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Economía

A Europa le urge reactivar Alemania, su motor económico

05-02-2025, 6:10:00 AM Por:
A Europa le urge reactivar Alemania, su motor económico
© Foto Arte

En 2024 se cumplieron dos años de recesión, agravados por una crisis política inédita y riesgos geopolíticos.

En 2024, el PIB de Alemania cerró con una contracción del 0.2 por ciento. Este desempeño es el corolario de dos años consecutivos de recesión, algo no visto en el llamado “motor económico europeo” desde 1950, es decir, desde la posguerra.

Alemania enfrenta una serie de problemas que van desde riesgos geopolíticos hasta malas decisiones de sus dirigentes. Entre las principales causas de su declive destacan el estancamiento industrial, el impacto negativo de la crisis energética, la creciente competencia china y la propia inestabilidad política, en un año marcado por elecciones anticipadas que se celebrarán este mes de febrero.

La caída de 0.2 por ciento del PIB en 2024 se suma a la contracción de 0.3 por ciento registrada en 2023, lo que significa que Alemania acumula dos años consecutivos en números rojos. Es la nación con el peor desempeño entre las principales economías europeas y atraviesa su fase de estancamiento más prolongada desde la posguerra, quedando rezagada en la comparación internacional.

La locomotora a media marcha

“Si Alemania está bien, Europa está bien, y viceversa”, afirman desde hace décadas los analistas económicos que siguen de cerca la evolución de la región. Y no les falta razón.

En gran parte, el daño a la economía alemana se debe a una serie de golpes externos que han desestabilizado sus sectores más emblemáticos.

Por ejemplo, las exportaciones, tradicionalmente un pilar del crecimiento alemán, cayeron 0.8 por ciento en 2023, mientras que las importaciones aumentaron ligeramente 0.2 por ciento, generando oportunidades para una de las principales economías del mundo: China. Esto pone en riesgo sectores estratégicos como la automoción, la maquinaria industrial y los productos químicos.

Además, Alemania y Europa en general han sufrido las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania. La pérdida del suministro de gas barato proveniente de Rusia agravó los problemas energéticos y elevó los costos de producción en industrias clave como la química y la siderúrgica.

En este contexto, la industria manufacturera alemana, históricamente el corazón de la economía del país, registró en 2024 una caída del 3 por ciento en su valor agregado. Por su parte, la orgullosa industria automotriz recibió un duro golpe luego de que China tomara ventaja en gran parte del mercado mundial de vehículos eléctricos, que resultan más económicos en comparación con los automóviles europeos.

Para ilustrar la crisis del sector, basta con observar a Volkswagen, una de las empresas emblemáticas de Alemania. En 2023, la automotriz anunció el cierre de tres plantas, lo que implicó el despido de más de 10,000 trabajadores. Se trata de la primera vez en sus 87 años de historia que la compañía cierra fábricas en su país de origen.

Crisis política

La crisis económica sería menos grave si la política alemana estuviera en mejor estado, como en el pasado. En la década de 1970, el país enfrentó una serie de amenazas que pudieron haberlo llevado a una crisis profunda, pero la estabilidad de las coaliciones políticas logró disiparlas. Hoy, el escenario es distinto.

El gobierno de coalición de tres partidos, encabezado por el canciller Olaf Scholz, colapsó en noviembre pasado cuando Scholz despidió a su ministro de Finanzas tras una disputa sobre cómo revitalizar la economía. A esto se sumaron las altas tasas de interés impuestas por el Banco Central Europeo, que desincentivaron la inversión en infraestructura en la llamada “locomotora europea”.

El enfrentamiento político derivó en la convocatoria de elecciones anticipadas para el próximo 23 de febrero. Los principales candidatos han presentado propuestas contrastantes para abordar la crisis, pero ninguna ha logrado convencer plenamente a los analistas económicos, quienes no ven con claridad cómo Alemania podrá salir de esta situación.

2025 sin expectativas favorables

Para este año, las perspectivas de crecimiento no son alentadoras, al menos en este inicio, luego de dos años consecutivos de recesión.

Las proyecciones para 2025 son desfavorables. Por ejemplo, el Instituto de Kiel para la Economía Mundial ha advertido sobre el riesgo de una “espada de Damocles” que podría caer sobre la economía alemana, especialmente en el sector exportador. Esto, sin contar la posibilidad de nuevas medidas comerciales de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como aranceles más altos para las economías de la Unión Europea.

Algunos analistas descartan un tercer año de recesión, aunque, de registrarse crecimiento, este sería sumamente modesto. Sin embargo, el Bundesbank, el Banco Central de Alemania, prevé un crecimiento de solo 0.2 por ciento para este año, pero también advierte sobre la posibilidad de otra contracción económica. Si esto sucediera, Alemania sumaría tres años en recesión, algo inédito en su historia reciente.

Europa necesita que Alemania se recupere, y pronto. De lo contrario, la región seguirá bajo constantes riesgos económicos. La otrora poderosa economía alemana atraviesa su peor momento en décadas, y eso es una muy mala noticia para todo el continente.

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