¿Fue la CIA, el narco o el Estado? Así mataron a Manuel Buendía, según documental de Netflix
La noche del 30 de mayo de 1984, cuando salía de sus oficinas ubicadas en la Zona Rosa de la capital mexicana, Manuel Buendía, de 58 años, recibió por la espalda cinco impactos de bala que le quitaron la vida.
Pistas e hipótesis que apuntan a los servicios de inteligencia estadounidenses, al Estado mexicano o al involucramiento del crimen organizado, junto con múltiples imágenes y testimonios que muestran que en este país poco ha cambiado la justicia, resumen los 100 minutos del documental “Red Privada: ¿Quién mató a Manuel Buendía?”, que se estrenará en Netflix el miércoles 14 de julio.
Tras más de diez años de investigación y dificultades para acceder a los archivos en México, Manuel Alcalá, su director, nos pone al día sobre la figura, el trabajo y el trágico homicidio del periodista Manuel Buendía Tellezgirón, quien fue privado de la vida en 1984. Un crimen cuya investigación oficial dejó una estela de dudas que ahora se plasman visualmente en esta obra.
Narrado por el actor Daniel Giménez Cacho, el documental desvela los entresijos del poder en los tiempos en los que la libertad de expresión era limitada, por lo que los periodistas críticos del régimen, como Manuel Buendía, se jugaban la vida en cada columna.
Con una investigación “armada” que en realidad sirvió para ocultar a los verdaderos asesinos, el documental parece describir no un hecho del pasado, sino una realidad que sigue siendo cotidiana en México.
“A pesar de que cambia el contexto todos los ingredientes siguen un poco ahí, y estamos viviendo muchas de las mismas condiciones que denunciaba Buendía”, afirma Manuel Alcalá en entrevista con ALTO NIVEL.
La narrativa del documental, creada a partir de fragmentos de las publicaciones de Manuel Buendía, sintetiza el pasado y presente del periodismo mexicano, de la cultura de la impunidad, y de la poca confianza que puede tenerse en las instituciones de seguridad y procuración de justicia, cuando a estas les toca investigar el homicidio de un periodista.
Y es que “el formato que hay del poder”, o de los poderes en México, no siempre es transparente, igual que cuando Buendía vivía, estos se mueven “por decisiones personales”, argumenta el director.
Protagonistas de un crimen
La noche del 30 de mayo de 1984, cuando salía de sus oficinas ubicadas en la Zona Rosa de la capital mexicana, Manuel Buendía, de 58 años, recibió por la espalda cinco impactos de bala que le quitaron la vida.
Por el crimen fue encarcelado en 1989 el actor, rockero y agente de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), Juan Rafael Moro Ávila, quien obtuvo su libertad en febrero 2009. En el documental afirma ser inocente, aunque admite haber hecho una confesión solo porque él y su familia estaban amenazados.
La Dirección Federal de Seguridad era la policía política de México, encargada, desde 1947, de espiar y reprimir a los opositores del sistema hegemónico de aquellos días.
En el momento del asesinato de Manuel Buendía ese organismo dependía de la Secretaría de Gobernación, cuando su titular era Manuel Bartlett Díaz, actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El titular de la DFS, subordinado de Bartlett, era José Antonio Zorrilla Pérez, quien fue sentenciado como el autor intelectual del homicidio del periodista, y por haber obstaculizado las investigaciones iniciales.
“Por cuestiones de seguridad él nunca quiso aparecer en el documental, pero pues sí tuve muchísimas conversaciones con él, (…) y él me dio muchísimo contexto de los tiempos y del caso, obviamente él tiene sus teorías” sobre el crimen de Buendía, comenta Manuel Alcalá.
El autor material del homicidio, de acuerdo con las investigaciones oficiales, habría sido José Luis Ochoa Alonso, a quien apodaban “el chocorrol” o el negro, quien a la postre también fue asesinado.
Al respecto, Manuel Alcalá analiza todos los cabos sueltos de esas pesquisas, actualiza y detalla las hipótesis que podrían explicar el homicidio de Manuel Buendía, al tiempo que revela testimonios inéditos de algunos extranjeros que conocen el caso de primera mano.
La versión oficial “tiene muchísimos huecos, fue algo que se armó también como para complacer intereses políticos”, considera Alcalá. Por eso el filme construye no solo el ambiente de la década de los ochenta, sino también un retrato de la forma en la que sigue actuando el sistema de procuración de justicia mexicano.
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Surya Palacios Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.