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Economía

Deportaciones masivas, un golpe a la agricultura y la economía de EE UU

07-02-2025, 11:03:59 AM Por:
Deportaciones masivas, un golpe a la agricultura y la economía de EE UU
© Cortesía.

El sector agrícola depende de la mano de obra inmigrante, y la demografía en EE.UU. también es un factor clave

La ola de deportaciones masivas prometida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los inmigrantes indocumentados que trabajan en su país es poco viable en términos económicos, especialmente para sectores como el agrícola.

De acuerdo con el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, el 61% de los trabajadores agrícolas en el país son inmigrantes, y de estos, el 42% no cuenta con autorización legal para trabajar. Es decir, son indocumentados y están bajo la amenaza constante de la deportación.

Se calcula que alrededor de 700,000 inmigrantes indocumentados tienen órdenes finales de expulsión y podrían ser los siguientes en la lista. Deportar a este grupo generaría un grave problema para la economía estadounidense, advierten analistas de Capital Economics. La falta de trabajadores en sectores clave llevaría a lo que han denominado “La Gran Ausencia”, una notoria escasez de mano de obra.

Los efectos serían inmediatos. El primero sería un aumento en los costos laborales debido a alzas salariales, costos que inevitablemente se trasladarían a los consumidores, impulsando la inflación.

Además, algunos productos agrícolas, como las fresas o los arándanos podrían transformarse en artículos de lujo debido a su encarecimiento, haciéndolos inaccesibles para buena parte de la población.

Un sector frágil ante la falta de trabajadores

El mercado laboral estadounidense, especialmente en el sector agrícola, ya enfrenta una situación frágil. Una deportación masiva podría generar una crisis en un sector estratégico que no puede darse el lujo de perder ciclos productivos.

Actualmente, la economía de EE.UU. sufre una escasez de mano de obra generalizada. Cifras del Departamento de Trabajo muestran que, en el Medio Oeste, la edad promedio de los trabajadores agrícolas aumentó de 51 a 56 años en la última década, reduciendo aún más la oferta de trabajadores.

Los analistas de Capital Economics destacan que la idea de que los inmigrantes “quitan empleos” a los estadounidenses no se aplica en la agricultura. De hecho, son los migrantes quienes ocupan plazas que los trabajadores locales no pueden o no quieren cubrir.

El sector agrícola en Estados Unidos no solo depende de la mano de obra inmigrante, sino que enfrenta un déficit de trabajadores que los ciudadanos estadounidenses no han podido ni querido suplir.

Un reporte de Bloomberg señala que muchos de estos inmigrantes llevan décadas trabajando en el campo, hablan inglés y poseen habilidades técnicas esenciales para la producción agrícola. Su papel es crucial para las economías locales.

Deportaciones masivas: un “autoatentado económico”

Más allá del impacto en la agricultura, las promesas de deportaciones masivas y el endurecimiento de las políticas migratorias amenazan con desestabilizar un pilar fundamental de la economía estadounidense: el suministro de alimentos.

La agricultura es solo el primer engranaje de una maquinaria que garantiza el abasto de alimentos en el país. Interrumpir su funcionamiento podría generar problemas graves.

Analistas de Capital Economics e ING advierten que las amenazas de deportaciones masivas podrían quedarse solo en eso: amenazas. Expulsar a la mano de obra migrante sería un “autoatentado económico”.

En su análisis semanal, Paul Donovan, economista en jefe de UBS, señala que la inmigración es un buen indicador de una economía fuerte. Incluso en medio del caos que puede generar un flujo descontrolado de personas, es evidente que los inmigrantes no se dirigen a países pobres, sino a los más prósperos.

Otro dato relevante es que, según el Departamento de Trabajo, el 19.5% de los trabajadores en Estados Unidos son nacidos en otros países, casi una quinta parte de la fuerza laboral. Aunque no existen estadísticas precisas sobre cuántos son indocumentados, es un hecho que la mano de obra migrante tiene un peso creciente en la economía más poderosa del mundo.

James Knightley, estratega en ING, advierte que la caída de la inmigración y una ola de deportaciones podrían convertirse en un freno significativo para la economía estadounidense, especialmente en la agricultura.

Además, la demografía juega un papel clave en esta ecuación. La tasa de natalidad en EE.UU. ha disminuido, lo que significa que cada vez hay menos trabajadores nacidos en el país. Al cierre de 2024, la cantidad de trabajadores estadounidenses era un millón menor que en 2019.

Esta tendencia a la baja sugiere que un cambio es irreversible en el largo plazo. La demografía, junto con la política migratoria, definirá el futuro del mercado laboral en Estados Unidos.

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