Si te esfuerzas por no fracasar… ¿a qué le temes?
Por muy exitosos que sean las personas, existe el miedo al fracaso. ¿Por qué? ¿Y si éste es sólo un síntoma de algo más fuerte? ¿Qué quieres demostrar?
Como coach, he tenido la oportunidad de sentarme frente a ejecutivos brillantes y con carreras exitosas. Entre muchas otras cosas hablamos de sus objetivos, conflictos, temores y – sin importar lo alto de su rango o su feroz personalidad – un común denominador entre la mayoría de ellos es el miedo al fracaso.
Con cierto orgullo y en un tono de obviedad todos afirman que no les gusta fracasar y que luchan constantemente por evitarlo. Pero… ¿y si el miedo al fracaso fuera sólo un síntoma, en dónde estaría el problema de raíz?
Más allá de una experiencia, el fracaso es una etiqueta que utilizamos para describir una experiencia frustrante en la que las cosas no salieron como lo esperábamos o incluso salieron mucho peor. Tiene más que ver con la forma en que observamos una situación que con la situación en sí.
Otra posibilidad es que el problema no sean los fracasos, sino la manera en que nos hemos identificado con nuestros logros. Cuando la persona se siente valiosa, aceptada y exitosa sólo a partir de sus logros y de la admiración de los demás, se vuelve intolerante al fracaso ya que éste se convierte en una amenaza directa a su identidad, sus emociones y su valía personal.
¿A quién deseas demostrarle que eres exitoso?
¿Quién te dijo que siempre debías de ganar o de hacer todo bien? ¿En qué tipo de persona te convierte un fracaso? ¿Qué te dices cuando pierdes o cuando las cosas no son como las deseabas? ¿Cuál es tu definición de éxito? Mientras respondes estas preguntas, conoce las nuevas perspectivas al fracaso.
• El miedo no es a fracasar sino a perder la aprobación de los demás
¿Qué tanta validez le estás dando a la opinión de otras personas? ¿Qué opinión tienes sobre ti mismo? ¿Qué cambiaría en tu vida si tu bienestar no dependiera del aplauso y la admiración de los demás? Quizá entonces el fracaso ya no sería un tema tan relevante sino una posible experiencia más en el camino para seguir aprendiendo, creciendo u obtener algo.
Tal como el actor y comediante Bill Cosby dijo: “Yo no sé cuál sea la clave del éxito, pero la clave del fracaso es tratar de complacer a todos”
• Pierdes el verdadero foco
Cuando tienes un objetivo o una meta por cumplir, el miedo al fracaso se convierte en el centro de atención. Tu energía se enfoca en no perder; no hacer el ridículo; demostrar que puedes o tienes la razón, complacer y/o cumplir expectativas propias y ajenas. Al final pierdes noción de cuál era la meta, pierdes el foco de por qué estás luchando o hacia dónde vas y lo más importante, te pierdes de disfrutar el camino.
Si escuchas esa voz en tu cabeza que te distrae de tus objetivos mientras te dice que mejor no lo intentes, que quedarás mal, que siempre echas todo a perder, detenla y dile: “Gracias por tus comentarios, pero estoy ocupado en alcanzar mis metas”.
• Caer y fracasar no es lo mismo
Imagina que estás corriendo un maratón, llevas muy buen tiempo y has dejado atrás a la mayoría de los participantes. De pronto un paso en falso hace que pierdas el equilibrio y caes al piso. Físicamente experimentas un intenso dolor por la caída y no puedes apoyar tu tobillo. Por obvias razones estás fuera de la competencia. Hasta este momento todo se trata de una caída, sin embargo, tu mente comienza a divagar con algunas frases en silencio: “¡¡No puede ser…eres un inútil… siempre lo arruinas todo… tanto prepararte para nada… qué ridículo!!
También observas algunas caras de decepción o lástima entre el público. Todo eso te genera una sensación de tristeza, coraje, frustración, vergüenza y empieza la experiencia del fracaso. La suma de todas las opiniones negativas (propias y ajenas) te atrapan en un callejón sin salida.
El fracaso vive y existe en tu mente. En lo qué te dices cuando caes o cuando cometes un error. No siempre puedes evitar caer y tampoco puedes evitar el dolor que esto te causa, pero si puedes elegir la forma en que observarás la situación y evitar paralizarte en un futuro ante el miedo a que te suceda de nuevo.
• ¿Miedo al éxito?
Decía Nelson Mandela: “Nuestro mayor temor no consiste en no ser adecuados. Nuestro temor consiste en que somos poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que nos atemoriza. Nos preguntamos: “¿Quién soy yo para ser brillante, espléndido, talentoso, fabuloso? Pero, en realidad, ¿quién eres tú para no serlo?”
Práctica sobre el fracaso
1. Piensa en alguna situación en la que hayas sido muy exitoso.
2. Enlista qué acciones te funcionaron, qué habilidades o aptitudes pusiste en práctica, cómo era tu actitud.
3. Ahora piensa en una situación en la que las cosas no salieron como tu esperabas (incluso puede ser una situación en la que tengas miedo a fracasar).
4. Qué de las cosas que te funcionaron en el escenario de éxito podrías replicar o utilizar en el escenario de fracaso.