Rafa y vino: 2 razones y 7 formas para decantar un vino
En el placer de disfrutar un vino, la pregunta siempre salta: decantarlo o no. Rafael Abreu explica dos razones y sus recomendaciones para hacerlo.
El carácter poco predecible y el factor sorpresa de cada copa de vino hacen de la experiencia de probarlo una aventura sin respuesta única ni cierta. Es una maravilla.
Inicio la columna mientras comparto y degusto una botella del i Latina Syrah Gran Reserva 2007, producido en el Valle de Cachapoal en Chile. Un vino que nos sorprendió para bien, de mediano cuerpo, aroma afrutado y un sabor equilibrado entre frutas y especias.
Un ejemplo de este misterio de múltiples ángulos y opiniones es el tema de decantar o no el vino. ¿Cuándo sí? ¿Cuánto tiempo? ¿Cuáles sí? ¿Cómo? ¿Qué tipo de decánter? Es un debate, con seguidores e incrédulos.
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En términos prácticos podemos decir que decantar el vino es el proceso mediante el cual trasladamos el vino de la botella hacia otro recipiente antes de servirlo.
El vino es para mi un tema fascinante, pero no es raro, pues soy un
amante declarado del vino y supongo que esa es la justificación. No es
que necesite una, sino que esa es la realidad.
Existen dos razones por las cuales se sugiere decantar el vino: para separar el sedimento que se produce, en la medida que algunos vinos envejecen, y para exponer el vino al aire con el objeto de enaltecer su aroma y sabor.
La primera razón tiene su fundamento en el mismo origen del vino. Los primeros procesos artesanales producían un vino con poco filtro y de allí la necesidad de separar los sedimentos. Hace todo el sentido del mundo.
El mayor debate viene por el efecto mejorador del contacto del aire con el vino. A pesar de la diferencia de opiniones entre expertos, pareciera que el punto de mayor coincidencia es que los tintos jóvenes se benefician del decantado, porque se suaviza su aspecto juvenil picoso y fuerte de taninos.
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Sobre la forma de decantar también hay mucho escrito, pero el vino es un placer y, como tal, no debe ser complicado; al contrario, muy simple. La mejor descripción de la decantación es la que da Daniel Johnnes, director de Vino para los Restaurantes de Daniel Boulud: “La decantación es una manera simple, tradicional y respetuosa de manipular al vino”.
Tips y recomendaciones de un experto para decidir si decantas o no
• Antes de decidir, prueba el vino. Si te gusta, está listo: directo a la copa. Si disfrutas del proceso y quieres usar el decánter que te regalaron o compraste, decanta. Hazlo inmediatamente antes de servir. Si decantas y no lo haces frente a los invitados, presenta la botella antes de servir.
• Vinos tintos jóvenes casi siempre se van a beneficiar del aire 15 minutos antes de servir. También los blancos jóvenes.
• Vinos tintos de más 15 años es bueno decantarlos por los sedimentos en la botella. Si puedes, colócalo en forma vertical dos días antes, para ayudar a que los sedimentos se muevan al fondo de la botella. Para no arriesgar a que pierdas aromas y sabores, decanta minutos antes de servirlo. Si necesita más tiempo, el vino lo tomará en medio de la plática; más aún si tienes una buena copa.
• Aunque cualquier decánter ayudará al objetivo del contacto del aire del vino, los ideales son aquellos que tienen una superficie amplia en el fondo.
• La alternativa del decánter individual o por copa funciona solo para vinos jóvenes.
• Tratamiento especial para la consentida champaña. Se decantan solamente las vintage, pero dependiendo de la ocasión y de lo que queremos de la champaña. Si deseas un efecto fuerte y festivo de las burbujas con la champaña como aperitivo, entonces se sirve directo de la botella a la copa.
• Si la selección fue pensada en maridaje para la comida, decántala para darle prioridad al gusto y sabor de la reina de las bebidas. En este caso, 30–40 minutos. ¡Salud!
