Vuelos parados y protestas, los últimos días del aeropuerto de Hong Kong
El aeropuerto internacional de Hong Kong ha visto afectadas sus operaciones por manifestantes en pro de reformas democráticas
Por segundo día consecutivo las operaciones del aeropuerto internacional de Hong Kong han sido afectadas por manifestantes en pro del establecimiento de reformas democráticas dentro del territorio controlado por China.
Luego de que el aeropuerto se viera en la necesidad de cancelar todos sus vuelos del lunes, más de 200, a primera hora de este martes se vivió un descanso en el que se posibilitó el despegue y aterrizaje de aviones. Sin embargo, las autoridades anunciaron que el servicio de facturación se suspendía a partir de las 16:30 horas.
En ese marco, las acciones globales retrocedieron por tercera sesión consecutiva, sumado al nerviosismo por la guerra arancelaria mundial y el derrumbe de la moneda argentina.
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El aeropuerto, uno de los centros de envíos de carga con mayor actividad en el mundo, conserva un ambiente de tensión tras semanas de manifestaciones cada vez más violentas, que han derivado en una serie de acusaciones por parte de las autoridades contra los inconformes.
“Los manifestantes en Hong Kong han recurrido con frecuencia a herramientas extremadamente peligrosas para atacar a la policía en los últimos días, cometiendo graves delitos con brotes emergentes de terrorismo”, dijo el portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao, Yang Guang.
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Con cerca de 5,000 activistas la sala de llegadas ha sido tomada por más de 4 días, teniendo su punto más crítico al iniciar esta semana, cuando la propia autoridad se vio orillada a detallar que las operaciones del lugar se habían visto “seriamente interrumpidas” y “aconsejando” que todos los pasajeros “abandonaran” los edificios de la terminal a la brevedad.
Los analistas afirman que la situación actual ha sumido al territorio en una de las crisis más graves en décadas, y uno de los mayores retos para el líder chino Xi Jinping desde su llegada al poder en 2012.
Pese a que originalmente las protestas fueron dirigidas contra un proyecto de ley de extradición, que según sus detractores consiste en la posibilidad de penalizar a críticos y disidentes del régimen, las demandas se ampliaron y tras 2 meses, los mecanismos democráticos de la ciudad parecen ser el centro del movimiento.
Puesto que el gobierno central de Pekín presentó al movimiento de protesta como cercano al “terrorismo“, el concepto supondría la aplicación e intensificación de la violencia, por ejemplo, frente a las personas detenidas.
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