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México

Lo que más nos duele de Javier Duarte y que debe pagar

16-04-2017, 2:38:03 PM Por:
Javier Duarte fue capturado este Sábado de Gloria en Guatemala.

Que el PRI no se equivoque; la captura de Duarte no le devolverá los millones de votos que perdió por gobiernos corruptos. Pero sí tiene una oportunidad de hacer pagar por el dolor que el exgobernador de Veracruz dejó atrás.

“Ya capturaron a Javier Duarte, creo que volveré a votar por el PRI…”, dijo nadie, nunca en México. El balance electoral en el Estado de México no va a cambiar por un arresto, y eso lo sabe el partido tricolor. Sin embargo, la presión para encontrar a uno de los exgobernadores más odiados de tiempos recientes fue real en las filas del partido. El PRI se sabe en grave riesgo en el Estado de México. Las encuestas, por poco fiables que hayan resultado en los últimos años, ofrecen indicios:

Reforma (16/marzo) El Economista
(5/abril)
El Universal
(10/abril) %
Alfredo del Mazo 29% 24.5% 21%
Delfina Gómez 28% 21.3% 17.4%
Josefina Vázquez Mota 25% 18.4% 14.1%
Juan Zepeda 11% 12.8% 12.7%

Más allá del panorama electoral, están la presiones desde el propio gobierno, pues Javier Duarte robó de la forma más directa y en cantidades altísimas, aún para los estándares de los últimos años (si es que los tienen). La Auditoría Superior de la Federación, nada más, suma un monto de 35,000 millones de pesos (mdp), sin precedentes, y le faltaba auditar 2016. El SAT mismo ha dedicado meses a cazar empresas fantasmas de Duarte, si bien no ha recuperado ni 1,000 mdp.

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El político de la “nueva generación” de priistas no ejerció (nada más) las formas de corrupción menos escandalosas, como atribuirse obra pública, inflar costos o pedir “moches”. Simplemente se robó un gran caudal de dinero que le mandaba la Federación, con muy pocos esfuerzos por encubrir sus maniobras. Esto es lo que tiene a mucha gente del propio régimen fuera de sus casillas. “Así no se roba”, han de decir, en medio del descaro. Y por ello, le echarán encima todo el peso del sistema.

Pero lo que más duele de Javier Duarte, no es lo que se robó, sino lo que dejó de hacer. No cabe duda que, bajo su gobierno, Veracruz se precipitó en una espiral de violencia terrible, que sólo va a irse desenterrando junto con los 250 cadáveres de las 125 fosas clandestinas que están apareciendo por todo el estado, según reportes del colectivo Solecito. Hombres, mujeres, niños, muchas niñas, víctimas de fuerzas asesinas que no le piden nada a ISIS y debieran ser castigados por igual, como criminales de guerra, llámense Zetas o Cártel del Golfo.

Duele más que, mientras asesinaban a su población, Duarte dijera que en Veracruz los crímenes eran robos de Pingüinos en el Oxxo; que mintiera y engañara a los colectivos de desaparecidos respecto de buscar a sus familiares. Duele, mucho, el asesinato de uno de los miembros de la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, un padre que buscaba a su hija. Y qué decir de los periodistas.

Duele que su robo realmente dejó al estado sin un gran número de obras públicas, infraestructura, empleos, desarrollo.

Por ello, sus acciones y las de sus colegas exgobernadores le van a costar millones de votos al PRI y, por lo mismo, hay razones para pensar que la vida de Javier Duarte y la de Tomás Yarrington van a estar en grave riesgo, pues faltan muchas preguntas: deben ponerse a temblar no sólo las decenas de prestanombres que engatusó, sino también las autoridades federales, municipales y partidistas a las que compartió algo de lo robado. Qué tanto más saben y qué tanto estarán dispuestos a hablar estos personajes, es lo que viene.

autor Periodista
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