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De Opinión

El rechazo elegante de Hillary Clinton

06-09-2016, 7:31:47 AM Por:
El rechazo elegante de Hillary Clinton fifu

Clinton utilizó su experiencia como exsecretaria de Estado para salir bien librada de una encrucijada en la que la había metido la errónea reunión entre Donald Trump y el presidente Peña Nieto.

Hasta donde se puede apreciar, Hillary Clinton no fue ruda con el presidente Peña Nieto, pero dejó claro que no vendrá a México antes de las elecciones de noviembre. La nota, conocida este lunes, fue un adelanto de la entrevista que David Muir, de ABC News, le hizo para ser publicada este lunes.

¿Qué se puede aprender de este gesto?

1. Las tablas de la candidata

Con la práctica de haber dirigido la diplomacia estadounidense durante seis años de la presidencia de Obama, la exsecretaria de Estado no quiso tropezarse, ni buscarse medio problema (pero tampoco diálogo) con el gobierno mexicano. Lo ignoró primero, centrándose en su crítica a Donald Trump y la forma en que había creado un “incidente internacional”, al salir a declarar algo que fue inmediatamente contradicho por el presidente de México. “No supo siquiera cómo comunicarse efectivamente con un jefe de Estado”, sentenció.

Dicho esto, dejó que el aspirante a vicepresidente, Tim Kaine, agregara que: “si se desmoronó con un aliado, y México es un aliado, ¿qué hará ante un adversario?”

2. Su enfoque en lo interno

A pregunta expresa, Clinton simplemente respondió que no vendrá a México durante su campaña. Y lo hizo de tal manera que no aludió a nadie al sur del río Bravo. “Voy a continuar enfocada en lo que estamos haciendo para crear empleos aquí, en casa; lo que estamos haciendo para asegurarnos de que los estadounidenses tengan las mejores oportunidades posibles en el futuro”.

Es decir, no criticó ni se refirió a Peña Nieto, ni a su gobierno, ni a México. Se mantuvo enfocada en su país, dirigiéndose a los estadounidenses; mantuvo de su campaña en rumbo y dejó los asuntos internacionales para otro día. De forma muy elegante, mandó el mensaje de que no discutirá su candidatura presidencial con gobiernos extranjeros. ¿Habría venido de haber tenido la oportunidad de hacerlo primero? Ya no importa.

3. Su distanciamiento de la política antiinmigrante de Trump

Al hablar de crear empleos y oportunidades, evitó referirse a cualquier “recuperación” o “reposición” de empleos perdidos. Al parecer, no va a tomar ni una palabra del discurso antiinmigrante: será uno de sus diferenciadores en las elecciones que vienen.

Así, el desastre diplomático por la visita de Trump se ve ubicado en su justa dimensión por una experta en relaciones exteriores. Clinton no se dio por aludida personalmente, por lo menos en público. Aprovechó, sí, para criticar duramente a su contendiente; tanto, que el esfuerzo de Peña parece haber sido contraproducente. No solo no quedó bien con el republicano: lo hizo ver como un mentiroso.

Dicho esto, y con la imagen destrozada, al presidente de México sólo le quedaría nadar de muertito de aquí a 2018. Pero tiene demasiados problemas internos por resolver aún. El riesgo es que su administración intente otro golpe para recuperar legitimidad, como alguna vez fue la nacionalización de la banca, de manos de José López Portillo. Por si las dudas, habría que advertirle que no es buena idea invitar a Vladimir Putin.

autor Periodista
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