Sin Liu Xiaobo se entrega Nobel de Paz
El disidente chino Liu Xiaobo cumple una condena de once años de prisión por incitar a la subversión.
10 de diciembre de 2010
Con la ausencia de Liu Xiaobo, la Academia sueca y los reyes de Noruega entregaron simbólicamente el Premio Nobel de la Paz, poniendo el reconocimiento en la silla que debió ocupar el activista chino Xiaobo.
Durante la ceremonia el comité organizador del Premio Nobel decidió leer el discurso “No tengo enemigos, mi declaración final”, pronunció por Liu Xiaobo el 23 de diciembre de 2009 durante el juicio en el que fue condenado a once años de prisión por incitar a la subversión como coautor del manifiesto “Carta 08”.
El disidente Liu Xiaobo está en contra del gobierno chino porque “envenenará el espíritu de la nación, incitará a luchas mortales y crueles, destruirá la tolerancia y humanidad de una sociedad y dificultará los progresos de una nación hacia la libertad y la democracia”.
Liu Xiaobo admitió no obstante progresos y resaltó que la reforma y la apertura impulsadas en China tras el fin de la era de Mao Tse-Tung fueron un “proceso de debilitamiento gradual de la mentalidad del enemigo y de la psicología del odio”.
El gobierno de Pekín se manifestó a través de un comunicado, expresando que “se opone firmemente a que ningún país o persona utilicen el Premio Nobel de la Paz para interferir en los asuntos internos chinos o violar la soberanía legal china”.
Algunas de las figuras que asisten a la ceremonia, están la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y los actores Denzel Washington y Anne Hathaway. La premiación contó con la música del violinista Lynn Chang, que por designio del gobierno chino no podrá volver allá luego de esta presentación.
Xiaobo quiso dedicar su galardón a “las almas perdidas” de 1989, cuando soldados sofocaron manifestaciones a favor de la democracia en la plaza Tiananmen. Testigos y grupos de derechos humanos dijeron que cientos perdieron la vida.
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