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Las fortalezas de China para desbancar a EU

11-03-2017, 7:04:48 AM Por:

China se erige como el gran promotor del libre comercio y la globalización, ocupando el lugar que por años fue de Estados Unidos. ¿Qué le depara este año?

No hay duda de que la vida está llena de paradojas. Mientras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intenta desechar las actuales reglas del libre comercio y construir una fortaleza económica proteccionista dentro de sus fronteras, China se erige como el gran promotor del libre comercio y la globalización: dos principios que nuestros vecinos del norte habían promovido y defendido a capa y espada desde finales de la Segunda Guerra Mundial.

En su discurso durante el Foro Económico Mundial de Davos, el pasado mes de enero, el presidente de China, Xi Jinping, dejó muy clara su postura: decir adiós a las estrictas reglas económicas del comunismo y extender su influencia en el mundo a través de la apertura comercial. El lanzamiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (rival del Banco Mundial dominado por Estados Unidos), el corredor comercial la Ruta de la Seda, y la apasionada participación de Xi Jinping en Davos apuntan en esa dirección.

Pero mientras China hereda el liderazgo del libre comercio global de Estados Unidos, ¿qué le depara este año al país asiático? De acuerdo con el doctor Enrique Dussel, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Facultad de Economía de la UNAM, seguramente el gobierno central chino asumirá un papel y una función internacionales significativas este año. “El desarrollo económico de esa nación en los últimos años no ha sido parte de una planeación estratégica del gobierno, sino resultado de la crisis de 2007-2008. Ahora las cosas son diferentes. En Davos, Xi Jinping planteó una nueva agenda, que inserta a China de lleno en la globalización y el libre comercio. Una agenda que dice ‘no’ al proteccionismo y ‘sí’ a la apertura de mercados. Creo que este año veremos una China que seguirá ofreciendo oportunidades a otros países, permitiendo que actores externos accedan a su mercado y realizando importantes inversiones mundiales”.

Exportaciones

La apertura comercial es la razón por la cual el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y varias consultoras internacionales pronostican que, de aquí al año 2020, el PIB de China tendrá un crecimiento promedio anual de entre 6.5 y 7%. Claro, no son las tasas de dos dígitos que China mantuvo hace 10 años, pero el crecimiento continuará. La diferencia es que, ahora, la población china goza de un mejor nivel de vida y mejores salarios (se estima que en los primeros 11 meses de 2016 se crearon 12.5 millones de nuevos empleos y más de 10 millones de habitantes salieron de la pobreza), hay grandes flujos de inversión extranjera entrando y saliendo del país –incluidas inversiones chinas en América Latina– y productos de mejor calidad, innovadores y con mayores valores agregados.

Para el académico de la UNAM, las mejoras en su manufactura harán que China continúe con sus exportaciones. Desde hace cinco años, esta nación es el exportador más grande del mundo y el principal proveedor de Estados Unidos, pues ha desplazado a países como Canadá y México. “A nuestro vecino del norte llegan entre 15 y 20% de las exportaciones chinas, y no es de esperarse una caída, a pesar de las coloridas declaraciones del presidente Trump [quien ha pedido levantar barreras comerciales contra las importaciones de China y de otros países, en su intento por ganarse la simpatía de la clase trabajadora blanca de su país]. Es posible que el crecimiento de las exportaciones chinas a Estados Unidos sea más limitado, pero no se prevé una dinámica negativa en el corto y mediano plazos”, dice Dussel.

El consumo

¿Una devaluación de la moneda podría volver más competitivas las exportaciones? El especialista de McKinsey opina que dicha devaluación quedaría anulada por el incremento de los salarios. ¿Podría el crecimiento provenir de los consumidores? ¿Aumentarán su gasto otro 8 o 10%? Probablemente gastarán menos en propiedades, debido a la acciones del gobierno para restringir los precios y el acceso al financiamiento, y a que los incrementos reales del salario serán los más bajos desde que estalló la crisis del banco Lehman Brothers, hace ocho años.

Los chinos también podrían comprar menos automóviles, sobre todo si las tasas de interés dejan de estar bajas. (Recordemos que desde finales de 2014, China ha bajado sus tasas de interés para estimular la economía). Además, como se espera que los precios de las viviendas no aumenten, el efecto de riqueza que se vio el año pasado no se repetirá.

Otro punto importante tiene que ver con el empleo. Si bien desde hace por lo menos un lustro China está haciendo un enorme esfuerzo por cambiar la estructura de su economía, basada en la agricultura y la manufactura, y dar prioridad al sector servicios, el comercio electrónico podría eliminar puestos de trabajo no solo en las fábricas, sino también en los servicios.

Desde la primera década de 2000, comenzaron a aparecer tiendas chinas que conectaban a sus fabricantes locales con compradores situados dentro y fuera de sus fronteras. Gigantes como AliExpress –la plataforma que conecta a cientos de miles de compradores con vendedores y proveedores chinos– le demostraron a los compradores de todo el mundo que China tenía mucho por ofrecer: tecnología, calidad, precios bajos y catálogos descomunales.

Esta vasta oferta de productos, que también está disponible en las provincias chinas, podría ayudar a estimular el mercado interno, con el cual, dicho sea de paso, China busca complementar el crecimiento económico proveniente de sus exportaciones. Sin embargo, la tecnología, que tanto ha impulsado el desarrollo del país y la integración de sus regiones más rezagadas, podría ser un arma de dos filos. Por un lado, podría impulsar el consumo; por otro, podría eliminar trabajos en los servicios, no solo en las fábricas. Entonces, la gente podría perder su empleo, lo que sin lugar a dudas afectaría el consumo; como también lo haría el envejecimiento de la población y la disminución de nacimientos.

 

Inversiones y commodities

Históricamente, hasta finales de los años 90 y principios de los 2000, las inversiones chinas fueron muy dinámicas. En algunos momentos llegaron a ser mayores al 50% del PIB chino, mientras que el consumo andaba entre 35 y 38% del PIB (una participación muy baja en relación con la mayoría de los países). En los últimos años, la participación de las inversiones con respecto del PIB cayó a niveles de entre 40 y 45%, pero todavía sigue siendo alta. México y, en general, los países de América Latina invierten alrededor del 20% del PIB.

En materia de Inversión Extranjera Directa (IED), seguirá siendo poco relevantes para la macroeconomía china, como ha ocurrido en los últimos 10 años. Si se comparan los montos de IED que la nación recibió en el año 2000 contra los que recibió en 2015 y 2016, puede observarse que su participación ha sido cada vez menor con respecto al PIB. La salida de flujos de inversión chinos hacia otros países ha sido mucho más dinámica. ¿En dónde invertirán los chinos este año?

A comienzos de este año, los commodities parecían ser los activos que captarían el dinero de los inversionistas chinos. Millones de inversionistas particulares (no corporativos) y hasta 5,000 fondos de cobertura entraron en el sector, pero en lo que resta del año podríamos ver cómo se colapsan algunos de los grandes fondos, pues han hecho promesas excesivas, aunque no han dado los rendimientos esperados. El especialista de McKinsey dice que los reguladores tratarán de elevar la confianza en la bolsa, mediante iniciativas encaminadas a mejorar el gobierno corporativo y, en dado caso, denunciar ante los tribunales a aquellos directores y auditores que claramente no han cumplido con sus responsabilidades.

Como conclusión podemos decir que la economía china continuará manteniendo un nivel constante de crecimiento este año, convirtiéndose una vez más en el motor impulsor del crecimiento económico mundial. De acuerdo con una estimación realizada por el Fondo Monetario Internacional, el año pasado China contribuyó al crecimiento global en 39%, un aumento de 14.2 puntos porcentuales con respecto al crecimiento de 2015.

Para este año, el Banco Mundial espera que la economía de todo el mundo crezca un 2.7%, mientras que para la economía china estima un crecimiento del 6.5%. Gracias a la reforma de la oferta, las empresas chinas seguirán creciendo y se internacionalizarán debido a la competitividad internacional. Habrá que ver.

Este es un extracto del texto que el autor escribió para Alto Nivel y que podrás consultar completo en la edición impresa de marzo de 2017. Busca tu revista en los principales puntos de venta, suscríbete en línea o descarga la revista digital. Sigue nuestra conversación en Twitter y Facebook.

autor Editora en Jefe de Alto Nivel.
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