Crisis de Covid-19 confirma que México tiene servicios de TI competitivos
En este México que se reinventa, tenemos que definir prioridades y escoger las industrias a las que queremos apostar como palancas para lograr un mayor desarrollo.
Por Federico Casas Alatriste*
Si hace algunas décadas hubiéramos preguntado cuáles eran las industrias detonadoras del desarrollo, hubiéramos coincidido en señalar a la petrolera, la eléctrica y las de comunicaciones y transportes.
Esas industrias siguen siendo el boleto de entrada para los primeros pisos del desarrollo en cualquier economía, pero hoy hay otras industrias que recorren transversalmente al resto del aparato productivo y que habilitan, o en su ausencia limitan, el desarrollo de las economías y las sociedades hacia niveles superiores de bienestar.
Una de estas industrias, con un muy alto impacto en el desarrollo, es la de las tecnologías de la información (TI). Actualmente, en las sociedades avanzadas, el quehacer cotidiano de los individuos y de las empresas descansa, aunque no lo veamos, en sistemas simples y complejos que se entrelazan permanentemente, cada momento, para asegurar que nuestro despertador suene, que hay agua para bañarse, que nos enteremos de las noticias, que haya alimentos para desayunar, que el transporte público o privado funcione, que se recolecte la basura, que podamos realizar transacciones de compra y venta de bienes y servicios, trabajar o incluso divertirnos, ver una película, escuchar música o descansar.
Si no nos detenemos a pensar, parecería que todo lo que nos rodea funciona “naturalmente”, cuando detrás de esto se encuentra la industria de las tecnologías de la información que incluye tres elementos:
- La manufactura de equipos (hardware);
- El desarrollo de las rutinas, algoritmos y procesos automáticos (software); y
- Los servicios para que todo esto suceda, en tiempo y forma, o no.
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Cuestión de madurez
La madurez de la industria y de las empresas de tecnología de la información en un país determina la eficiencia con que se mueve el aparato productivo e incide entonces en el nivel desarrollo. Esta madurez depende, a su vez, de distintos factores: la educación, la inversión, la innovación, los procesos y la disciplina, por señalar sólo algunos. Estos factores se aglutinan en empresas de servicios de tecnologías de la información, que habilitan a las empresas de los más variados sectores para que funcionen adecuadamente y faciliten a los consumidores el acceso a los bienes o servicios que requieren.
Esta función está presente, con diferentes grados de madurez, en las distintas economías del mundo. Actualmente, gracias a tecnologías como la nube, el internet de las cosas o la inteligencia artificial, el peso y la importancia relativa de esta industria crece aceleradamente, buscando acercar cada vez más a las empresas con sus consumidores y generando eficiencias, ventajas competitivas y, por lo tanto, valor.
El proceso de alcanzar la madurez para competir en el desarrollo de software o en la prestación de servicios de tecnología de la información es largo. No se compra en el supermercado. Hay que definir propósitos y áreas de especialidad, invertir, implantar procesos, capacitar, certificar, practicar, entregar, resolver y volverlo a hacer una y otra vez. Generalmente se requiere una masa crítica que permita contar con especialistas de las distintas tecnologías involucradas en los complejos ambientes de negocio de las empresas clientes.
A través de las últimas décadas hemos observado en innumerables ocasiones cómo los servicios de tecnologías de la información, prestados desde México, con técnicos e ingenieros mexicanos, son no sólo competitivos, sino incluso llegan a ser superiores a los prestados desde otras latitudes. La mezcla de las altas capacidades técnicas y la orientación sistemática a procesos con esa inigualable actitud de servicio, hacen la diferencia.
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Industria transversal
En este México que se reinventa, tenemos que definir prioridades y escoger las industrias a las que queremos apostar como palancas para lograr un mayor desarrollo al mismo tiempo que se beneficie a amplios sectores de la población.
La tecnología de la información, por la transversalidad que multiplica su impacto, es hoy una muy buena alternativa. Cada peso invertido en esta industria tiene un efecto multiplicador en otras industrias que se incrementa cotidianamente. Hay que asegurar que llega a todos los rincones, a todas las industrias, para transformarlas y acelerar la generación de valor.
Los ejemplos están ahí, hay empresas de servicios de tecnología de la información, nacionales y extranjeras que, con personal en México, han competido exitosamente en los mercados locales y globales. Hay que observar estos casos y replicarlos. Se requiere tiempo, dinero y disciplina. Su impacto permitirá acceder a nuevos niveles de desarrollo. Esto, sin duda, es una muy buena apuesta.
*Federico Casas es Director General de T-Systems México por 15 años y actualmente es Miembro del Comité Ejecutivo de la empresa.
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