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Internacional

Elecciones EU: Es posible que no haya un claro ganador el 3 de noviembre

02-11-2020, 5:01:29 PM Por:
Foto: Reuters.

Es posible que el día de la elección no se tenga total certeza de quién ganó, hasta que se cuenten todos los votos por correo.

Los estadounidenses deberán decidir en las elecciones de este 3 de noviembre si quieren otros cuatro años más de Donald Trump en la Casa Blanca y de un gobierno a golpe de mensajes en Twitter o, por el contrario, prefieren una vuelta a la política tradicional de la mano del demócrata Joe Biden.

Sin embargo, es posible que la noche del 3 de noviembre falten millones de votos por contarse en varios estados, lo que puede demorar los resultados finales y crear más incertidumbre y tensión en una campaña electoral ya de por sí enrarecida.

Voto anticipado

Una de las peculiaridades de estas elecciones, y también una de las pruebas de la polarización imperante en el país, es la previsible participación récord, a tenor de los millones de estadounidenses que han votado por adelantado. Según US Election Project, hasta el domingo habían votado algo más de 94 millones de estadounidenses, incluidos casi 60 millones que lo han hecho por correo y 34 que han acudido a votar de forma anticipada. en estados como Texas, el voto adelantado ya ha superado al total de 2016.

El principal problema que plantea el voto por correo y el voto anticipado es el del recuento. En el caso del voto por correo, antes de computarlo es necesario procesarlo de forma adecuada y validarlo: solo en 32 estados es posible llevar a cabo este proceso desde una semana antes de la jornada electoral –y solo en algunos iniciar el recuento– si bien en otros habrá que esperar al 3 de noviembre para ello, lo que dado el elevado número de votos emitidos por esta vía demorará el resultado.

Además, en 23 estados, los votos por correo se cuentan aunque lleguen algunos días después y en algunos estados incluso se permite su envío hasta un día antes de la jornada electoral, lo que previsiblemente alargará aún más el proceso de recuento y, en casos de un resultado muy ajustado, podría impedir dirimir quién es claramente el ganador.

Una eventual demora en la proclamación del vencedor –como la vivida en 2000 cuando fue el Tribunal Supremo el que terminó dando la victoria a George W. Bush en Florida por 537 votos y con ello la mayoría en el Colegio Electoral– podría abrir una crisis sin precedentes en el país. Trump ha criticado por activa y por pasiva el sistema de voto por correo, advirtiendo de posibles fraudes, al tiempo que no ha cerrado la puerta a no reconocer el resultado si esto no es de su agrado.

Crisis política y posible estallido de violencia

“Por primera vez, se suma una tercera y alarmante posibilidad a los dos escenarios que se derivan de toda elección presidencial: la no aceptación del resultado electoral por parte del presidente saliente y la consecuente crisis política y constitucional a la que deberá enfrentarse una potencia fracturada internamente y transformada en lo internacional”, subraya Pol Morillas, director del CIDOB.

Esto podría abrir una caja de Pandora en Estados Unidos, puesto que la actual polarización del país, que Trump se ha encargado de alentar en estos cuatro años, hace temer un riesgo real de violencia política.

En los últimos meses la confluencia de la pandemia –cuyo alcance el presidente se encargó de minimizar y de la que no duda en responsabilizar a China– junto con una ola de protestas masivas en torno al movimiento Black Lives Matter han servido de caldo de cultivo perfecto para la proliferación y consolidación de grupos armados, en general de extrema-derecha.

Igualmente, en un país en el que la tenencia de armas es un derecho reconocido por la Constitución, el interés de los estadounidenses por armarse ha alcanzado cotas nunca vistas, con una cifra récord de solicitudes de antecedentes penales al FBI y con las estanterías de las tiendas de armas vacías y los fabricantes con problemas para cubrir el aumento de la demanda.

“Si se produce la violencia, lo cual parece probable, un desafío clave podría ser evitar que se convierta en cascada y lleve a la pérdida de más vidas y a una mayor perturbación de una política tradicionalmente pacífica”, advierten los expertos Colin P. Clarke y Daniel L. Byman en un artículo para Brookings.

Desgraciadamente, subrayan, el principal “comodín” en esta situación es el propio Trump. “Él tiene el poder de reducir la amenaza o exacerbar la polarización“, inciden. “Igualmente importante, si estalla la violencia, el presidente debe condenarla firmemente, incluso si es el perdedor de las elecciones”, sostienen los dos expertos. “Sin embargo, su historial hasta ahora sugiere que podría empeorar las cosas, no mejorarlas”, remachan.

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