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Economía

Banco de Inglaterra ya admite que viene una recesión, ¿y los demás bancos centrales?

08-08-2022, 8:58:59 AM Por:
© EFE.

Los bancos centrales del planeta, salvo excepciones ya mencionadas, se empeñan en señalar que sus respectivos países no entrarán en recesión.

La semana pasada, el Banco Central de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) dibujó un escenario casi catastrófico para la economía de Reino Unido.

La institución monetaria previó una mayor Inflación, ya de hecho en doble dígito alrededor del 13 por ciento (no visto desde 1980), y advirtió sobre algo más grave.

A diferencia de sus contrapartes del mundo industrializado, el BoE advirtió que su economía entrará inevitablemente en recesión durante el cuarto trimestre del año en curso, y la misma durará todo el año siguiente, no se verá la luz al final del túnel hasta principios de 2024, siempre y cuando no sucedan otras cosas.

Con estas declaraciones, el Banco de Inglaterra, además de impactar en los mercados y generar mayor incertidumbre, contrastó con la inmensa mayoría de las instituciones del mundo industrializado, que no ven una recesión en sus economías.

Pero los vientos recesivos arrecian cada vez más; a estas alturas hay una certeza y una pregunta sobre las economías del mundo.

La certeza consiste en que la inmensa mayoría de ellas tendrán un proceso de desaceleración, producto de la campaña alcista de tasas de interés que llevan a cabo los bancos centrales.

La gran pregunta es, ¿cuántas de ellas podrán evadir la recesión?

Las advertencias del BoE podrían ser el preludio de lo que le espera a Europa en general; es cierto que la economía del Reino Unido arrastra una serie de problemas que la llevarán a donde ya anticipó el Banco de Inglaterra, pero las condiciones globales pueden arrastrar a varias más a la recesión.

El Fondo Monetario Internacional tampoco habla todavía de recesión, pero sí de desaceleración económica; de hecho, apenas el mes pasado revisó en 0.4 puntos el PIB global para este año al bajarlo a 3.2 por ciento, 0.4 puntos porcentuales menos que su revisión previa.

Además, prevé que para 2023, la economía global crezca 0.7 puntos menos que lo estimado antes y que, por lo tanto, la tasa del PIB global el próximo año sea de 2.9 por ciento.

La tasa es muy baja, pero incluso algunos podrían considerar que no lo es tanto, a la luz de las cifras de años previos.

Pero, no olvidemos que dicha estimación del PIB tiene mucha influencia de China, si quitáramos el crecimiento del gigante asiático, estaríamos hablando de que el PIB mundial es muy cercano al cero.

En este contexto, el fin de semana que recién pasó los, economistas mundiales retomaron el tema de la recesión en dos vertientes.

La primera de ellas es que, según sus estimaciones, los países Bálticos más débiles entrarán en recesión en breve, naciones como Lituania o Estonia, por ejemplo.

Sin embargo, sería una noticia poco relevante si no fuera porque esas naciones son la puerta de entrada a Europa Central, el contagio es una amenaza latente.

También hay que olvidar que, en cierta manera, economías como la de Noruega, Finlandia y Suecia también rodean el Báltico.

Sin mencionar a Alemania, la llamada “locomotora económica” de Europa, país que si se apaga provocaría una inevitable caída en el resto de Europa.

Bancos centrales, con el prestigio dañado

Los bancos centrales del planeta, salvo excepciones ya mencionadas, se empeñan en señalar que sus respectivos países no entrarán en recesión.

Destaca el caso concreto de dos muy importantes para el mundo: El Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), y el Banco Central Europeo (BCE), cuyos funcionarios principales descartan de plano la recesión.

Sin embargo, Estados, instituciones y varias más actúan con el prestigio dañado en los meses recientes, imposible olvidar el papel que jugaron en el repunte inflacionario que hoy tiene al mundo en graves aprietos.

El titular de la Fed, Jerome Powell, señaló desde principios del año pasado que el entonces tímido repunte inflacionario observado entonces era “transitorio.”

Pasaron los meses y el discurso se mantuvo, la palabra predilecta nunca se cambió, sino que se mencionó muchas veces más, la trayectoria alcista de la inflación era “transitoria”.

Fue hasta que la evidencia era incuestionable, cuando el propio Powell señaló que los mercados y los inversionistas habían mal interpretado la palabra “transitoria” cuando se referían a la inflación, dándole con ello un nuevo significado que, de cualquier manera, no quedará consignando en los diccionarios lingüísticos. Ese nuevo significado es hasta el momento todo un misterio.

El hecho es que los bancos centrales desdeñaron el repunte de la inflación, a tal grado que hoy tienen una dosis de responsabilidad en la escalada que registran las tasas de interés, la desaceleración económica que será inevitable y los riesgos de recesión que cada vez son más fuertes a lo largo y ancho del planeta.

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Los vientos de recesión suben de intensidad, alentados por la escalada global de las tasas de interés por parte de los bancos centrales.

En algunas regiones luce ya inevitable, mientras las instituciones monetarias más importantes siguen confiadas en que evitarán la recesión. Ojalá no se repita lo sucedido con la inflación, dos errores seguidos pueden ser fatales para la economía global.

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