¿Produce sordera un MP3?
Estudios aseguran que los adolescentes pueden perder parte de la audición por escucharlos a más de 100 decibelios.
Si durante la época de los 90’s fueron los walkman, hoy los aparatos que tienen la preferencia entre niños y adolescentes, pero también entre los adultos, son los MP3s. Donde vayas, te encontrarás con alguien caminando al ritmo de su propia música, disfrutando de este pequeño aparato, con gran capacidad de almacenamiento de datos.
Sin embargo, no todo es positivo. De acuerdo de con la Universidad de Tel Aviv, estos dispositivos también se han vuelto una amenaza para la salud de nuestros oídos.
“Uno de cada cuatro adolescentes estaría en peligro de sufrir la pérdida temprana de la audición, como resultado de una exposición diaria -excesiva- a estos aparatos”, dice el profesor Chava Muchnik, del Centro Médico Sheba.
Con sus colegas, el Dr. Kaplan-Ricky Neeman, Dr. Noam Amir, y Shabtai Ester, el profesor Muchnik ha estudiado los hábitos del grupo adolescentes para escuchar música, tomando mediciones acústicas de los niveles preferidos de escucha.
Los resultados, publicados en la Revista Internacional de Audiología, demuestran lo perjudicial que resulta el mal uso de los iPods y otros dispositivos MP3. Tanto así, que “en 10 ó 20 años más será demasiado tarde para darse cuenta de que toda una generación de jóvenes está sufriendo de problemas de audición mucho antes de lo esperado”, en lo que se denomina envejecimiento prematuro de los oídos, explica el profesor Muchnik.
Los datos al respecto abundan: según un estudio británico, el 39% de los jóvenes entre 18 y 24 años escucha música, al menos una hora al día, a niveles de hasta 105 decibelios. Esto significa que están sometiendo sus oídos a un ruido que no se puede tolerar por más de 25 minutos a la semana.
El grupo de investigadores ha estimado que con esta sobrecarga se corre el peligro de convertirse en personas sordas dentro de unos cinco años.
El rango peligroso
Existe la necesidad de modificar los criterios a la hora de comercializar los aparatos y escuchar música, con el fin de evitar una pérdida temprana de la audición.
Al respecto, Muchnik recomienda que los fabricantes adopten las normas europeas que limitan la salida del PLD a 100 decibelios. En la actualidad, los niveles máximos de decibelios cambian de modelo a modelo, pero algunos pueden llegar hasta los 129 decibelios.
Aunque también pueden ser adoptadas por las escuelas y los padres. Algunas instituciones educacionales ya están desarrollando programas para aumentar la conciencia de la salud auditiva entre sus alumnos.
La principal preocupación de los investigadores es que la gente no se dé cuenta del daño que se están causando hasta que ya sea tarde.
¿Qué medidas se pueden tomar para frenar este preocupante fenómeno?
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