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Muere Gabriel García Márquez, genio del realismo mágico

15-04-2014, 11:44:28 AM Por:
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El premio Nobel de Literatura falleció a los 87 años en la Ciudad de México. Aquí un repaso por los momentos más importantes de su vida.

Gabriel García Márquez murió un jueves santo, el 17 de abril de 2014. A los 87 años, el genio de la literatura latinoamericana libró la última batalla contra el cáncer, después de vivir  un sinfín de aventuras que lo llevaron a ser un grande de las letras a nivel mundial.

Integrante del boom latinoamericano, junto Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y José Donoso, García Márquez se va como uno de los principales representantes del realismo mágico, que él mismo definió como la ruptura de la frontera entre lo que parece real y lo que parece fantástico. Aquí un breve paso por los principales momentos de su vida.

Gabriel José García Márquez nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, al norte de Colombia, en el municipio de Magdalena.

Fue hijo de Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez Iguarán, recuerda Gabo en su biografía, ‘Vivir para contarla’. Sin embargo, fueron sus abuelos quienes marcaron su vocación literaria.

Creció como niño único entre sus abuelos maternos y sus tías, pues a la edad de cinco años, sus padres se fueron a vivir a la población de Sucre, donde tuvieron a la mayoría de sus once hijos.

Sus abuelos eran dos personajes particulares que lo marcaron como literato: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba al pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX. Lo llevaba al circo y al cine, y fue su cordón umbilical con la historia y con la realidad.

Doña Tranquilina Iguarán, su cegatona abuela, se la pasaba siempre contando fábulas y leyendas familiares, mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica, supersticiosa y sobrenatural de la realidad. Entre sus tías la que más lo marcó fue Francisca, quien tejió su propio sudario para dar fin a su vida, recuerda Biografías y vidas.

‘Gabo’ aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca donde permaneció hasta 1936, cuando murió el abuelo y tuvo que irse a vivir con sus padres a Sucre, de donde salió para estudiar interno en el colegio San José, de Barranquilla, donde a la edad de diez años ya escribía versos humorísticos.

En 1940, gracias a una beca, ingresó en el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá donde tuvo como profesor de literatura, entre 1944 y 1946, a Carlos Julio Calderón Hermida.

A los 27 años publicó su primera novela, La hojarasca, en la que ya manifestaba rasgos de obra de ficción con una narrativa enfocada en la tradición literaria hispanoamericana.

En 1955, cuando publicó La hojarasca, le obsequió un ejemplar a su maestro con la dedicatoria: “A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera”. Ocho meses antes de la entrega del Nobel, en la columna que publicaba en quince periódicos de todo el mundo, García Márquez declaró que Calderón Hermida era “el profesor ideal de Literatura”.

En 1947, presionado por sus padres, se trasladó a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional. Ahí empezó sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario El Espectador.

El estudio de leyes no era propiamente su pasión, pero logró consolidar su vocación de escritor. El 13 de septiembre de 1947 se publicó su primer cuento, La tercera resignación, en el suplemento Fin de Semana, nº 80, de El Espectador, dirigido por Eduardo Zalamea Borda (Ulises), quien en la presentación del relato escribió que García Márquez era el nuevo genio de la literatura colombiana. A las pocas semanas apareció un segundo cuento: Eva está dentro de un gato.

Debido al “Bogotazo”, la Universidad Nacional se cerró indefinidamente y García Márquez se trasladó a la Universidad de Cartagena, donde siguió siendo un alumno irregular. Nunca se graduó, pero inició una de sus principales actividades periodísticas: la de columnista en el recién fundado periódico El Universal.

A principios de los años cuarenta comenzó a gestarse en Barranquilla una especie de asociación de amigos de la literatura que se llamó el Grupo de Barranquilla de la que Márquez fue activo participante.

Gracias a una neumonía, cambió su trabajo en El Universal por una columna diaria en El Heraldo de Barranquilla, que apareció a partir de enero de 1950 bajo el encabezado de “La girafa” y firmada por “Septimus”.

En esa época del Grupo de Barranquilla, García Márquez leyó a los grandes escritores rusos, ingleses y norteamericanos, y perfeccionó su estilo directo de periodista y analizó con cuidado el nuevo periodismo norteamericano.

La vida de esos años fue de completo desenfreno y locura. Fueron los tiempos de La Cueva, un bar que pertenecía al dentista Eduardo Vila Fuenmayor y que se convirtió en un sitio mitológico en el que se reunían los miembros del Grupo de Barranquilla a hacer locuras, narra Biografías y Vidas.

También fue la época en que vivía en pensiones de mala muerte, como El Rascacielos, edificio de cuatro pisos, ubicado en la calle del Crimen, que alojaba también un prostíbulo.

Muchas veces no tenía el peso con cincuenta para pasar la noche; entonces le daba al encargado sus mamotretos, los borradores de La hojarasca, y le decía: “Quédate con estos mamotretos, que valen más que la vida mía. Por la mañana te traigo plata y me los devuelves”.

En 1960 vivió seis meses en Cuba y al año siguiente fue trasladado a Nueva York, pero tuvo grandes problemas con los cubanos exiliados y finalmente renunció. Afín a los movimientos de izquierda, ‘Gabo’ siguió de cerca la insurrección guerrillera cubana hasta su triunfo en 1959. Fue amigo de Fidel Castro y participó en la fundación de Prensa Latina, la agencia de noticias de Cuba.

Después de recorrer el sur de Estados Unidos se fue a vivir a México. Un día de 1966 en que se dirigía desde Ciudad de México a Acapulco, Gabriel García Márquez tuvo la repentina visión de la novela que durante 17 años venía rumiando: consideró que ya la tenía madura, se sentó a la máquina y durante 18 meses seguidos trabajó ocho y más horas diarias, mientras que su esposa se ocupaba del sostenimiento de la casa.

En 1967 apareció Cien años de soledad, novela cuyo universo es el tiempo cíclico, en el que suceden historias fantásticas: pestes de insomnio, diluvios, fertilidad desmedida, levitaciones.

Después de ser rechazado por varios editores, finalmente una editorial argentina le publica su obra maestra y una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX, Cien años de soledad.

Con su obra maestra, surge la fórmula narrativa: Realismo mágico latinoamericano, en el que se encuentran elementos realistas con apariciones y circunstancias fantasiosas.
Después del éxito de Cien años de soledad, García Márquez se estableció en Barcelona y pasó temporadas en Bogotá, México, Cartagena y La Habana.

En 1972 Gabriel García Márquez obtuvo el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, y pocos años más tarde regresó a América Latina, para residir alternativamente en Cartagena de Indias y Ciudad de México, debido sobre todo a la inestabilidad política de su país.

En la madrugada del 21 de octubre de 1982, García Márquez recibió en México una noticia que hacía ya mucho tiempo esperaba por esas fechas: la Academia Sueca le otorgó el ansiado premio Nobel de Literatura.

Al recibirlo, emitió su legendario discurso ‘La soledad de América Latina‘, un clásico junto con ‘El cataclismo de Damocles’, y ‘Botella al mar para el dios de las palabras’, que es el que ofreció en Zacatecas en 1997 durante el Primer Congreso de la Lengua Española.

Entonces se convirtió en una celebridad y los eventos sociales se multiplicaron pero no mermaron su actividad periodística.

En 1985 cambió la máquina de escribir por la computadora. Su esposa Mercedes Barcha siempre ha colocado un ramo de rosas amarillas en su mesa de trabajo, flores que García Márquez considera de buena suerte.

Tras años de silencio, en 2002 García Márquez presentó la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros treinta años de su vida. La publicación de esta obra supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento simultáneo de la primera edición (un millón de ejemplares) en todos los países hispanohablantes. En 2004 vio la luz su novela Memorias de mis putas tristes.

Como periodista dejó escritos legado, como el reportaje Noticias para un secuestro, editado en 1996 que trata de la dramática peripecia de nueve periodistas secuestrados por orden del narcotraficante Pablo Escobar.

En el cine redactó varios guiones e hizo adaptaciones de sus propias obras, y desde 1985 compartía, con el cineasta argentino Fernando Birri, la dirección de la Escuela Internacional de Cine de La Habana.

Desde 1947 y hasta 1992 publicó varios cuentos, que recientemente fueron compilados en el volumen ‘Todos los cuentos’ (Mondadori), entre ellos ‘Los funerales de la Mamá Grande’, ‘Doce cuentos peregrinos’, ‘La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada’, y también ese primer cuento publicado ‘La tercera resignación’.

Entre sus libros se encuentran ‘La hojarasca’, ‘La mala hora’, ‘El coronel no tiene quien le escriba’, ‘El otoño del patriarca’, ‘Crónica de una muerte anunciada’, ‘El amor en los tiempos del cólera’, ‘Noticia de un secuestro’, ‘Memoria de mis putas tristes’, y de manera más reciente ‘Yo no vengo a escribir un discurso’, además de su obra de teatro ‘Diatriba de amor contra un hombre sentado’. Su trabajo en diarios se encuentra reunido en varios tomos en la serie ‘Obra Periodística’ desde 1948 hasta 1984, divididos en ‘Textos costeños’, ‘Entre cachacos, de Europa a América’, ‘Por la libre’ y ‘Notas de prensa’.

Los últimos días de ‘Gabo’

Gabriel García Márquez ingresó al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” y fue dado de alta nueve días después en un estado “estable, dentro de su muy
frágil estado de salud”. Sin embargo, su salud se deterioró
dramáticamente.

Gabriel José de la Concordia García Márquez, fue dado de alta el 8 de abril “en estado delicado de acuerdo con su edad”.

En esa unidad médica permaneció por espacio de nueve días y este
martes, la esposa de García Márquez, Mercedes Barcha, y sus hijos
Rodrigo y Gonzalo Márquez Barcha, informaron que la salud del autor de
novelas y cuentos es estable pero muy frágil y reconocieron que había “riesgos de complicaciones”.

Días antes el periódico El Universal había publicado que el cáncer
linfático que algunda vez aquejó al literato (1999), había regresado y
que le invadía el pulmón, ganglios e hígado.

Fuente: Biografías y Vidas

autor Equipo de jóvenes periodistas cuyo objetivo es explicar las noticias más relevantes de negocios, economía y finanzas. Nos apasiona contar historias y creemos en el periodismo ciudadano y de servicio.
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