André Breton, ideas extravagentes y vanguardistas
Audaz, inteligente y recordado. ¿Quién más que Breton? Sin duda, un escritor con ideas muy exóticas.
Toda una personalidad en la literatura. Polémico y trasgresor por donde se lo mire. El escritor francés André Breton era uno de esos pocos hombres que son capaces de hacer la revolución a través del arte de la pluma y la reflexión.
Conocido como el más sobresaliente impulsor del movimiento surrealista. Imposible platicar de literatura de ese tipo si no has leído “Nadja”, su obra más creativa, en parte autobiográfica, o el “Amor Loco”, inspirada por su esposa Jacqueline Lamba.
Participó durante tres años en el movimiento dadaísta, al tiempo que investigaba el automatismo psíquico a partir de las teorías de Charcot y Freud sobre el inconsciente, que descubrió durante sus estudios de medicina.
Con una prosa casi poética y un estilo emotivo y exaltado, postulaba la existencia de una realidad superior a la que sería posible acceder poniendo en contacto dos mundos que tradicionalmente se habían mantenido separados: la vigilia y el sueño. Sin duda, un escritor con ideas muy exóticas.
Siempre con un estilo polémico y atrevido, caracterizado por actitud compleja que muchas veces se ve plasmada en sus escritos y ensayos. Prueba de ello son sus tres Manifiestos Surrealistas. El primer Manifiesto (1924) surgió luego de un quiebre con Tristan Tzara, en que le acusó de conservadurismo, y escribió el texto fundacional de su nuevo movimiento. El segundo Manifiesto (1930) responde a la voluntad de insertar el surrealismo en unas coordenadas políticas y revolucionarias, lo que provocó grandes disensiones en su grupo. Para crear el último de sus manifiestos, Breton rompió con el Partido Comunista y viajó a México, donde su relación con Trotski le llevó a redactarlo.
Una escritura para lectores exigentes y pensantes… ¿Te atreves a abrir tu mente a sus ideas?