Quip vs. Office… ¿habrá nuevo rey de los procesadores de texto?
La forma de escribir texto podría cambiar radicalmente, con el arribo de Quip. ¿Tiene lo suficiente para hacer temblar a Microsoft con su “todopoderoso” Office?
No hay que ser especialista en tecnología para entender que miles de desarrolladores trabajan de sol a sol para lanzar diariamente cientos de aplicaciones para sistemas operativos móviles y en computadoras.
Microsoft Office nació hace 22 años y su procesador de palabras Word ha visto ir y venir decenas de similares, manteniendo la soberanía durante todo ese tiempo. Pero la realidad es que últimamente no ha tenido mayores avances, y en una era donde la movilidad y la necesidad de compartir textos en línea es ascendente, se requieren soluciones sencillas y que trasciendan en todas las plataformas y gadgets.
Quip sobresale entre las propuestas recientes, y aunque iWork y Pages son una opción ampliamente aceptada por usuarios Mac (sin olvidar los planes de integración eficaz entre iWork y iCloud), su obstáculo también es el elevado precio y alcance en plataformas móviles y con sistemas operativos ajenos al de Apple.
¿Qué hace que la batalla por la supremacía en procesadores de texto sea interesante? Veamos…
Pros de Quip sobre Office
• Un solo tipo de letra: por default, los titulares tienen el tipo de letra Atlas Grotesk y el cuerpo de texto se escribe siempre en Lyon Text. Simple y visualmente llamativo, muy comprensible para la lectura.
• Disponible en todas las plataformas: Primero se lanzó para App Store, pero ya está disponible también en Android. Como funciona a través de navegadores, no hay limitantes para Windows y OS Mac.
• Compatible con todos los SO: Aplicaciones nativas en iOS y Android, además de un fácil uso en navegadores web permite que tanto usuarios de computadoras como móviles cuenten con Quip.
• Es muy fácil trabajar colectivamente: El “dueño del texto” puede invitar y monitorear quiénes y qué cambios se hacen al texto, ya sea en tiempo real o progresivo.
• Fácil contacto mediante redes sociales: Una sencilla opción para convocar participantes en Twitter y Facebook.
• Visualmente atractivo
• Interfaz de usuario sencilla y intuitiva
Contras
• Un solo tipo de letra (¡sí, también!): Usuarios acostumbrados a decenas de opciones no estarán de acuerdo con una sola forma de ver sus textos.
• La increíble cantidad de usuarios y empresas adeptos a Office: Más de 20 años de existencia han cosechado millones de leales usuarios.
• No importa documentos (aunque sus creadores alegan que para eso existe el Copy-Paste)
• No exporta documentos, ¡ni siquiera en PDF! ¿Alejará a medios impresos?
• El sistema de colaboraciones dista de ser perfecto: Se han reportado qujas de dualidad de versiones que arruinan documentos, pero sus creadores trabajan ya en una solución.
Sería injusto descartar a otros grandes titanes en el mundo de procesadores de texto modernos. Google Docs tiene cada día más adeptos (millones de ellos provenientes en automático de Gmail, YouTube y Google Plus).
¿Y qué hay de Editorially –la ingeniosa aplicación multiplataformas para escribir compartir textos– y el sencillo pero poderoso Draft (con todo y sus tintes de Wikipedia)?
Muy buenos, pero limitados con respecto a los “cuatro fantásticos” del proceso de texto y francamente, con lo que ofrecen los demás, peligran.
Para saber más: