5 señales de que has fracasado como líder
El éxito de un jefe no solo se mide respecto a la cumplimiento de metas, la gestión de personas es uno de los factores que más retos representa. Descubre si lo has hecho bien.
A lo largo de mi experiencia profesional, he tenido la oportunidad de compartir espacios con líderes de diferentes ámbitos y sectores y considero que uno de las principales preocupaciones que existe en ellos es tener un fracaso y no saberlo gestionar de manera efectiva.
Es de llamar la atención que muchas veces este tipo de fracaso alude a los resultados esperados, la gestión del negocio, al incumplimiento de metas etc.
Por supuesto que son indicadores confiables del éxito de un líder, pero analizándolos desde una perspectiva más humana, también será necesario revisar la gestión de las personas, y es aquí en donde te propongo el reto de analizar en conciencia tu capacidad para inspirar al equipo de trabajo.
1. Ralph Nader dice que “La función del líder es producir más líderes, no más seguidores”.
Conviene revisar cuántas personas de tu equipo han emprendido nuevos caminos debido a su crecimiento profesional.
Contesta de manera puntual y sin vacilar: ¿Qué habilidades observables y medibles has desarrollado en tu equipo de trabajo?
El crecimiento no tiene que ser únicamente por promoción o incentivos, sino puede haber una serie de aprendizajes formales que lograste desarrollar en tu equipo.
Y esto me lleva al siguiente punto…
2. El líder se nota cuando no está
Aunque pudiera parecer confusa la frase, es evidente la influencia de un líder con su equipo, cuando éste es autogestionable.
He asesorado a líderes que se sienten muy orgullosos al mencionar que su equipo lo necesita y que tienen que hacerle varias consultas para sentirse seguros al momento de tomar una decisión. Si eres un mentor profesional que ofrece consejos o recomendaciones está bien; pero si no es el caso, el problema radicaría en que tu equipo de manera constante y temerosa tuviera que hacerte consultas constantes para poder avanzar en sus tareas.
3. Tener temor ante la competencia de tu gente
El líder que teme a que uno de sus seguidores ocupe su puesto está prácticamente condenado al fracaso. El líder capaz, entrena a su equipo en quien pueda delegar casi cualquiera de los detalles de su posición. ¿Ya tienes identificado quién puede ser tu parrilla de reemplazo? ¿Qué estás haciendo específicamente para desarrollarlo?
4. ¿Eres un líder que sirve o que espera ser servido?
¿Cuándo fue la última vez que en una situación de crisis estuviste dispuesto a trabajar duramente a la par con tu equipo? O ¿Mantuviste distancia y abandonaste al equipo porque esas no eran tus funciones? Los buenos líderes, cuando la ocasión lo exige, deben ser capaces de ejecutar cualquier tipo de trabajo que desempeña el equipo.
5. ¿Eres fuente de inspiración para los demás? o ¿Presentas ante-cansancio?
Esta expresión es conocida como la fatiga antes del emprendimiento. Se refleja en queja, hostilidad, escepticismo, etc. Ejemplos clásicos de este rasgo, es el de personas que ante una nueva oportunidad o un reto, mencionan un listado de posibles riesgos o conflictos bajo el pretexto de ser “sombrero negro” y ver las cosas desde una perspectiva que nadie ve, sólo ellos. Pero me gusta que son conscientes y generalmente empiezan sus frases con “No quiero ser negativo, pero…” (Y por cierto, lo son…)
Es cierto que a nadie le gusta fracasar, no obstante también hemos tenido la experiencia de que muchas veces nos hemos enfrentado a situaciones conflictivas o turbulentas que al final, nos han proporcionado un gran aprendizaje.
Estoy convencida que el “fracaso” sólo es información útil para tenerla en cuenta en la siguiente oportunidad, y considero que el primer error que cometemos consiste en considerarse inmune al mismo.
Si hiciste este examen de conciencia con honestidad, primeramente asume esta responsabilidad y reconoce cuáles podrían ser algunos cambios que puedes realizar desde ahora para convertirte en un líder efectivo.