Donald Trump podría usar información que den los “Chapitos” para presionar a México

Los hijos de “El Chapo” Guzmán deben informar sobre cómplices, rutas, y personas que los protegieron, a fin de conseguir una sentencia reducida.
Los hermanos Ovidio y Joaquín Guzmán López, conocidos como los “Chapitos”, planean declararse culpables en Estados Unidos mediante un acuerdo con el Departamento de Justicia de ese país, con el fin de obtener una sentencia reducida, aunque para ello deben proporcionar información relevante a través de testimonios que podrían ser utilizados por Donald Trump para presionar a México.
Los datos sobre cómplices, rutas, proveedores, empresas fachada, y personas que les han protegido a través de sobornos, entre las que podrían encontrarse servidores públicos mexicanos, son solo algunos de los temas cuyos detalles deberán revelar los hijos de “El Chapo” Guzmán, quienes están acusados de “inundar” de fentanilo el territorio estadounidense.
En ese tenor, la semana pasada, Donald Trump afirmó que, desde su perspectiva, nuestro país está “dirigido por los cárteles” de la droga, una situación que hace de México “un lugar muy peligroso”, apuntó.
Esa declaración se añade a la posibilidad de que, al asumir como presidente de Estados Unidos la próxima semana, el político conservador declare a los cárteles mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras, tal y como amenazó desde 2024 durante su campaña presidencial.
Por eso es importante la disposición a colaborar mostrada por los “Chapitos”, quienes han empezado a obtener los beneficios que otorga el negociar con la Fiscalía, pues ambos hermanos ya no se encuentran recluidos en el Centro Correccional Metropolitano de Seguridad Administrativa de Chicago.
Ovidio Guzmán López, de 34 años, estaba preso en esa cárcel desde su extradición a Estados Unidos en septiembre de 2023, mientras que Joaquín, de los mismos apellidos, llegó a ese reclusorio en julio de 2024 luego de protagonizar el presunto secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada.
Negociación global
De acuerdo con un portavoz de la Oficina Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés), consultado por ALTO NIVEL, los Guzmán López se encuentran en un centro de reclusión distinto al de Chicago por razones de seguridad.
Esto último forma parte de las negociaciones que realizan los dos narcotraficantes mexicanos con los fiscales de Estados Unidos, quienes -formalmente- ya informaron a la jueza de la Corte del Distrito Norte de Illinois, Sharon Johnson Coleman, que “han comenzado a trabajar para potencialmente resolver” el caso.
Según puede leerse en la más reciente notificación del expediente, el Departamento de Justicia norteamericano está “explorando una posible resolución global” del proceso penal, lo que significa que los vástagos de Joaquín Guzmán Loera negocian en conjunto para obtener penas de prisión no tan severas.

Los conflictos que vienen
Joaquín Guzmán López, alias “el güero moreno”, de 38 años, enfrenta cargos por distribución de drogas; participar en una empresa criminal; lavado de dinero, y utilización ilícita de armas.
De su lado, Ovidio Guzmán López está acusado en la Corte federal de Chicago de conspiración para distribuir narcóticos; conspiración para importar sustancias controladas; formar parte de una empresa criminal continua; realizar transacciones financieras ilegales; y uso y portación ilícita de armas de fuego.
Apodado “El Ratón” o el “Ratón Nuevo”, Ovidio Guzmán también tiene causas por narcotráfico abiertas en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, y en una Corte federal del Distrito de Columbia.
En una moción promovida en octubre de 2023 ante la Corte de Illinois, el fiscal federal interino Morris Pasqual reveló que el mexicano fue espiado por las autoridades estadounidenses, quienes obtuvieron grabaciones telefónicas y más de 250 videos incriminatorios.
El hecho de que sea tan amplia la evidencia en su contra, implica que Ovidio Guzmán deberá proporcionar información que desconozca el gobierno norteamericano, y que sea lo suficientemente relevante para futuras indagatorias.
Son estos detalles los que pueden ser usados por la próxima administración de Donald Trump para presionar al gobierno mexicano, considerando el peculiar carácter del político republicano.
Desde su primera gestión en la Casa Blanca (2017-2021), Trump mostró cuál es el método que utiliza para conseguir todo lo que se propone: Primero amenaza públicamente con implementar alguna medida que afectará a su contraparte.
Enseguida presiona con los elementos a su alcance en conversaciones privadas con los representantes de los países que amenazó, para finalmente cerrar el diferendo con la aceptación de sus peticiones por parte de los amagados.
Así, el empresario que ocupará nuevamente la oficina oval puede aprovechar la información que proporcionen los “Chapitos” para, por ejemplo, obligar a México a detener la migración, o para hacer que nuestro país acepte recibir a todos los inmigrantes que planea deportar, independientemente de si estos son o no mexicanos.
Con esa misma estrategia, Trump puede condicionar la renovación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, que oficialmente solo debía revisarse en 2026, aunque en los hechos se tratará de una renegociación justo por los reclamos que ya ha expresado el republicano en contra de nuestro país.
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