¿Qué mágicos lugares serán Patrimonio de la Unesco?

Como cada año desde 2003, un comité compuesto por miembros de las Naciones Unidas se reúne para evaluar candidaturas y decidir acerca de las inscripciones de las prácticas y expresiones culturales de diversos países que deben ser incluidas en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Todas ellas, a pesar de ser intangibles, cuentan con un gran espíritu que cabe en el imaginario colectivo y deben de ser protegidas para que las futuras generaciones gocen de su legado.

Más que un catálogo de alucinantes tradiciones, la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial es un ejercicio que funge como un mecanismo protector para una serie de eventos y tradiciones que requieren de medidas urgentes de salvaguardia, movilizando la cooperación y la asistencia internacional para que los actores interesados puedan tomar medidas de salvoconducto adecuadas para ello.

Sin embargo, lo que pocos saben es que existen dos tipos de listas. La primera es la Lista de Patrimonio Cultural que requiere de medidas urgentes para el cuidado de tradiciones y eventos que están en peligro de extinción. La segunda es la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, que se compone de las expresiones que ilustran la diversidad de una herencia inmaterial y que contribuyen a una mayor conciencia de su importancia.

Actualmente hay 229 elementos inscritos que cumplen con las tipologías que señala la UNESCO en las dos listas de patrimonio inmaterial. Pero al ser un inventario relativamente reciente, se pretende que la selección crezca exponencialmente, aunque muchos estudiosos del tema aseguran que el análisis de cada una de las propuestas debe ser más meticuloso para no caer en errores o favoritismos.

México ha incluido en la lista siete Patrimonios Inmateriales. El primero fue en 2008, con las fiestas indígenas dedicadas a los muertos; en 2009 lo fueron la ceremonia ritual de los voladores de Papantla y los lugares de memoria y tradiciones vivas de los otomí-chichimecas de Tolimán que consideraban a la Peña de Bernal como guardiana de un territorio sagrado.

En el 2010 se añadieron la tradición gastronómica de Michoacán, la pirekua (el canto tradicional de los purépechas), así como los parachicos en la fiesta tradicional de enero de Chiapa de Corzo. Para 2011 fue anexado el Mariachi.

Sin embargo, en la actualidad diversos países sostienen una batalla cultural para que sus tesoros intangibles sean incluidos en este inventario sin precedente. Por ello se cree que este 2015-2016 serán incluidos más rubros, superando a otras ediciones, a pesar de que la información de las candidaturas ha salido a cuentagotas.

Los países han filtrado ciertos datos acerca de sus tradiciones y aspirantes, posiblemente con la intención de ejercer presión ante la UNESCO y así ser incluidos en dicha selección, tal y como lo mostramos con el siguiente listado. 

Candidatas 2015-2016

1. Las Fallas de Sahún: España también ha acordado proponer ante la UNESCO las “Tamboradas, Rituales de Toques de Tambor” y “El espacio cultural de las Fallas de Valencia”.

2. Sardana: Los españoles recuerdan cómo este baile popular se ha extendido por Cataluña desde el siglo XIX, entendiendo la sardana como danza y música que conforma parte del patrimonio cultural inmaterial de Cataluña y, por tanto, de España.

3. La Charrería: Único deporte nacional, es la candidata de México para ingresar a la lista. El organismo internacional tiene prevista la discusión de esta propuesta durante el año 2015/2016.

4. Pizza napolitana: Italia ha propuesto la pizza napolitana para que entre en la lista. La intención es reconocer esta tradición culinaria conocida como “L´Arte dei Pizzaiuoli Napoletani” (el arte de los fabricantes de pizza napolitanos).

5. La Rumba: El gobierno cubano presentó la nominación de la rumba ante el organismo internacional a principios
de este año, sustentándola en un expediente titulado Rumba Cubana.

¿Quiénes y qué deben ser incluidos en la selección del Patrimonio Cultural Inmaterial?

• Las tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial.
• Las artes del espectáculo.
• Los usos sociales, rituales y actos festivos.
• Los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo.
• Las técnicas ancestrales tradicionales.
• La Convención incluye también los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que son inherentes a estas prácticas y expresiones.

Llamado:

Desde el 1 de abril de 2015 al 15 de noviembre de 2016, los expertos independientes de la organización con sede en París evalúan dichas candidaturas.

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