nivel mundial han disminuido de 39 por ciento en 1985 a 23 por ciento en 2014. En América Latina y el Caribe la confianza es menor que en otras regiones del mundo y también está disminuyendo.
Según la Encuesta mundial de valores, en 2014 la confianza interpersonal de los ciudadanos en la región era del 11 por ciento mientras que en Europa y en el Sudeste asiático era del 44 y el 32 por ciento, respectivamente. En otras palabras, el porcentaje de personas que cree que otros actuarán de manera oportunista si se les brinda la posibilidad ha aumentado en todo el mundo y en ninguna parte es tan alto como en la región de América Latina y el Caribe.
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De acuerdo con las cifras proporcionadas por el BID, la confianza en el gobierno y en las instituciones en Latinoamérica también es baja. En promedio, a lo largo de todo el período, menos de cuatro de cada diez ciudadanos de América Latina y el Caribe confiaban en su gobierno. Decir que solamente alrededor de 3 de cada 10 ciudadanos de la zona confían en su gobierno y en sus instituciones, refleja en toda su crudeza el gran problema que tienen todas las naciones latinoamericanas. Desde luego, entre más grande es el país, mayores son los efectos negativos de la desconfianza, eso explica los graves problemas en naciones como Brasil, Argentina, México, y aún Chile, Colombia o Perú. Todas las instituciones de la democracia tienen resultados similares, entre las cuales se encuentran el Congreso, el sistema judicial y los partidos políticos.
De acuerdo con el BID, numerosos estudios han identificado la confianza como un factor clave en el progreso social y económico, así como en la estabilidad democrática. Esas evidencias señalan que hay correlaciones positivas entre la confianza y el ingreso. En Estados Unidos se ha observado que un aumento de 10 puntos porcentuales en la confianza se asocia con un aumento de 0.5 puntos porcentuales en la tasa de crecimiento del PIB y un aumento de 1.3 puntos porcentuales en la tasa de crecimiento del empleo manufacturero a lo largo de un período de cinco años. También hay una correlación positiva entre la confianza y la productividad, uno de los principales componentes del crecimiento.
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Este es el mecanismo de la desconfianza
En un intento de explicar de la forma más sencilla este fenómeno, se reproduce un breve mecanismo consignado por el BID, que de tan básico, es reflejo de cómo la desconfianza afecta a las economías sin que nadie o muy pocos se percaten:
Desconfianza:
Individuos: Ausencia de acción colectiva, menores transacciones en la economía, menor participación con gobiernos e instituciones
Negocios: menor crédito, empresas más pequeñas y mayor inversión en seguridad, mayor concentración, más negocios familiares, menor confianza en los bienes públicos, menor cumplimiento de la ley y las regulaciones, menor inversión extranjera directa.
Gobierno/Instituciones: Mayor costo de participación, mayores sanciones, regulaciones más estrictas, falta de acuerdos internacionales y de bienes públicos mundiales.
Si analizamos los puntos anteriores, efectivamente la inmensa mayoría de los países latinoamericanos tienen este tipo de problemas en su economía, son fenómenos muy similares en prácticamente toda la región.
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