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Siguen plagios a diseños de pueblos indígenas porque la ley no ha cambiado

21-10-2022, 6:10:00 AM Por:
© Twitter Alejandra Frausto.

Los señalamientos y denuncias en contra de la apropiación indebida de diseños indígenas por parte de diversas marcas de ropa no se materializan en demandas civiles o en reformas a la legislación.

El plagio de diseños textiles y expresiones gráficas de los pueblos indígenas de México continúa en ascenso debido a que, en los hechos, tanto el gobierno federal como los legisladores de Morena y de la oposición, no se han interesado en proteger de manera efectiva a las comunidades originarias, pues no ha habido ningún cambio en la Ley Federal del Derecho de Autor.

En esta semana, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, se pronunció en su cuenta de Twitter en contra de la apropiación cultural “que realizó la empresa @RalphLauren hacia las creaciones originales de las comunidades de Contla, Tlaxcala, y de Saltillo, Coahuila”.

TUIT

La funcionaria incluyó en su publicación dos imágenes, cuyo origen no determinó, en las que pueden observarse un poncho y una falda de dicha marca, cuyos diseños remiten a los sarapes típicos elaborados por indígenas del centro y norte del país.

En el mismo sentido, en su cuenta de Instagram, la esposa del presidente mexicano, Beatriz Gutiérrez Müller, publicó la misma imagen del poncho e hizo un pronunciamiento directo acusando de plagio a la famosa marca de ropa.

“Oye Ralph: ya nos dimos cuenta de que te gustan mucho los diseños mexicanos, sobre todo los que elaboran culturas ancestrales que preservan la tradición textilera”, apuntó la cónyuge de Andrés Manuel López Obrador.

Gutiérrez añadió que al “copiar estos diseños incurres en el plagio, y como sabes, el plagio es ilegal e inmoral. Por lo menos reconócelo. Y ojalá resarzas el daño a las comunidades originarias que hacen ese trabajo con amor y no con fines lucrativos millonarios”.

El problema es que los señalamientos y denuncias en contra de la apropiación indebida de diseños indígenas por parte de diversas marcas de ropa, solo se hace en redes sociales, sin que dichas acusaciones se materialicen en demandas civiles específicas o en reformas a la legislación.

Es decir, hay mucho ruido mediático mostrando los plagios que en la última década han realizado al menos 23 marcas de ropa, mexicanas y extranjeras, pero al mismo tiempo ninguna autoridad ha emprendido acciones legales en contra de esos actos, y los legisladores, además del Ejecutivo federal, se mantienen indiferentes ante la urgencia de reformas a la Ley Federal del Derecho de Autor.

Sin voluntad política para detener plagios

Uno de los casos más sonados sobre plagios de diseños indígenas se registró en 2019 con una serie de prendas de la casa de la famosa diseñadora venezolana Carolina Herrera.

La colección “Resort 2020”, que elaboró para esa marca el estadounidense Wes Gordon, exhibió patrones y bordados con figuras de animales, plantas y flores similares a los que estampan en sus blusas y vestidos tradicionales los indígenas de los estados de Hidalgo, Oaxaca y Coahuila.

En esa ocasión, al igual que lo que ocurre hoy con las piezas de Ralph Lauren, los ingresos y ganancias de la venta de ropa que reproduce diseños de pueblos originarios se quedaron solo en esas empresas textiles, sin que las comunidades recibieran algún beneficio económico.

Al respecto, hace dos años, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación en la que advirtió que “México no cuenta con un marco jurídico adecuado que atienda las especificidades y características propias de los pueblos y comunidades indígenas, mismo que haga efectivo su derecho a la protección” de su patrimonio cultural.

Dichas falencias incluyen la ausencia de una protección para la iconografía de esas comunidades, cuyos integrantes y creadores están completamente indefensos ante los diversos actos de apropiación indebida de su patrimonio cultural inmaterial.

En su recomendación, la CNDH exhibió cuatro casos de plagios de diseños originales que fueron comercializados por distintas empresas, mostrando con imágenes los productos que utilizaban la iconografía de los pueblos originarios sin que previamente se haya obtenido el consentimiento de sus creadores.

A pesar de lo anterior, el Congreso mexicano no se ha dado el tiempo para introducir cambios a la ley, incumpliendo con ello una de sus facultades constitucionales, en detrimento de los indígenas de nuestro país, cuya situación de vulnerabilidad merece que sean protegidos de manera especial.

Iniciativas congeladas

En abril del año pasado, en la Cámara de Diputados se presentó una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Derecho de Autor que pretendía adicionar una fracción al artículo 4 de esa norma, reconociendo como objeto de protección las obras “creadas por pueblos y comunidades indígenas”.

El reconocimiento en la reforma, que hoy se mantiene en la congeladora legislativa, destacaba que la protección que otorgaría la Ley Federal del Derecho de Autor sería a la colectividad creadora de obras originales, pues los diseños textiles de los pueblos originarios no cuentan con un solo autor.

Asimismo, en diciembre de 2021, el Senado aprobó cambios a los artículos 157 y 160 de esa misma legislación, incorporando a esos numerales la protección del arte popular o artesanal, y las expresiones de las culturas tradicionales indígenas.

De hecho, esa iniciativa prevé que cuando exista duda de la comunidad o pueblo a quien deba solicitarse la autorización escrita para uso o explotación, “la parte interesada solicitará a la Secretaría de Cultura una consulta para identificar al titular”.

Esta propuesta también permanece congelada en la Cámara de Diputados, pues esa soberanía solo recibió la iniciativa avalada por el Senado, sin darle un turno específico para su aprobación definitiva.

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autor Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.
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