2024 tendrá récord de elecciones en el mundo y estos serán sus efectos
Entre todos esos procesos, el más trascendental será –sin duda– el que se desarrollará en noviembre en Estados Unidos.
2024 se perfila como un año excepcionalmente agitado en términos electorales, con al menos 14 importantes países y regiones programando votaciones que marcarán los destinos de sus naciones, pero que también podrían cambiar al mundo, pues tendrán consecuencias significativas en áreas clave como la política económica y la geopolítica.
Entre todos esos procesos, el más trascendental será –sin duda– el que se desarrollará en noviembre en Estados Unidos, donde no sólo la elección presidencial será determinante, sino también la composición del Congreso.
A fin de llevar a cabo legislaciones sustanciales en la tierra del Tío Sam es necesario que un solo partido tenga el control del gobierno federal, como afirma Seth B. Carpenter, economista jefe global del banco de inversión Morgan Stanley en uno de sus reportes privados más recientes a los que tenemos acceso.
La política comercial y las tensiones geopolíticas, tan sensibles en el escenario mundial actual, están intrínsecamente ligadas al Poder Ejecutivo –refiere–, algo que demostraron los aranceles impuestos a las importaciones chinas durante la administración de Donald Trump.
En la otra punta del mapa, la elección en Taiwán promete ser igualmente influyente desde el punto de vista geopolítico, ya que las encuestas revelan una contienda reñida entre el Kuomintang (KMT) y el Partido Progresista Democrático (PPD), ambos con perspectivas divergentes sobre las relaciones con China.
La incertidumbre económica en la isla, según Morgan Stanley, podría estar afectando la popularidad del partido gobernante (el PPD), un fenómeno que también se observó en Corea del Sur antes de sus votaciones legislativas.
En India, la atención se centrará en asuntos más domésticos, pues un gobierno estable con mayoría ha allanado el camino a políticas económicas coherentes que han impulsado reformas y la inversión en infraestructura.
Ahí, encuestas recientes apuntan a un gobierno estable en los comicios de mayo de 2024, aunque la consolidación de la oposición bajo un único candidato podría cambiar el panorama. Pero independientemente del resultado, la estabilidad política, la previsibilidad y el crecimiento a largo plazo parecen estar asegurados.
En el contexto de los mercados emergentes, Egipto destaca como un punto de interés clave, pues las elecciones podrían impulsar sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), dando una decisiva resolución a la situación del tipo de cambio.
Otros mercados emergentes, como México, Indonesia y Sudáfrica, también efectuarán votaciones cruciales, como se lee en la siguiente tabla que enlista las más importantes:
Sheinbaum seguirá con la misma política de AMLO
En México, el mercado estará enfocado en la vida luego de Andrés Manuel López Obrador y si el presupuesto se mantendrá contenido, pues se espera la abrumadora y fácil victoria de Claudia Sheinbaum, quien continuaría las políticas de su predecesor.
A decir de Morgan Stanley en su análisis, el panorama económico para México en 2024 plantea desafíos significativos, porque la responsabilidad fiscal –que durante años ha sido una constante– se ve ahora cuestionada con proyecciones tributarias preocupantes.
El foco de atención se centra en la decisión de proyectar precios del petróleo notablemente más bajos para el año próximo. Este movimiento estratégico permite a las autoridades proponer un déficit fiscal primario, mientras aún cumplen con las regulaciones fiscales.
Destaca la preocupación particular en torno de tales proyecciones, ya que marcan un cambio en la tendencia de años anteriores. Y entonces el banco de inversión estadounidense plantea la pregunta: ¿es hora de rendir cuentas?
Morgan Stanley ha estado advirtiendo sobre el impacto en las finanzas por el gasto estructuralmente más alto, y enfatiza la necesidad de un cambio en la estrategia de Petróleos Mexicanos (Pemex) y una reforma fiscal que incremente los ingresos no petroleros. De no ser así, se prevé que los déficits primarios persistan, debilitando aún más las métricas de deuda y la calificación de país en el futuro.
La combinación de proyecciones fiscales preocupantes y un aumento significativo en el gasto plantea interrogantes sobre la estabilidad financiera del país, y son riesgos que los inversores más avezados tendrán muy en cuenta.
Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.
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