Busca que tu vida sea un éxito con estas prácticas
Una vida completa requiere de equilibrio. Para lograr esta armonía, valdría la pena que tomaras en consideración las siguientes prácticas
Por Mtra. María Luisa Pimentel Zamudio.*
Alguna vez te has preguntado: ¿por qué pasas más tiempo en la oficina que en tus espacios de vida privada?, ¿ has llegado a cancelar o a dejar en segundo lugar una reunión familiar, tus aficiones, o el ejercicio físico debido al trabajo?, ¿te has imaginado cuántos ejecutivos en su lecho de muerte desearían haber pasado más tiempo en la oficina?, ¿le dedicas más horas al trabajo de lo previsto?, temo decirte que estas en riesgo de ser un workaholic o trabajólico es decir de tener una adicción al trabajo.
En una encuesta realizada por Trabajando.com se encontró que el tiempo que se dedica a la familia es menor al deseado por los trabajadores encuestados: 42% dijo que sacrifica tiempo de estar con la familia, el 32% refiere no ver a los hijos ni compartir tiempo con ellos y el 26% señala problemas con la familia, causados por la adicción al trabajo.
Esta necesidad excesiva e incontrolable de trabajar todo el tiempo puede interferir en tu salud física, emocional y en tus relaciones sociales. Actualmente parece como si el trabajo y la familia fueran dos aspectos opuestos entre sí, sin embargo, podemos decir que son complementarios, porque uno enriquece al otro y unidos correctamente ayudan a integrar la propia vida.
Una vida completa requiere de equilibrio. Para lograr esta armonía, valdría la pena que tomaras en consideración las siguientes prácticas:
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Definir «prioridades» cada día.
Como dice Stephen Covey en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, “poner- primero lo primero nos permite liberarnos de la tiranía de lo urgente, para dedicar tiempo a lo que verdaderamente da sentido a nuestras vidas”.
Algunas veces le damos más importancia a contestar todos los correos electrónicos de nuestra bandeja de entrada o le dedicamos más horas de las necesarias a un proyecto, en lugar de estar presentes en un evento especial para alguien de nuestra familia, sin darnos cuenta que estamos dejando de lado lo importante por lo urgente.
Decir NO a los asuntos menos importantes..
Saber decir que no y establecer límites no
es fácil, pero es muy necesario para sentirnos bien con nosotros mismos y con
los demás.
Si tenemos claro cuáles son las prioridades más altas, tendremos el valor de decir “No” a otras cosas, con buena educación, sonriendo y sin dar excusas. Y para hacerlo hay que tener un “Sí” más grande ardiendo adentro, sobre todo si al liberarnos de cosas menos importantes, ganamos tiempo para convivir y disfrutar a la familia.
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Confiar y delegar en la persona adecuada..
Para poder enfocarte en lo verdaderamente importante hay que delegar en la persona adecuada, considerando que tenga la actitud y aptitud necesarias para el resultado que se persigue.
Delegar te ayudará a distribuir el trabajo, generar reconocimiento, motivación, confianza y comunicación en la empresa.
Cuidar el horario y salir a tiempo de la oficina
Otro factor esencial es el horario, hay que ser valientes para salir de la oficina a tiempo, pero habiendo aprovechado “horas de sesenta minutos intensos”, para dejar resueltas todas nuestras responsabilidades.
Y si nuestra motivación para salir a tiempo está relacionada con un tema familiar o personal será más fácil lograrlo, por ejemplo, ir al gimnasio por la tarde o llegar temprano a casa para ayudar a bañar al bebé.
Tomar vacaciones y «desconectarse»
La psicóloga Cecilie Schou Andreassen, de la Universidad de Bergen, Noruega, recomienda “marcar los límites entre el trabajo y la vida personal, estableciendo horarios y gestionando aquellos temores que les llevan a no poner dichos límites”.
Hay ejecutivos que se van de vacaciones, pero están en la playa con su celular en la mano y con su computadora, como si estuvieran en el trabajo. Es recomendable tomar vacaciones y de preferencia hacer planes familiares, pero desconectarse por completo, no nos hagamos imprescindibles en la oficina. Si nos aseguramos de tener una buena planeación para nuestras ausencias, los procesos fluirán y los compromisos institucionales se cubrirán.
La clave para lograr la armonía entre el trabajo y la familia está en no perder nunca de vista la misión personal y nuestras prioridades, ya que primero hay que ser dueños de nuestro destino, para después ser líderes de otros. Se trata de una decisión individual y no depende de factores externos, sino de la capacidad propia para tomar el control y la responsabilidad sobre nuestra propia vida y ser más felices.
*La autora es Jefe de Academia de Recursos Humanos de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana, campus México.
