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Brasil 2014, el juego millonario a punto de iniciar

04-06-2014, 3:48:43 PM Por:
Brasil 2014, el juego millonario a punto de iniciar fifu

En una semana arranca la justa deportiva que asegura ganancias millonarias a la FIFA pero, ¿a Brasil también? Los expertos lo dudan. Aquí el análisis.

En cuenta regresiva hacia el Mundial, el cálculo de su verdadero costo difiere en miles de millones de dólares. Las estimaciones de inversión necesaria oscilan entre los 13,500 y 35,000 mdd. ¿La derrama económica esperada compensará ese gasto?

Si la relación entre futbol y globalización es un firme matrimonio, el Mundial es… su luna de miel.  Cada cuatro años este deporte ratifica ser lo que los sociólogos llaman práctica cultural dominante.

De lo que sucede en esos 64 partidos están pendientes millones de televidentes en todo el planeta. No hay quien se resista. El imperio del futbol se impone y, gracias a él, una simple manifestación deportiva se ha transformado en un negocio que trasciende fronteras y aturde voluntades.

Este verano la fiesta volverá a tierra de carnavales. Brasil, país enteramente futbolero, tendrá su segundo torneo mundial en casa. La misión primaria es sanar la herida de 1950, cuando todo acabó en drama al fallar clamorosamente ante Uruguay en el juego decisivo, derrota que se inmortalizó como ‘el maracanazo’ y que enseñó que las repercusiones del juego podían ser mayores a las deseadas.

Han pasado 64 años desde aquel Mundial que acabó en velorio nacional brasileño. La Copa y el mundo han cambiado demasiado. Brasil ganó cinco veces este torneo desde entonces y ahora no serán 200,000 personas las que vean el partido final, sino más de 900 millones de televidentes de 204 países.

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También el futbol es otra cosa. Uno de los pocos fenómenos de la globalización que escapa a la dominación estadounidense ha dejado hace mucho tiempo de ser un simple espectáculo deportivo.

Es hoy, entre muchas otras cosas, un acontecimiento simbólico de profundas implicaciones geopolíticas, una especie de ritual bélico, con himnos y banderas que ensalzan nacionalismos e identidades. Ello le ha valido interrumpir guerras o detonarlas. No juegan solo equipos, sino virtualmente países que defienden el orgullo nacional con un balón en los pies.

La cita cumbre se da cada cuatro años. En un Mundial convergen futbolistas, periodistas y aficionados, pero una industria mucho mayor se regocija. Marcas, anunciantes, empresas, consumidores, políticos e intelectuales aprovechan este simple ‘once contra once’ para ganar sus propios campeonatos.

Durante 30 días, la llamada aldea global distrae sus miradas en el patio, ahí donde adultos, entusiastas y febriles, patean un balón Adidas.

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Éxito garantizado

Para la Federación Internacional de Asociaciones de Futbol (universalmente conocida como FIFA, por sus siglas en francés), el negocio del Mundial es irremediablemente redondo. Este organismo trasnacional, que reúne a más países que la misma ONU, es un ente sumamente rentable durante largos cuatro años, gracias a lo que representa este torneo de 32 naciones que comienza este 12 de junio.

Así sucedió en Sudáfrica 2010, evento que le aportó al magno organismo el 87% de sus ingresos totales al recaudar 2,048 millones de dólares (mdd) en derechos de televisión y 1,072 mdd en marketing.

Es decir, los ingresos de aquel Mundial para FIFA superaron los 3,000 mdd, y los gastos solo rondaron 1,300 mdd, lo que deja ver el importante monto de las ganancias netas, las cuales muchas veces, por imposiciones del mismo órgano rector del futbol, ni siquiera implican algún pago de impuestos, como ha recalcado públicamente y con tono crítico el ex astro del futbol brasileño y hoy diputado federal del mismo país, Romario.

Cuando Brasil fue elegido como sede del Mundial de 2014, el presupuesto para el evento era de unos 10,450 mdd, pero esa cifra hoy se ha disparado.  Las estimaciones de los analistas oscilan entre los 13,500 mdd y los 35,000 mdd (incluso aún más). ¡Sí! Así de grande es la brecha del verdadero costo de organizar la mayor fiesta global del balompié.

Parece un sarcástico acertijo con cálculos que incluyen diversos rubros (como la construcción de nuevos estadios, la remodelación de inmuebles deportivos, renovación de aeropuertos, inversiones en movilidad urbana, saneamiento, energía eléctrica, etcétera), cuyos gastos difieren en miles de millones de dólares. .El dinero que hasta ahora se ha invertido en el Mundial (casi 12,300 mdd, según el gobierno federal brasileño) habría sido suficiente para construir 8,000 nuevas escuelas y hasta 28,000 canchas deportivas en todo el país.

La apuesta es de Brasil

El país organizador de un Mundial es el que corre todos los riesgos; muchas veces con estimaciones que invitan al optimismo y que no siempre se concretan. En ocasiones, los porcentajes de inversión se equilibran entre los aportes gubernamentales y el gasto de la iniciativa privada, pero en el caso de Brasil el grueso del presupuesto para la construcción y remodelación de estadios corrió a cargo del gobierno brasileño, mientras que los recursos privados se centraron en el sector hotelero.

Iván Pérez, editor de la sección deportiva del periódico El Economista, corrobora que el negocio del Mundial ha crecido desmesuradamente en los últimos años: “De Francia 1998 a la fecha, el dinero que se mueve en este tipo de eventos ha aumentado en un 400 o 500%”.

Eso no necesariamente ha repartido beneficios a los países que organizaron este tipo de eventos: “Grecia, con unos Juegos Olímpicos, y Portugal, con una Eurocopa, tuvieron crisis económicas graves solo unos años después de haber invertido en grandes torneos que, al parecer, no entregaron los resultados financieros que se esperaban”, agrega Pérez.

Al respecto, Rogelio Roa, director general de Dreamatch Solutions, enfatiza que hay que ser cuidadoso con las estimaciones: “Un Mundial es un evento muy caro, y cada vez menos democrático. Son países élite los que pueden realmente organizarlo sin arriesgar sus economías. Solo para la FIFA el éxito económico está garantizado”.

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El economista jefe del Banco Itaú Unibanco de Brasil, Illan Goldfajn, presentó desde el año pasado un estudio en el que aseguraba que el Mundial podría tener un impacto positivo de 1.5 puntos porcentuales en el PIB del país sudamericano en los próximos dos años, pues generaría la creación de al menos 250,000 empleos directos.

“El impacto directo de los gastos, tanto del sector público como privado, dan un 1% del PIB y el resto viene del efecto multiplicador que ayudará a una mayor expansión en la economía brasileña en el largo plazo”, revela el estudio coordinado por Goldfajn.

La paradoja es que esto se estimaba cuando el gobierno federal de Brasil había anunciado un presupuesto de 20,600 mdd en inversiones en estadios, aeropuertos, infraestructura de transportes y comunicaciones vinculadas directamente al Mundial.

Sin embargo, infinidad de problemas y retrasos en la construcción de algunos estadios y en la remodelación de otros han obligado a subir la inversión presupuestada, pasando a cerca de 30,000 mdd, lo que socialmente generó una evidente inconformidad que fue patente el año pasado cuando se realizó en Brasil la Copa Confederaciones.

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Algunos de los proyectos que originalmente se tenían previstos no se cumplieron en el tiempo esperado, como el tren de alta velocidad que uniría a Sao Paulo con Río de Janeiro, que no estará para el Mundial, y que –según parece– tampoco para los Juegos Olímpicos de 2016.

Y es que la economía brasileña no vive el momento de euforia del que gozaba cuando pidió las sedes para el Mundial y los Juegos Olímpicos. Creció solo 2.3% en 2013, siendo el tercer año consecutivo de moderada expansión, luego del 1% de 2012 y el 2.7% de 2011, cifras muy diferentes a la registrada en el 2010 cuando tuvo un desempeño que le valió crecer 7.5% y ayudó a que más de 55 millones de brasileños ascendieran de clase baja a clase media.

Al discreto crecimiento de 2013 se agrega la rebaja en la nota de la deuda del país al menor nivel del grado de inversión por parte de la agencia calificadora Standard and Poor´s (S&P), ante la cual la presidenta, Dilma Rousseff, ha reaccionado con cierto escepticismo: “No nos dejaremos desanimar con juicios apresurados, que la realidad desmentirá. En algunos momentos, las expectativas, especulaciones, evaluaciones y hasta incluso intereses políticos pueden oscurecer la visión objetiva de los hechos… Brasil va bien e irá mejor”.

No lo ve así S&P, que basa su calificación en el deterioro fiscal y en la perspectiva de bajo crecimiento para el país, el cual estimó en 1.8% en 2014 y de 2% en 2015. Los efectos positivos del Mundial, en ese sentido, parece que serán imperceptibles.

El turismo es la clave

El Instituto de Turismo de Brasil cree que el Mundial ayudará a que en 2014 se imponga un nuevo récord anual de turistas extranjeros, superando los 6 millones que se reportaron el año pasado.

Durante los 30 días que durará el Mundial, se calcula que 3.6 millones de personas se desplazarán por territorio brasileño, de las cuales se prevé que 600,000 serán visitantes que lleguen desde el extranjero, y si se considera la demanda (por internet) de boletos para los partidos, divulgados por FIFA, los países que más viajeros registrarán serán Estados Unidos, Argentina, Alemania, Chile, Inglaterra, Australia, Japón y Colombia.

Entre esos 600,000 turistas que estarán en Brasil, se estima que unos 40,000 llegarán desde México, país que en las últimas Copas del Mundo ha sido uno de los que más visitantes aporta a la fiesta del futbol. Y eso que los costos no son muy accesibles.

Los paquetes de distintas agencias de viajes oscilan entre los 9,500 a los 30,000 dólares para acompañar al TRI (selección mexicana de futbol) durante uno o los tres partidos de la primera fase. Los precios son más elevados que los registrados cuatro años atrás.

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Y es que, además de que la economía de Brasil es la séptima más importante a nivel mundial, los desplazamientos en el interior son complicados al ser un país de extensa geografía y con vías de comunicación terrestre poco modernas.

Por ejemplo, para viajar desde dos de las sedes, Sao Paulo o Río de Janeiro, a las ciudades donde jugará el TRI en la primera fase: Natal, Fortaleza y Recife, es casi obligatorio hacerlo por vía aérea, pues el trayecto supera los 2,000 kilómetros de distancia.

El tema de hospedaje tampoco parece del todo resuelto, más allá de las inversiones. La agencia de viajes oficial de la Federación Mexicana de Futbol, Mundomex, buscó alternativas al no encontrar inmuebles que le satisficieran.

Luis Quintero, presidente de Grupo Mundomex, explica que. la mayoría de sus paquetes no incluyen un hotel convencional. “Nosotros no manejamos hospedaje en hotel, ya que Brasil carece de complejos atractivos y de buena calidad; por lo mismo optamos por hospedar a nuestros clientes en un barco con 1,800 camarotes, con todos los servicios y comodidades, lo que constituye una nueva experiencia.”

Al cierre de esta edición, Mundomex llevaba vendidos 5,000 paquetes, la mayoría de ellos dobles, y estimaba llevar a cerca de 12,000 mexicanos a Brasil, el doble de los que adquirieron paquetes para Sudáfrica 2010.

Otro inconveniente al que se tendrán que adaptar los viajeros mexicanos es al pago de tarifas más elevadas. Productos básicos como gasolina y transporte público tienen un valor, en promedio, tres veces mayor al que se paga en México.

Viajar en metro o en autobús cuesta más de tres reales, es decir, más de 20 pesos mexicanos. El llamado ‘banderazo de un taxi en Río de Janeiro o Sao Paulo alcanza los cinco reales, algo así como 28 pesos mexicanos. Y es que, pese a tener una fuerte presencia de inversión privada en su sector petrolero, el litro de gasolina en Brasil cuesta casi lo doble que en México.

El presidente del Instituto de Turismo de Brasil (Embratur), Flavio Dino, asegura que los turistas que asistirán al Mundial gastarán en el país unos 25,000 millones de reales, es decir, unos 11,360 millones de dólares, cifra que presume compensar buena parte de la inversión estatal realizada para el evento, y que tantas quejas públicas ha causado.

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autor Equipo de jóvenes periodistas cuyo objetivo es explicar las noticias más relevantes de negocios, economía y finanzas. Nos apasiona contar historias y creemos en el periodismo ciudadano y de servicio.
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