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¿Cómo convertir la basura de la CDMX en un negocio?

22-08-2016, 4:36:31 PM Por:
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En la Central de Abastos se compactan a diario 1,600 toneladas de residuos sólidos que están a la espera de la construcción de una planta de biodigestión que reduciría la descomposición natural de la basura de 3 años a 21 días.

El gobierno capitalino asegura que ya no hay tiraderos de basura a cielo abierto. En una nueva lógica de gestión, los residuos urbanos se transforman con visión de largo plazo. Basura Cero fue el compromiso asumido en 2013, pero los resultados no han sido suficientes. Apenas se recicla una tercera parte de las 13,000 toneladas de basura generadas todos los días. Lo que sigue es más ambicioso: producir energía, proyecto previsto para 2019, que necesitará ganar la confianza de los capitalistas.

En 2016, el concepto de Basura Cero ha vuelto al candelero capitalino en busca de credibilidad e inversiones. No es un programa sino una meta, que surgió en septiembre de 2013, cuando el jefe del Gobierno, Miguel Ángel Mancera, se comprometió a transformar la ciudad, en el marco de su primer informe. Al elaborar su Plan Integral de Manejo de Residuos Sólidos 2013-2018, el funcionario tenía claro que los rellenos sanitarios no podían seguir creciendo.

Un primer paso fue el control de los tiraderos a cielo abierto. Actualmente, “la ciudad no arroja ni un kilo de basura en un tiradero”, asegura Jaime Slomianski Aguilar, director de Servicios Urbanos de la Secretaría de Obras (Sobse), sino en rellenos sanitarios que cumplen con la Norma 083 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). En adelante, tecnologías innovadoras, como biodigestión anaerobia y valorización energética, permitirán reutilizar, reciclar y revalorar la basura.

La participación formal de las empresas en el sector de la basura data de 2011, después de que Marcelo Ebrard cerró el Bordo Poniente, tiradero a cielo abierto. Fue entonces que se abrieron a concurso público contratos para el manejo de residuos sólidos. Las propuestas debían reducir el impacto ambiental de la basura, gestionar los residuos con recursos del gobierno y reducir a su mínima expresión los costos. A la fecha no se conocen cifras que detallen el impacto de los proyectos ganadores, “pero es notable el aumento de gasto en el manejo de basura, sin tener un control ambiental de sus efectos, tanto en Ciudad de México como en el Estado de México”, señala Héctor Castillo Berthier, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Conoce mañana algunos de los proyectos para transformar la basura.

En adelante, las licitaciones para procesar la basura responderán a esquemas de Asociaciones Público Privadas (APP). “La ciudad no tiene los recursos para traer tecnologías que procesen la gran cantidad de basura que genera –dice Slomianski–. Se requiere una de las plantas más grandes del mundo. Vamos a invitar al sector privado”. Algo similar se aplicó en 2010, en la licitación internacional de la Etapa Bordo IV, en la cual se diseñaría un mecanismo para utilizar el biogás que genera para producir energía. La adjudicación fue para el consorcio Servicios Eléctricos Metropolitanos.

Planta de biodigestión en la Central de Abastos

Desde hace 33 años, la Central de Abasto (CEDA) ejecuta su propio know-how en el manejo de residuos. Su experiencia fue el punto de partida para alcanzar las metas capitalinas. Todos los días, en punto de las seis de la tarde, 18 unidades de carga pesada recolectan entre 800 y 1,500 toneladas de residuos sólidos y los trasladan a las Estaciones de Transferencia, al norte de este centro de abasto. “Por más de 20 años se utilizó parque vehicular obsoleto que impedía realizar con eficiencia esta actividad”, recuerda Eduardo Sáenz Zapata, director de Planeación y Desarrollo de la CEDA. En 2012, con una inversión de 30 millones de pesos, la Central estrenó equipo mecánico que modernizó la recolección y redujo hasta en 35% su volumen, lo cual mejoró su proceso de compactación.

Se trata de la planta de compactación de residuos sólidos urbanos más grande de América Latina, con tecnología de punta. Junto con otras dos plantas, procesa 1,600 toneladas de basura al día, que en otro tiempo terminaban en los tiraderos a cielo abierto. Ello equivale a dejar de emitir 27,000 toneladas de bióxido de carbono (CO2) que arrojarían 9,000 vehículos.

La Planta de Biodigestión, que ocupará 60,000 m2 en terrenos de la CEDA. Se trata de un contenedor hermético que permite la descomposición de la materia orgánica en condiciones anaeróbicas y facilita la extracción del gas resultante para su uso como energía. El objetivo es reutilizar 2,000 toneladas diarias. El proceso de biodigestión va un paso delante de la composta, ya que mientras la descomposición natural de la basura tarda tres años, este lo resolvería en 21 días.

Este es un extracto del texto que el autor escribió para Alto Nivel y que podrás consultar completo en la edición impresa de agosto. Busca tu ejemplar en los principales puntos de venta, suscríbete en línea o descarga la revista digital. Sigue nuestra conversación en Twitter y Facebook.

 

 

autor Equipo de jóvenes periodistas cuyo objetivo es explicar las noticias más relevantes de negocios, economía y finanzas. Nos apasiona contar historias y creemos en el periodismo ciudadano y de servicio.
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