Es fundamental distraerse
Estar en constante actividad nos permitirá pensar en otras cosas.
La rutina de la vida diaria llega tornarse agotadora. Un estudio realizado en Finlandia demostró que las mujeres que tenían exceso de trabajo eran más propensas a comer por sus emociones que las que no. Porque ellas, además de su vida laboral, mantienen un hogar donde existen discusiones y preocupaciones extras.
Joy Jacobs, psicólogo clínico de trastornos de la alimentación, indicó que “el comer emocional ocurre cada vez que alguien tiene una emoción que no sabe cómo manejar, incluso la felicidad, y la canalizan mediante la ingesta de comida”.
Para evitar que esto ocurra, la solución más fácil y accesible que recomiendan los médicos es la distracción, buscar alternativas como salir a pasear, llamar a los amigos o leer un libro, de hecho, un estudio demostró que tejer ayuda a alejar la obsesión por la comida.
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