Claves para entender el histórico desplome del PIB en el segundo trimestre
La caída del PIB fue menor a la esperada por el mercado, pero no por eso puede ni debe minimizarse. Estas son las claves para entender el desplome económico.
Por histórico, no podemos dejar de lado un breve análisis sobre el desplome del PIB en el tercer trimestre del año. No es simplemente el hecho de antecedentes inexistentes en la historia económica del país, sino lo que las cifras nos quieren decir respecto al futuro de corto plazo que nos deparan estos mismos indicadores.
Lo esperado, sí, pero no por eso es menor
En el discurso oficial se señaló que la caída del PIB era esperada, lo que desde luego es cierto, incluso estuvo por debajo de las expectativas que apuntaban a una debacle de 18.5 por ciento del PIB en el tercer trimestre, al final fue de 17.3 por ciento.
Sin embargo, por muy esperada que fuera la cifra no puede ignorarse porque se trata de un auténtico derrumbe para la economía nacional, estamos frente a una caída jamás vista y debemos dimensionarla en toda su magnitud para hacer los ajustes necesarios y tratar de salir del hoyo lo más pronto posible.
En un intento por dimensionar, podemos señalar lo siguiente: la caída del PIB de México en el tercer trimestre del año equivale a borrar en un sólo periodo (trimeste) el crecimiento previo de 9 trimestres. Entre el primer trimestre de 2017 y hasta el mismo lapso de tiempo en 2019 el PIB acumulado ronda una cifra de 18.4 por ciento, al tiempo que la caída del segundo trimestre de este año 2020 respecto a 2019 fue de 18.9 por ciento, sin considerar los 4 trimestres previos en los que también se registra descenso en la actividad económica del país.
Se trata entonces de una cifra que ya esperaban los mercados, incluso fue ligeramente inferior, pero no por eso de bajo perfil, por el contrario es la confirmación de lo que ya también se esperaba: la mayor debacle económica de la historia.
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El golpe fue, en su mayor parte, externo
Sin duda el confinamiento arrojó estos resultados, el golpe del segundo trimestre del año provino en su mayor parte del factor externo. En otras palabras, aunque el hubiera no existe, si no hubiera existido la pandemia quizás, otra sería la historia. Sin embargo, esa historia imaginaria podría ser menos dramática, pero no necesariamente positiva, ya que la caída de la economía ya era una realidad antes del golpe pandémico. Recordemos que el PIB del primer trimestre de 2019 fue de 0.1 por ciento, pero desde entonces la tasa es negativa o en el mejor de los casos de cero absoluto. La pandemia hundió más a la economía mexicana pero esta ya venía naufragando. El riesgo de que el golpe en su mayor parte sea externo aumentan al mismo tiempo las posibilidades de que se vuelvan a registrar impactos por el mismo factor.
Debacle de las actividades secundarias, lógico pero preocupante
La caída sectorial del PIB tiene sus matices, el INEGI informó que las actividades secundarias (manufactura, construcción) tuvieron un desplome de 26 por ciento, tasa que supera en 7.1 unidades a la propia tasa del PIB total, en 10.4 unidades a la caída de las actividades terciarias (comercio y servicios) y es mucho muy superior al descenso de 0.3 por ciento de las actividades primarias.
Sin duda es un desplome mayúsculo. Al respecto podemos señalar que este retroceso es, hasta cierto punto, lógico por el confinamiento al que se sometió a la economía del país entre los meses de abril, mayo y parte de junio. El cierre de la actividad productiva y con ello el descenso del consumo, no pudieron provocar otro efecto que no fuera el señalado.
Sin embargo, es preocupante esta magnitud de la caída porque la producción y el consumo se vieron interrumpidos, pero no para productos esenciales y otras tantas actividades, lo que permite concluir que el descenso de la actividad económica fue mucho mayor a lo esperado y que la recuperación de la misma podría ser mucho más lenta de lo necesario (tal como lo estiman todos los analistas de México y el mundo, excepto el discurso gubernamental). Lo que nos sugiere este desplome de las actividades secundarias es que el país tuvo un golpe monumental en muchas de sus actividades esenciales dado el perfil productivo del país.
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Actividades primarias, una leve esperanza para la economía
En un afán de ser optimistas, podemos decir que el marginal descenso de las actividades primarias (explotación de recursos naturales, agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza) del país es una buena noticia, una noticia esperanzadora en un mar lleno de intensas tormentas, su caída de apenas 0.3 por ciento palidece ante la magnitud del desplome de las actividades secundarias y terciarias y ante el dato del PIB mismo. Lamentablemente estas actividades primarias (agricultura, pesca, ganadería, etc), han perdido peso en el desempeño económico de México, el año pasado representaron el 3.7 por ciento del PIB total con un valor de 859 mil 118 millones de pesos.
