¿Produce o no cáncer? He ahí el dilema…
Mercadona tuvo que retirar 11 productos porque según las autoridades inducía tumores cancerígenos, más tarde se dijo que no representaban un riesgo.
El desconcierto y la sorpresa se apoderaron de los consumidores españoles a mediados de agosto, cuando la cadena de supermercados Mercadona anunció el retiro total de 11 de sus productos luego de que la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), organismo dependiente del Ministerio de Sanidad de ese país, instara a la fabricante RNB Laboratorio Cosmético a cambiar la fórmula con que eran producidos, ya que contenían dos elementos que al mezclarse producen una sustancia inductora de tumores cancerígenos.
Los comentarios en las redes sociales comenzaron con llamados de alerta para dejar de usar y comprar esos cosméticos, posteriormente comenzaron a preguntarse –y después a exigir– sobre una devolución del dinero pagado por los productos, y luego inició la lluvia de quejas y repudio hacia la cadena de supermercados y la fabricante, que entre otras cosas fueron llamadas irresponsables y poco profesionales.
Además, fue criticado el hecho de que para resolver dudas de los consumidores sobre la situación y riesgos de estos productos se recurriera a un teléfono con línea 902, prefijo que cuenta con una tarifa especial, que si bien no es cara si se sale de las tarifas planas contratadas por la mayoría de los españoles; cuando este canal de comunicación debería ser gratis. Tal acción fue vista como una estrategia de Mercadona para impedir el acceso al derecho a la información sobre lo que estaba pasando.
Sin embargo el escándalo tomó otro matiz cuando un par de días después, el 16 de agosto, el Ministerio de Sanidad, a través de la AEMPS, hizo público un comunicado en el que asegura que los productos de las marcas Deliplus y Solcare no entrañaban ningún riesgo para la salud derivado de su uso, es decir, que tras la revisión de la documentación técnica y los resultados de los análisis presentados por la empresa se concluyó que dichos cosméticos no eran un grave problema de sanidad y por lo tanto no se realizaba ninguna alerta sanitaria.
Después de eso las descalificaciones y muestras de repudio se focalizaron en el organismo gubernamental, primero por la tardía respuesta que dieron al caso; y segundo, por el anuncio contradictorio. Mientras que Mercadona y RBN pudieron respirar con mayor tranquilidad –no obstante que otros escándalos, sobre todo de tinte laboral, han mantenido en la mira a la cadena de supermercados–.
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