Control del precio a la gasolina podría quebrar al 45% de los expendios del país

Está en riesgo la viabilidad de 4,827 gasolineras para las que prácticamente es imposible vender el litro de la gasolina en un máximo de 24 pesos.
El acuerdo que proyecta concretar el gobierno federal con los empresarios gasolineros del país, para fijar en un máximo de 24.00 pesos el precio del litro de la gasolina, pone en riesgo la viabilidad del 45.5% de los expendios de combustible en México, y también se afectarían los ingresos fiscales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
De acuerdo con un análisis de la consultora PetroIntelligence, las estaciones más afectadas con el pretendido control de precios de los combustibles son aquellas que, para mantener su viabilidad financiera, requieren un margen bruto por encima de los 2.00 pesos por litro en la venta de gasolina regular.
En este caso se encuentran 4,827 gasolineras del país, de un total de 10,607 estaciones. Para estos expendios, resulta prácticamente imposible vender al público -en máximo 24.00 pesos- el litro de la gasolina, debido a que para poder operar necesitan un margen bruto superior a los 2.00 pesos por litro.
En contraste, 5,780 estaciones, el 54.5% del total, pueden enfrentar el tope del precio de la gasolina sin riesgo a quebrar, debido a que su margen bruto es menor a los 2.00 pesos.
Por ende, según PetroIntelligence, fijar el precio del litro de gasolina en 24.00 pesos obligaría al cierre de 542 estaciones en Nuevo León, que equivalen al 86.2% de las gasolinerías que operan en esa entidad.
Lo mismo podría ocurrir con 441 expendios (60.6%) en el estado de Jalisco; 216 (98.2%) en Quintana Roo; 394 (54.4%) en Veracruz; 260 (61.5%) en Sinaloa; 220 (44.8%) en Michoacán, y 207 (57%) en Coahuila.
De hecho, hasta la semana pasada, el precio promedio del litro de gasolina regular superó los 24.00 pesos en 25 de las 32 entidades del país, destacándose los estados de Quintana Roo, Nayarit, Baja California Sur, Oaxaca y Guerrero, donde los precios se ubicaron por encima de los 25.00 pesos por litro.
Adicionalmente, PetroIntelligence detalla que -en el mes de enero- los precios de las gasolinas regular y premium, así como del diésel, tuvieron un crecimiento superior al de la inflación.
Mientras que el mes pasado el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en 0.29%, el precio de la gasolina regular subió 0.85%, el de la premium se incrementó 1.30%, y el del diésel 1.49%.
Mercado y política
El control del precio de la gasolina planteado por el gobierno federal tiene como objetivo que no haya “gasolinazos”, pues se proyecta que Petróleos Mexicanos (Pemex) cuente con una capacidad de refinación autosuficiente para el país.
Se trata de llegar a un “acuerdo voluntario” con los expendedores de combustible, “para que el precio de la gasolina no suba de 24 pesos el litro”, dijo el pasado 12 de febrero la presidenta Claudia Sheinbaum.
De su lado, el director de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, precisó que el plan de trabajo 2025-2030 de la petrolera estatal incluye lograr la seguridad energética para México, por ello se intenta “garantizar el suministro de gasolina y otros combustibles al precio más bajo posible”.
“No habrá gasolinazos y el mercado interno estará abastecido, además de que el precio de la gasolina no será mayor a 24 pesos por litro, para lo cual se continuará con la rehabilitación de seis refinerías con una inversión de 105 mil millones de pesos”, añadió el funcionario.
Finanzas públicas afectadas
El problema es que el precio de la gasolina depende de distintas variables económicas, empezando por la cotización internacional del petróleo, y no necesariamente de la voluntad política del gobierno y de los empresarios del sector.
Al respecto, el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) advirtió que el tope a las gasolinas en 24.00 pesos por litro no solo afectará a los gasolineros, sino también a las finanzas del país.
“Si se combina con un alza (internacional) de precios de los combustibles, incrementaría el déficit fiscal a un nivel histórico, mayor al actual, provocando una tormenta perfecta”, apuntó Rolando Silva Briceño, vicepresidente del área fiscal del IMCP.
Fijar un precio máximo a la gasolina también implica una pérdida de ingresos para el erario, “debido a que no se recaudarían los impuestos esperados”.
Si a eso se añade la inactividad que presentan actualmente las refinerías del país, pues prácticamente todas operan por debajo de su capacidad, “tenemos un escenario adverso” en el que el gobierno tendría que asumir los costos adicionales, lo que “incrementaría aún más el déficit fiscal, llevándolo a niveles históricos”, consideró Silva Briseño.
A su vez, la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) informó en un comunicado que mantiene un “diálogo informado” con la Secretaría de Energía, en el que se están analizando los múltiples factores que intervienen en la formación del precio de las gasolinas.
En cambio, la presidenta Sheinbaum ha insistido que su gobierno quiere que “el petróleo que se produce en México sea principalmente para producir gasolina, diésel y todos los hidrocarburos que produce nuestro país (sic)”.
Por eso hay un cambio de enfoque: Mientras en el pasado “el principal objetivo de Pemex fue la exportación”, ahora se planea producir un límite de 1.8 millones de barriles diarios de petróleo.
“No más, ¿por qué?, porque no queremos contaminar más y no queremos seguir exportando, sino que el petróleo que tenemos -que el petróleo se acaba, es un recurso no renovable- se mantenga para las actuales y futuras generaciones”, argumentó la mandataria.
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