3 momentos y formas en que los líderes deben decir la verdad
La selección de nuestras palabras y la estructuración de las mismas son fundamentales cuando necesitamos comunicarnos de forma asertivos con nuestros equipos de trabajo.
En el Diccionario del Diablo aparece descrito el concepto de verdad como: “mezcla de lo deseable y lo aparente”; yo también agregaría “La constante lucha de percepciones”.
Es curioso ver que en diferentes esferas de la vida, llámese escuela, oficina o casa, existe el énfasis de “hablar con la verdad”, lo que considero debiera ser algo implícito. ¿Por qué tengo que hacer la aclaración constante de: “te voy a ser sincero”; “la verdad es…”? Da la impresión de que lo anterior no ha sido cierto.
Pienso que somos sensibles ante la importancia permanente de decir la verdad, sin embargo, también considero que hemos confundido hablar de verdades privadas como si se tratara de verdades universales; o incluso comunicar verdades innecesarias.
En mi experiencia profesional, he tenido la oportunidad de trabajar con diferentes líderes y me ha llamado mucho la atención que existe una necesidad latente de trabajar con ellos en la expresión puntual y asertiva con sus equipos de trabajo sin agredir u ofenderlos.
También he visto comportamientos opuestos tales como: pedirle al ejecutivo que “se atreva a expresar su opinión, que no espere que le pregunten, que tome la iniciativa” o por el contrario “que encuentre la forma de decir lo que piensa, ya que es muy rudo en su estilo de comunicación y la gente se siente agredida con su trato”.
Entonces… ¿Cuál es el término medio?
Segura estoy que a todos nos enseñaron a hablar, a decir a nuestras primeras palabras; sin embargo, la responsabilidad de cómo fuimos incrementando nuestro vocabulario y la manera de expresarnos ha sido nuestra. Pero creo que no hemos aprendido todavía la importancia de selección de nuestras palabras y la estructuración de las mismas.
De hecho, existen diferentes niveles de conversación. Algunos de ellos son:
1. Cuando realizamos reconocimiento, o brindamos halagos a los demás
Hay personas que piensan que hacer un elogio es rebajarse a sí mismos, o que no es natural, y entonces prefieren guardárselos.
Los que son más aventurados deciden hacerlo, pero se sienten torpes al expresar los elogios.
Ejemplo: “que flaca estás” (esto, para las mujeres siempre será un gran elogio), el problema es que no terminan ahí, sino continúan: “es que ya estabas tan gorda…”.
O los jefes: “me encantó tu presentación, la hiciste muy bien; ya era hora porque te equivocabas constantemente cuando le exponías al Director”.
Esto es es lo que se conoce como “echar una flor con todo y maceta”. Explican las causas del elogio, de forma totalmente impertinente.
La forma correcta: En pocas palabras, la condición para realizar elogios es hacerlos sinceramente, y filtrar información innecesaria.
2. Cuando expresamos opiniones, sentimientos, pensamientos
En este nivel podemos devaluar la conversación cuando hacemos de nuestra opinión o sentimiento un dogma absoluto para todos. Y van desde comentarios tan simples como:
“Este es el mejor lugar para vacacionar en México”
“Esta aplicación es la mejor para controlar las finanzas”
No reconocemos que esa es sólo una opinión y la exponemos como la única opción que debe ser aceptada por los que nos escuchan.
La forma correcta: La condición para evitar este error, es simplemente “limpiar” la conversación al hacerla propia y decir: “en mi opinión, considero, yo siento”.
3. Cuando hacemos peticiones
Muchas personas tímidas no se atreven a hacer esto porque piensan que es una imposición.
No hay que olvidar que una de las maneras que tienen las personas de dar sentido a su vida es ayudar a los demás en sus necesidades.
La forma correcta:
a) Hacer peticiones específicas y evitar ambigüedades, tales como: el jefe diciéndole a su colaborador “te pido que te pongas las pilas”.
b) Evitar vivir con expectativas no comunicadas. Una mujer hablando de su esposo: “En mi cumpleaños debería traerme mariachis; yo no tendría por qué decirle, él ya debería saber.”
La petición expresa un cambio en la otra persona, pero de manera suave y sin imposición.
Comencé diciendo la importancia de hablar con la verdad; hoy comprendemos que toda verdad debe ser expuesta inteligentemente.
No escojamos simplemente “decir la verdad”, escojamos la responsabilidad de comunicar nuestra propia calidad humana al expresarla.
La autora es Directora General Icon Lead, tiene más de 18 años coordinando y ejecutando planes de formación y capacitación para ejecutivos en temas de liderazgo, coaching e imagen ejecutiva.