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Las implicaciones legales del viaje de Beatriz Gutiérrez de López Obrador

12-10-2020, 6:10:00 AM Por:
© Italy in Mexico vía Twitter

La esposa del presidente ha dicho que no es primera dama, tampoco es funcionaria, pero viajó a Europa representando al jefe del Estado mexicano.

El estatus legal de las actividades de Beatriz Gutiérrez de López Obrador sigue siendo el mismo que han tenido todas las cónyuges de los presidentes en México: No hay ninguna reglamentación al respecto, por lo que el uso de recursos públicos de parte de las esposas de los jefes del Estado mexicano es y ha sido discrecional y opaco, tal y como sucedió con Angélica Rivera, Margarita Zavala, Martha Sahagún, Nilda Patricia Velasco o Cecilia Occelli, esposas de los mandatarios en los últimos 30 años.

Aunque en 2018 Beatriz Gutiérrez Müller dijo que no desempeñaría el papel y actividades que realizaron sus antecesoras, en los hechos, la esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador ha actuado de la misma forma en la que lo hacían las esposas de otros titulares del Ejecutivo, destacándose su reciente viaje a Europa para entrevistarse, hasta ahora, con el Papa Francisco, con el presidente de Italia, y con Brigitte Macron, esposa del presidente de Francia.

El periplo europeo de la cónyuge de López Obrador tiene el propósito “de obtener piezas históricas y arqueológicas de México para exponerlas en nuestro país” en 2021, año del bicentenario de la Independencia, informó el presidente en su cuenta de Twitter, dando a conocer además dos cartas que su esposa les entregó a Jorge Mario Bergoglio, jefe del Estado Vaticano, y a Sergio Mattarella, presidente de Italia.

En las misivas, que en términos de la política de austeridad de la actual administración, pudieran haber sido enviadas por la Cancillería de nuestro país, López Obrador no solo solicita en préstamo, por un año, cinco códices precolombinos y mapas de Tenochtitlan, propiedad del Vaticano, de la Biblioteca Florentina y de la Universidad de Bolonia, también pide que la Iglesia católica ofrezca una disculpa “a los pueblos originarios que padecieron de las más oprobiosas atrocidades” en el México de la Conquista.

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Representación informal

“Beatriz Gutiérrez Mueller” (sic) visitó al Papa Francisco en nombre del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, así lo explica el mismo mandatario en su misiva al jefe del Estado Vaticano.

En términos de la fracción II del artículo 89 de la Constitución, el presidente en México tiene la facultad de nombrar o remover a cualquier empleado de la administración federal, si dicho cargo no está “determinado de otro modo” en la carta magna o en las leyes. Aquí podrían ubicarse las funciones de representación protocolaria del presidente que ha hecho su esposa no solo en este viaje a Europa, sino también en otros eventos.

El problema es que -en todos los casos- se ha tratado de una representación informal, que no consta en ningún documento y que, siendo estrictos, raya en la usurpación de funciones. Asimismo, tal y como ocurría en otras administraciones, lo que impera es la opacidad, la discrecionalidad legal y presupuestaria, y sobre todo la ambigüedad con respecto al verdadero papel que desarrolla Beatriz Gutiérrez de López Obrador.

Opacidad formal

Como no es funcionaria y, se supone, no ejerce ni dispone de recursos públicos, no está obligada a presentar declaración patrimonial, eso le ha servido para mantener una actitud que podríamos calificar como poco tolerante hacia sus críticos. Por eso Beatriz G. Müller, como solía llamarse en Twitter hasta la semana pasada, suele bloquear en esa red social a todo aquel que la cuestiona, bajo el argumento de que es una ciudadana más, que no desempeña ninguna función oficial.

Sin embargo, ahora que la misma Presidencia hizo públicas las imágenes de los encuentros de la esposa del presidente con el papa Francisco, y con el jefe de Estado italiano, Sergio Mattarella, al tiempo que se reconoce que viaja en nombre del titular del Poder Ejecutivo federal, la situación fáctica ha cambiado, y con ello también las consecuencias jurídicas de las actividades de la esposa del presidente.

Por ejemplo, se deben hacer públicos los gastos de traslado, hospedaje y alimentación, erogados para la entrega de las cartas ya mencionadas; también es importante saber cuál es la fundamentación legal que está usando el mandatario para que su esposa viaje en su nombre y se encuentre con jefes de Estado de otras naciones. Igualmente, pero a través del juicio de amparo, se puede pedir que Beatriz Gutiérrez mantenga su cuenta de Twitter sin bloqueo alguno, dado que ya no solo hace actividades privadas, como ella misma ha insistido.

https://twitter.com/ItalyinMEX/status/1314671693370142723?s=20

Tal y como fue obligado el presidente Vicente Fox, tiene que hacerse público el uso de recursos públicos para la vestimenta de López Obrador y de su esposa. Y en esto último no es suficiente que, vía transparencia, se responda que la información es inexistente, tal y como suelen repetir en la Oficina de la Presidencia, por el contrario, sería deseable que el mismo mandatario declare formalmente si esos gastos provienen o no del erario.

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Patrimonio nacional

Asimismo, hay otras consecuencias jurídicas que podrían presentarse tras la labor de Beatriz Gutiérrez como mensajera de las epístolas del presidente mexicano, empezando por la solicitud de préstamo de cinco códices precolombinos y mapas de la antigua capital azteca.

De entrada, es difícil que esto se materialice, pues en el extranjero saben perfectamente que este tipo de objetos, al llegar a nuestro país, son considerados monumentos arqueológicos que adquieren el estatus de propiedad nacional, inalienable e imprescriptible, y cuya exportación está prohibida, por lo que no pueden salir del territorio mexicano, de acuerdo con los artículos 27 y 28 de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.

Esta es una de las razones por la que, por ejemplo, el gobierno de Austria nunca ha accedido a las peticiones de préstamo del llamado Penacho de Moctezuma, un tocado de plumas de quetzal con oro, de origen azteca, que se exhibe en el Museo de Etnología de Viena.

Resalta además que, en sus cartas, López Obrador asegura que él mismo se haría responsable de la devolución de los objetos que pudieran prestarse a México, lo que legalmente excede sus facultades y trasgrede la ley a la que hemos hecho referencia.

Historia ideologizada

Otro tema, no exento de polémica, es la peculiar visión histórica que se manifiesta en los documentos entregados en Italia y en el Vaticano. López Obrador dice que la grandeza cultural de México “fue distorsionada” por los intereses “de quienes nos invadieron y colonizaron”.

“Desde hace 500 años, se narró que aquellos pueblos originarios de Mesoamérica eran atrasados y bárbaros”, lo que justificó “saqueos y atrocidades”, puede leerse en la carta enviada al presidente italiano.

Un tono similar fue utilizado por el presidente en la misiva que su esposa le entregó al Papa Francisco, destacándose la petición de una disculpa a los pueblos originarios, lo que servirá como un compromiso para que “nunca, jamás, se cometan actos irrespetuosos a sus creencias”.

No hay duda, lamentarse de la historia, antigua o reciente, es una importante característica del discurso de López Obrador, con el que el mandatario presenta al pasado como un escenario de solo dos caras, bueno o malo, y no como en realidad es: Un mosaico multidimensional de sucesos, actores y contextos, que no pueden ser evaluados a raja tabla bajo la perspectiva de nuestros actuales valores, hacerlo así implica distorsionar a conveniencia la diversidad histórica.

Es cierto que la Conquista española y la evangelización católica no fueron agradables para los pueblos originarios de lo que hoy es México, pero tampoco lo eran la opulencia de los Tlatoanis aztecas, la pobreza de sus súbditos, o la esclavitud de los pueblos vencidos por estos, pues esa cultura también cometía “atrocidades”, en los mismos términos a los que se refiere el presidente de los conquistadores.

En el México precolombino la mujer estaba marginalizada, ser homosexual era un delito que se castigaba con el empalamiento, solo las élites podían beber pulque, pues la ebriedad en el pueblo raso mexica también era un ilícito, por no mencionar los sacrificios humanos rituales, y la antropofagia practicada en aquellos tiempos. Así de variada y multifacética es nuestra historia, cimiento de la pluralidad que hoy somos como mexicanos.

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autor Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.
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