2 reglas de estética para vestir correctamente
¿Conoces la proporción y la armonía de tu cuerpo? Vestir bien es una habilidad que se desarrolla practicando el equilibrio entre la ropa y tú.
Parece sencillo desarrollar el sentido estético de la ropa y, no obstante, no todos fuimos dotados con ello, pero podemos aprenderlo y sacar el máximo partido de nosotros mismos. No necesitas ser rico para mejorar tu guardarropa sino saber qué te favorece y qué combina con qué.
Cómo sabes qué ponerte
Una ejecutiva a la que recientemente le di una consultoría, me preguntaba en la sesión de análisis de su guardarropa (en la que le enseñé cómo aprender a combinar telas, texturas, colores, zapatos y accesorios para su silueta de cuerpo, estilo y objetivo) – “¿Cómo sabes qué va con qué?”.
Lo sé gracias a la armonía visual que busco lograr a través de la ropa en ti, le dije. Su cara hizo un gesto que reflejaba un “ay, para mí es algo muy complicado”.
La mejor manera de enseñarle fue identificar el corte de la ropa más favorecedor para su tipo de cuerpo, su proporción (pequeña) y luego explicarle por qué los accesorios, principalmente los zapatos y aretes, transformaban por completo el atuendo elegido según el código de vestimenta deseado (formal o business casual).
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Poco a poco al observarse a sí misma en el espejo, con nuevas combinaciones era capaz de reconocer de manera casi instantánea qué atuendos le gustaban más en ella y éstos eran los que más armonía con su forma de cuerpo mantenían. Después ella misma supo cómo armar varias nuevas combinaciones.
Es decir, conociendo tu cuerpo, tus ventajas y áreas de oportunidad, puedes lograr una armonía entre tu cuerpo y tu forma de vestir. Esto aplica tanto para ellos como para ellas.
¿Cómo se logra la armonía en ellas?
1) Conocer la forma de tu cuerpo + atributos físicos.
2) Identificar el corte de la ropa (lo que te favorece y lo que no).
3) Saber qué colores te van mejor y cómo combinarlos entre sí.
4) Identificar la proporción del cuerpo (talle-piernas) y la escala (pequeña, mediana, grande).
5) Aprender a combinar los zapatos y los accesorios.
Qué combina con qué
En el caso de los hombres, aunque la forma de cuerpo es importante, en mi experiencia es más notorio cuando éste sabe qué combina con qué y qué proyecta: poder o confianza; o una mezcla sutil de ambas.
En ellos, uno de los elementos que transforman la imagen de cualquier hombre es entender el 1er Mandamiento de Imagen Masculina: “La elegancia comienza con la talla correcta”.
De poco sirve una camisa cara si no tiene el corte o confección más apropiada para tu complexión (delgada, promedio, robusta). Lo mismo sucede con un traje. Es 1000 veces mejor saber qué te queda bien que dejarte llevar sólo por la marca.
¿Cómo se logra la armonía en ellos?
1) Usar la talla correcta (el 90% se equivoca)
2) Identificar el corte de la ropa que te favorece
3) Saber qué colores te favorecen y cuáles no (por tu tono de piel)
4) Aprender cómo combinar colores y estampados
5) Aprender a combinar telas, los zapatos y accesorios de poder
Errores de imagen al descuidar la proporción y la armonía
a) Errores de Proporción
– Que la bolsa sea del tamaño inapropiado a la estatura de la mujer, por ejemplo, una chica de baja de estatura usando una bolsa grande, se ve primero la bolsa, luego ella.
– Que un hombre con sobrepeso use pantalones entubados o skinny, éste corte pegado a los muslos favorece más a proporciones delgadas.
– Que una mujer con mucho busto use blusas con estampados, pues resalta el volumen que ya no es necesario.
b) Errores de Armonía
– Equivocarte en la combinación de los zapatos, ejemplo, usar zapatos negros con pantalón caqui o blanco, deben ser cafés. Lucen más elegantes y sofisticados, además que deleitan más a la vista.
– Usar aretes plateados si la mujer es de características cálidas (en tono de cabello, ojos y piel); le favorecen más los dorados.
– Usar calcetas blancas con pantalón de vestir, camisa de manga corta de corte casual con pantalón formal.
No porque tengas que usar ropa sabes cómo vestir con estilo
Imagina la siguiente analogía: todos comemos a diario y aunque decidamos cocinar eso no quiere decir que contamos con la destreza del mejor chef de cocina internacional. Tal vez nuestro platillo tenga buen sabor, pero alcanzar el nivel de un chef no es accidente.
Hay que aprender varios secretos culinarios y, sobretodo, practicar. Lo mismo acontece con la ropa, la usamos a diario, pero para convertirla en una herramienta de éxito es necesario aprender las 2 reglas de la estética más importantes: la proporción y la armonía.
